Basada en una novela de Michael Morpurgo, nos cuenta la extraordinaria historia de amistad que surge entre el joven Albert y un caballo llamado Joey al separarse sus caminos a causa de la Primera Guerra Mundial. El padre de Albert vende a Joey a la caballería del ejército británico para luchar en el frente. Joey será testigo de un extraordinario periodo de la Historia con la Gran Guerra como trasfondo. A pesar de los obstáculos que encuentra en su camino, su coraje será fuente de inspiración para todos los que se cruzan con el noble animal. Albert no puede olvidar a su caballo y abandona su hogar para luchar en los campos de batalla de Francia. Allí busca incansablemente a su amigo para traerlo sano y salvo a casa.
Esta es una película con sus aciertos, pero también con sus fallos. Aunque aciertos y fallos quedan equilibrados, así que la sensación final es buena.
Me gustó especialmente la fantástica fotografía; su banda sonora; la ambientación sobre la primera guerra mundial, muy lograda; quedan fielmente reflejados el barro, las trincheras, la muerte, la injusticia y el frio; los impresionantes paisajes; y eso que sabe hacer tan bien Spielberg de remover los sentimientos, aunque todo parece buscado para eso, para conmover. Pero a esta película le falta algo, quizás la historia en sí misma no tiene mucha fuerza, ni substancia. Es una historia sencilla, pero gana puntos por ese aire clásico que desprende, por aquello de que los escenarios son reales no de cartón ni digitales, y eso le da mucho realismo, y un sabor al cine de antes.
Los caballos están impresionantes, pero las escenas de sufrimiento… bueno es la guerra y pasan esas cosas, pero hay una que es un poco dura y al mismo tiempo bonita; una escena que resume lo que es el cine con mayúsculas. No sé por qué pero mientras la veía tenía en la mente otras películas de Spielberg, como El imperio del sol.
Una película entretenida, muy cuidada, y con suficientes elementos para disfrutar de ella. 6.5
The flowers of war
Basada en hechos reales, la cinta relata la historia de la Masacre de Nankín, la misma que se produjo en 1937 cuando las tropas japonesas acabaron con la vida de miles de ciudadanos chinos en la que por aquel entonces era la capital del país. Bale encarna a un sacerdote estadounidense que ayuda a numerosas personas a escapar de la muerte.
El fallo más reseñable de esta película es su duración, 146 minutos que desgraciadamente se hacen interminables. La película se hace muy larga y algo aburrida, y eso que la historia es interesante, cruda y emotiva, pero algo falla que le resta puntos. A lo mejor en esto tiene mucho que ver el personaje que interpreta Christian Bale, que te aleja del tono general de la historia. Aunque al final asuma el papel de héroe, su personaje chirría. Lo que si me gustó mucho fue la puesta en escena, y el diseño de producción. El uso de la luz: las cristaleras arrojando su luz de colores sobre la piel perfecta de la protagonista. La luz azulada del exterior. El rojo de los labios, las telas de colores vivos con el contraste de los uniformes de las internas. Pero la historia de amor no resulta creíble, ni conmovedora. Y, salvo algunas excepciones, las demás escenas no consiguen avivar el interés. La película remonta al final pero ya es demasiado tarde para difuminar la sensación tediosa que nos dejan los minutos intermedios. 4.9
Los descendientes
Matt King , casado y padre de dos niñas, se ve obligado a replantearse la vida cuando su mujer sufre un terrible accidente que la deja en coma. Intenta torpemente recomponer la relación con sus problemáticas hijas -la precoz Scottie, de 10 años , y la rebelde Alexandra, de 17 - al tiempo que se enfrenta a la difícil decisión de vender las propiedades de la familia. Herederos de la realeza hawaiana y los misioneros, los King poseen en Hawai tierras vírgenes de un valor incalculable.
Los descendientes es uno de esos dramas que no te hacen llorar. No porque la carga emotiva de la trama no sea lo suficientemente triste como para emocionar. Sino porque la forma de contar esos hechos no nos remueve los sentimientos. Matt se enfrenta a un hecho inesperado que cambia su vida de arriba abajo, y en medio de ese trance descubre que la vida que creía llevar, las personas que creía conocer, ni es, ni son como pensaba. Luego están sus hijas, y su propiedad centenaria en un paraíso terrenal. Preocupaciones. La vida que siempre tiene un as en la manga. Pero este hecho triste, el de su mujer en coma irreversible, el duro trámite de arreglar las cosas antes de perderla, el de despedirse para siempre de la mujer de su vida, se plantean de forma fría, incluso indiferente. Matt quiere saber quién era de verdad su mujer, y esta es la excusa perfecta para recorrer las islas hawaianas. Unos paisajes impresionantes, con sus bonitos atardeceres y playas únicas.
Me pongo a pensar en la interpretación de George Clooney –nominado alOscar por esta película- y tengo que admitir que es la mejor que le he visto, pero tampoco creo que sea merecedora de un Oscar. En realidad todos los actores están bien. Sus dos hijas, en especial la mayor, a la que auguro un futuro lleno de proyectos en su agenda, están muy bien. Incluyo también a los secundarios.
El mayor logro de la película es su sencillez, su realismo, la aceptación del dolor y la muerte como parte de la vida, y también la necesidad de recuperar esos lazos que nos salvan de flotar a la deriva como islas que se van separando poco a poco.
Los descendientes es uno de esos dramas que no te hacen llorar. No porque la carga emotiva de la trama no sea lo suficientemente triste como para emocionar. Sino porque la forma de contar esos hechos no nos remueve los sentimientos. Matt se enfrenta a un hecho inesperado que cambia su vida de arriba abajo, y en medio de ese trance descubre que la vida que creía llevar, las personas que creía conocer, ni es, ni son como pensaba. Luego están sus hijas, y su propiedad centenaria en un paraíso terrenal. Preocupaciones. La vida que siempre tiene un as en la manga. Pero este hecho triste, el de su mujer en coma irreversible, el duro trámite de arreglar las cosas antes de perderla, el de despedirse para siempre de la mujer de su vida, se plantean de forma fría, incluso indiferente. Matt quiere saber quién era de verdad su mujer, y esta es la excusa perfecta para recorrer las islas hawaianas. Unos paisajes impresionantes, con sus bonitos atardeceres y playas únicas.
Me pongo a pensar en la interpretación de George Clooney –nominado alOscar por esta película- y tengo que admitir que es la mejor que le he visto, pero tampoco creo que sea merecedora de un Oscar. En realidad todos los actores están bien. Sus dos hijas, en especial la mayor, a la que auguro un futuro lleno de proyectos en su agenda, están muy bien. Incluyo también a los secundarios.
El mayor logro de la película es su sencillez, su realismo, la aceptación del dolor y la muerte como parte de la vida, y también la necesidad de recuperar esos lazos que nos salvan de flotar a la deriva como islas que se van separando poco a poco.
Pero a mi, personalmente, no me ha trasmitido casi nada, sólo los paisajes han conseguido inspirarme. 6.3
Viaje al centro de la tierra 2: La isla misteriosa.
Sean (Hutcherson) recibe una llamada de socorro desde una misteriosa isla, que no aparece en los mapas. Se trata de un lugar con extrañas formas de vida. Sean emprenderá la búsqueda acompañado de su padrastro (Johnson), de un piloto de helicóptero (Guzman) y su hermosa y temperamental hija (Hudgens).
Una “disneyana” aventura tópica y entretenidilla, a ratos. Su nula capacidad para sorprender rechina casi tanto como los múltiples clichés que pueblan la película desde el minuto uno hasta su conclusión. Empezando por los personajes estereotipados, que se repiten con demasiada frecuencia en el género de aventuras, y que sin ningún pudor se nos vuelven a mostrar: adolescente rebelde; padrastro enrollado y cachas; secundario payasete y torpón (contrapunto gracioso del cachas); chica dura y guapa (objeto de deseo del adolescente); y abuelito con complejo de Indiana Jones (martirio del enrollado padrastro cachas). Un guión justito, explotando el filón, aparentemente inagotable, que dejó para el género Julio Verne, con pequeños corta y pega de otros escritores del género fantástico como Robert Louis Stevenson y su Isla del tesoro. Una isla misteriosa, la Atlántida, que está vez se encuentra curiosamente en medio del Pacífico. Bichos, lagartos, avispas, peces, criaturas gigantescas que a golpe de photoshop y 3D consiguen parecer todavía más artificiales. Un mundo perdido con ligero parecido al de Avatar, y golpes de humor, que se agradecen en el fondo. Pectorales bailarines y melodías de ukelele bajo la luz de la luna. Una película luminosa y colorida, con buen ritmo, que te gustará si te gusta la aventura más blanca. 5