SALA
DE
LECTURA
El mundo
amarillo –
Albert Espinosa
Sinopsis:
El
mundo amarillo es un mundo fantástico que quiero compartir contigo. Es el mundo
de los descubrimientos que hice durante los diez años que estuve enfermo de
cáncer. Es curioso, pero la fuerza, la vitalidad y los hallazgos que haces
cuando estás enfermo sirven también cuando estás bien, en el día a día. Este
libro pretende que conozcas y entres en este mundo especial y diferente; pero,
sobre todo, que descubras a los «amarillos». Ellos son el nuevo escalafón de la
amistad, esas personas que no son ni amantes ni amigos, esa gente que se cruza
en tu vida y que con una sola conversación puede llegar a cambiártela. No te
adelanto más: tendrás que leer este libro para poder empezar a encontrar tus
«amarillos». Quizás uno de ellos sea yo... El mundo amarillo habla de lo
sencillo que es creer en los sueños para que estos se creen. Y es que el creer
y el crear están tan sólo a una letra de distancia. ¿Qué esperas a saber
quiénes son tus «amarillos»? Albert Espinosa «Albert habla de un mundo al
alcance de todos, y que tiene el color del Sol: el mundo amarillo. Un sitio
cálido donde los besos pueden durar diez minutos, donde los desconocidos pueden
ser tus mejores aliados, donde el miedo pierde su significado, donde la muerte
no es eso que les pasa sólo a los demás y la vida es lo más valioso. Este libro
habla de todo esto, de todo lo que sentimos y no decimos, del miedo a que nos
quiten lo que tenemos, de reconocernos enteramente y apreciar quiénes somos
cada segundo del día. ¡Larga vida a Albert!» Eloy Azorín, actor.
Algunos
libros los eliges, otros te eligen, y otros
te llegan por casualidad. Así, simplemente por casualidad, de rebote, este
libro me llegó. Y lo devoré aquel mismo día.
Creo
que “esa ansia por terminarlo” se debió a mis sensaciones de los últimos tiempos.
A mi nivel de sensibilidad que anda rozando las nubes, camino de la estratosfera.
Porque mientras leía algunos pasajes sentí que algo estrujaba mi corazón. Las
vivencias de este luchador me tocaron la fibra sensible y sentí esa emoción que
se acumula toda en la garganta y de la que no puedes desprenderte por mucho que
trates de tragártela.
Había
leído otro libro de Albert Espinosa, “Si tu me dices ven lo dejo todo pero dime
ven”, y no me llegó tanto, de hecho recuerdo que no me llegó. Sin embargo la
primera mitad de este libro ha sido un viaje en montaña rusa. Cuando alguien
habla de algo tan personal, desde sus emociones y vivencias, resulta difícil no
emocionar a los demás. La clave es esa,
hablar desde el corazón. Por eso sentí que no podía dejar de leer este libro
hasta haber desvelado los 23 descubrimientos de los que habla su autor.
¿Cómo
catalogar un libro como éste? La verdad
es que no es fácil porque son las enseñanzas de vida que el cáncer, más concretamente
los cuatro cánceres que padeció, le dejaron a Albert. Sin duda algo tremendo y
más en la edad en que descubrió que lo tenía. Fue a los catorce años cuando le
fue diagnosticado “osteosarcoma” en su pierna izquierda. Ese fue el principio
de una larga batalla. Durante diez años
estuvo enfermo pero sobrevivió. Perdió cosas por el camino; una pierna,
un pulmón, un trozo de hígado, muchos compañeros de habitación, miedo a la
muerte, amigos pelones que no tuvieron la suerte de superar la enfermedad… Pero
también ganó. Ganó fortaleza, ganó madurez, y “amarillos”; gente que aparece en
tu vida, gente con la que sientes una conexión especial que no sabes de dónde
sale pero que es casi irresistible, y te hace ir hacía ellos. Tampoco es fácil definir
a los “amarillos”. Ni encontrarlos.
Son
esas personas que, por lo sea, te cambian. Ni siquiera hace falta que los
conozcas, que sean tus amigos. “Amarillos” puedes encontrártelos en la calle,
en la cola del banco, o en la sala de espera de una consulta. Entonces sucede algo
entre los dos, y esa fracción de tiempo, corta o larga, que compartís te
transforma. Puede ser una frase, como la que un compañero de habitación le dijo
a Albert, “si crees en los sueños, ellos se crearan” (creer y crear están sólo
a una letra de distancia), o una caricia en un momento dado; un contacto
sincero que rompa en ti el miedo, que te haga sentir lleno. Es más o menos así.
Pero yo te recomendaría que leyeras el libro. No te llevará mucho tiempo, si
tienes hábito de leer seguro que casi nada, apenas son 170 páginas, y la mitad
se leen del tirón. Puede que te cueste más el tramo final, el que habla de los
“amarillos”, yo reconozco que me mareé un poco… porque el “pero” que le pongo a
este autor (leídos dos de sus libros) es que peca de repetitivo, que su tono es
un poco enfático de más, te crea una expectación que al final acaba diluyéndose
o que se resuelve de manera torpe, y puede resultarte engañoso en algunos
momentos. No es un libro de autoayuda, el
propio Albert dice no creer mucho en ellos, pero tampoco es una novela; es un
libro sobre lo que el cáncer le enseñó, un libro sobre el mundo amarillo que
habita Albert.
Y
ya que estaba “enganchada” a las vivencias de Albert Espinosa decidí ver “Planta
4ª”, película basada en sus experiencias que dirigió Antonio Mercero en el
2003. Es un cine muy “Mercero” y con esto quiero decir que si has visto “Verano
Azul” o “Farmacia de guardia” no te resultará extraño este tipo de humor o gags
que en la peli abundan. También hay sensiblería
y sentimientos, y niños. Juanjo José Ballesta está muy bien, la verdad. A pesar
de su “chulería innata” es un actor muy creíble, con mucha frescura. “Planta 4ª”
es una película tierna, amable, un tipo de cine pequeñito, de sobremesa, que no
tiene más pretensiones que entretener. No es lo mejor de Mercero, pero se deja
ver.
"No somos
cojos... ¡somos cojonudos!"
Imagen: Clarence Coles Phillips
3 comentarios:
Intentaré leer el libro porque por lo que cuentas, seguro que es de mi gusto, por muy duro que sea. La película también la vi y te hace reflexionar.
Mucha felicidad también para ti y los tuyos en estas fiestas que se acercan.
Muchos abrazos
Gracias Ligia, lo mismo digo.
Un abrazo fuerte, y a comer mucho turrón! :)
Lo tengo pendiente, ya he leído algo de él y su estilo me gusta.
Un beso de una amarilla a otra amarilla igual.
;)
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