27 de febrero de 2012

Extra Cine XXII



War Horse

Basada en una novela de Michael Morpurgo, nos cuenta la extraordinaria historia de amistad que surge entre el joven Albert y un caballo llamado Joey al separarse sus caminos a causa de la Primera Guerra Mundial. El padre de Albert vende a Joey a la caballería del ejército británico para luchar en el frente. Joey será testigo de un extraordinario periodo de la Historia con la Gran Guerra como trasfondo.  A pesar de los obstáculos que encuentra en su camino, su coraje será fuente de inspiración para todos los que se cruzan con el noble animal. Albert no puede olvidar a su caballo y abandona su hogar para luchar en los campos de batalla de Francia. Allí busca incansablemente a su amigo para traerlo sano y salvo a casa.

Esta es una película con sus aciertos, pero también con sus fallos. Aunque aciertos y fallos quedan equilibrados, así que la sensación final es buena.
Me gustó especialmente la fantástica fotografía; su banda sonora; la ambientación sobre la primera guerra mundial, muy lograda; quedan fielmente reflejados el barro, las trincheras, la muerte, la injusticia y el frio;  los impresionantes paisajes; y eso que sabe hacer tan bien Spielberg de remover los sentimientos, aunque todo parece buscado para eso, para conmover. Pero a esta película  le falta algo, quizás la historia en sí misma no tiene mucha fuerza, ni substancia. Es una historia sencilla, pero gana puntos por ese aire clásico que desprende, por aquello de que los escenarios son reales no de cartón ni digitales, y eso le da mucho realismo, y un sabor al cine de antes.
Los caballos están  impresionantes, pero las escenas de sufrimiento… bueno es la guerra y pasan esas cosas, pero hay una que es un poco dura y al mismo tiempo bonita; una escena que resume lo que es el cine  con mayúsculas. No sé por qué pero mientras la veía tenía en la mente otras películas de Spielberg, como  El imperio del sol.
Una película  entretenida, muy cuidada, y con suficientes elementos para disfrutar de ella. 6.5



The flowers of war

Basada en hechos reales, la cinta relata la historia de la Masacre de Nankín, la misma que se produjo en 1937 cuando las tropas japonesas acabaron con la vida de miles de ciudadanos chinos en la que por aquel entonces era la capital del país. Bale encarna a un sacerdote estadounidense que ayuda a numerosas personas a escapar de la muerte.


El fallo más reseñable de esta película es su duración, 146 minutos que desgraciadamente se hacen interminables. La película se hace muy larga y algo aburrida, y eso que la historia es interesante, cruda y emotiva, pero algo falla que le resta puntos. A lo mejor en esto tiene mucho que ver el personaje que interpreta Christian Bale, que te aleja del tono general de la historia. Aunque al final asuma el papel de héroe, su personaje chirría. Lo que si me gustó mucho fue la puesta en escena, y el diseño de producción. El uso de la luz: las cristaleras arrojando su luz  de colores sobre la piel perfecta de la protagonista. La luz azulada del exterior. El rojo de los labios, las telas de colores vivos con el contraste de los uniformes de las internas. Pero la historia de amor no resulta creíble, ni conmovedora. Y, salvo algunas excepciones, las demás escenas no consiguen avivar el interés. La película remonta al final pero ya es demasiado tarde para difuminar la sensación tediosa que nos dejan los minutos intermedios. 4.9



Los descendientes
Matt King , casado y padre de dos niñas, se ve obligado a replantearse la vida cuando su mujer sufre un terrible accidente que la deja en coma. Intenta torpemente recomponer la relación con sus problemáticas hijas -la precoz Scottie, de 10 años , y la rebelde Alexandra, de 17 - al tiempo que se enfrenta a la difícil decisión de vender las propiedades de la familia. Herederos de la realeza hawaiana y los misioneros, los King poseen en Hawai tierras vírgenes de un valor incalculable.

Los descendientes es uno de esos dramas que no te hacen llorar. No porque la carga emotiva de la trama no sea lo suficientemente triste como para emocionar. Sino porque la forma de contar esos hechos  no nos remueve los sentimientos. Matt se enfrenta a un hecho inesperado que cambia su vida de arriba abajo, y en medio de ese trance descubre que la vida que creía llevar, las personas que creía conocer, ni es, ni son como pensaba. Luego están sus hijas, y su propiedad centenaria en un paraíso terrenal. Preocupaciones. La vida que siempre tiene un as en la manga. Pero este hecho triste, el de su mujer en coma irreversible, el duro trámite de arreglar las cosas antes de perderla, el de despedirse para siempre de la mujer de su vida,  se plantean de forma fría, incluso indiferente. Matt quiere saber quién era de verdad su mujer, y esta es la excusa perfecta para recorrer las islas hawaianas. Unos paisajes impresionantes, con sus bonitos atardeceres y playas únicas.
Me pongo a pensar en la interpretación de George Clooney –nominado alOscar por esta película- y tengo que admitir que es la mejor que le he visto, pero tampoco creo que sea merecedora de un Oscar. En realidad todos los actores están bien. Sus dos hijas, en especial la mayor, a la que auguro un futuro lleno de proyectos en su agenda, están muy bien. Incluyo  también a los secundarios.
El mayor logro de la película es su sencillez, su realismo, la aceptación del dolor y la muerte como parte de la vida, y también la necesidad de  recuperar esos lazos que nos salvan de flotar a la deriva como islas que se van separando poco a poco.
Pero a mi, personalmente, no me ha trasmitido casi nada, sólo los paisajes han conseguido inspirarme. 6.3



Viaje al centro de la tierra 2: La isla misteriosa.

Sean (Hutcherson) recibe una llamada de socorro desde una misteriosa isla, que no aparece en los mapas. Se trata de un lugar con extrañas formas de vida. Sean emprenderá la búsqueda acompañado de su padrastro (Johnson), de un piloto de helicóptero (Guzman) y su hermosa y temperamental hija (Hudgens).
Una “disneyana” aventura tópica y entretenidilla, a ratos. Su nula capacidad para sorprender rechina casi  tanto como los múltiples clichés que pueblan la película desde el minuto uno hasta su conclusión. Empezando por los personajes estereotipados, que se repiten con demasiada frecuencia en el género de aventuras, y que sin ningún pudor se nos vuelven a mostrar: adolescente rebelde; padrastro enrollado y cachas; secundario payasete y torpón (contrapunto gracioso del cachas); chica dura y guapa (objeto de deseo del adolescente); y abuelito con complejo de Indiana Jones (martirio del enrollado padrastro cachas). Un guión justito, explotando el filón, aparentemente inagotable, que dejó para el género Julio Verne, con pequeños corta y pega de otros escritores del género fantástico como Robert Louis Stevenson y su Isla del tesoro. Una isla misteriosa, la Atlántida, que está vez se encuentra curiosamente en medio del Pacífico. Bichos, lagartos, avispas, peces, criaturas gigantescas que a golpe de photoshop y 3D  consiguen  parecer todavía más artificiales. Un mundo perdido con ligero parecido al de Avatar, y golpes de humor, que se agradecen en el fondo. Pectorales bailarines y melodías de ukelele bajo la luz de la luna. Una película luminosa y colorida, con buen ritmo, que te gustará si te gusta la aventura más blanca. 5



23 de febrero de 2012

SALA
DE
LECTURA


Mansfield ParkJane Austen




Sinopsis: Fanny Price es una niña todavía cuando sus tíos la acogen en su mansión de Mansfield Park, rescatándola de una vida de estrecheces y de necesidades. Allí, ante su mirada amedrentada, desfilará un mundo de ocio y de refinamiento en el que las inocentes diversiones alimentarán maquinaciones y estrategias de seducción. Ese mundo oculta una verdad peligrosa y sólo Fanny, desde su sumiso silencio, será capaz de atisbar sus consecuencias y amenazas.
Mansfield Park recrea un orden familiar y social que se deshace y restaura engañosamente a través de los ojos ambiguos de una jovencita a quien se ha asignado la suerte y el destino de una Cenicienta.
Publicada en 1814, Mansfield Park es, probablemente, la novela más densa y compleja de la autora, todo un prodígio de arquitectura narrativa y de profundidad psicológica.
  

En meses pasados leí varias de las novelas de Jane Austen, la última, Mansfield Park; una novela más extensa que las otras, y también algo más densa.
Mi impresión tras terminar la lectura fue agridulce. Como siempre, me fascina la capacidad de Jane para dotar a sus personajes de vida, de entidad propia, profundizando en sus psicologías, miedos y aspiraciones. Su cualidad para enganchar es innegable. La única pega de la novela la encuentro en el personaje de la protagonista; un personaje sin pasión.
Fanny Price es un modelo de perfección victoriana, toda una heroína de telenovela: buena, guapa, sosa, sin opiniones propias, con poca autoestima, siempre relegada, siempre pasiva, siempre esperando su final feliz de cuento de hadas. Una protagonista secundaria. Todos los demás personajes, incluyendo a los más perversos e imperfectos, son más interesantes y por eso Jane Austen  profundizó más en ellos que en la propia protagonista. La supuesta historia de amor de la novela no es tal, porque Mansfield Park no es una novela de amor. Es una novela social.
Aquí se retrata con mucho cinismo la sociedad ociosa y acomodada, una sociedad cruel con los que no ocupaban su misma posición social. A Fanny, a la cual acogen sus tíos para hacerle un favor, nunca le permiten llegar a sentirse parte de la familia, con los mismos derechos y privilegios. Su tía le recuerda constantemente lo agradecida que debe sentirse por  ello, por la caridad que han mostrado no teniendo ninguna necesidad, y por ello debe ser prudente y sufrida, y resignarse a ese papel secundario y desagradecido, sin aspirar a más que a ser una dama de compañía sin  voz. En esta posición de desventaja, Fanny espera, pacientemente, rectamente, y aunque no lucha por sus sueños estos se hacen realidad.
Una novela bien escrita, pero con menos carisma que otras obras de Austen.


Vigila lo que lee tu gato



Imagen: Ellen de Groot

20 de febrero de 2012



La actriz del cine mudo Norma Talmadge inició la tradición de grabar las huellas de sus pies en el Teatro Chino Grauman de Hollywood, cuando accidentalmente pisó en cemento fresco frente al teatro en 1927.



Uno de los principales centros de atracción del paseo de la fama de Hollywood es el Teatro Chino Grauman.
A un tiro de piedra del Teatro Kodak, el teatro Grauman llama ostensiblemente la atención por su imponente fachada que emula una pagoda china. En la fachada está representado un enorme dragón, así mismo dos perros de fu guardan la entrada principal y hay muchas siluetas de diminutos dragones en los laterales del tejado de cobre, que varios artesanos chinos se encargaron de esculpir in situ.

Su construcción fue promovida por el actor Sid Grauman en 1927, y para la misma se importaron de China campanas, pagodas, estatuas de piedra y otras muchas piezas de estilo oriental.
En la inauguración del teatro, en mayo de 1927, se estrenó la película “Rey de Reyes” de Cecil B. DeMille.
Pero por lo que realmente es conocido mundialmente el Teatro Chino es por la acera donde numerosas estrellas de Hollywood han ido dejando las huellas de sus manos y pies hundidas en el cemento.
Mary Pickford y Douglas Fairbanks protagonizaron la primera “Ceremonia de la huellas de los pies” en abril de 1927. Mary Pickford y Douglas Fairbanks fueron también los primeros propietarios del teatro junto con Grauman.

Desde entonces las más grandes estrellas han seguido con la tradición y actualmente hay más de 200 placas con huellas, firmas y dedicatorias.





18 de febrero de 2012



Al sureste de Inglaterra, en Cornwall, cerca de Mevagissey, se encuentran unos de los jardines botánicos más populares de Reino Unido: los Jardines Perdidos de Heligan.




El estilo de los jardines se denomina Gardenesque, típico del siglo XIX, con áreas de diverso carácter y en diferentes estilos de diseño. En sus 200 acres de superficie podemos contemplar jardines amurallados, casas de verano al estilo victoriano, árboles frutales, estanques, lagos y 22 acres de jungla subtropical.




La jungla cuenta con una vegetación frondosa y húmeda, ya que hace 150 años se experimentó con plantas subtropicales. Aquí hay cuatro estanques y una colección inmensa de helechos, palmeras y bambú.




Después está el Valle Perdido, un terreno que fue empleado para quemar carbón. Ahora exhibe flora y fauna autóctonas, árboles viejos, flores silvestres y aguas.
Las Tierras del Placer se extienden a lo largo de 30 acres, y es una serie de jardines (jardín italiano, de Nueva Zelanda, la Gruta de Cristal, el Sundial, Flora con Camelias y Magnolias) dentro de un solo jardín.




Finalmente están los Jardines Productivos, que hace siglos abastecían con frutas, vegetales, flores, especies y plantas ornamentales a la residencia de los Tremayne. Cuenta con muchos senderos para disfrutar el recorrido por su naturaleza.




Los jardines eran parte originalmente de la finca Heligan, propiedad de la familia Tremayne de Cornualles. Después de la Primera Guerra Mundial, que produjo la muerte de 16 de los 22 jardineros que trabajaban en el, los jardines quedaron en un estado de negligencia hasta que Tim Smith y un grupo de entusiastas compañeros decidieron restaurar el jardín a su esplendor original.

13 de febrero de 2012

Besos de película

Titanic

Aún recuerdo el olor de aquel cine, mezcla de palomitas, moqueta  vieja y golosinas. Era el cine de mi ciudad, el que hoy, cerrado a cal y canto, sueña con las glorias de tiempos pasados*. Nunca se vieron colas como aquellas, de gente de todas las edades, que esperaban  turno para comprar entrada. No he vuelto a ver nada igual, y quizás no vuelva a verlo. Titanic fue la sensación del momento, y, como casi todo el mundo en esa época, yo fui una de las tantas quinceañeras que lloró lo que no estaba escrito con el final de Titanic. Ya antes, mucho antes, había suspirado lánguidamente con esta escena, la del beso, la “cursilada” del beso, en la proa del barco insumergible volando hacia un eterno atardecer; el último que contemplarían las 1523 almas que se ahogarían aquella fatídica madrugada. Para mí sigue siendo, todavía hoy, una de las escenas más románticas de la historia del cine:

(2:42 min)

Spiderman

Hay que admitir que como beso este tiene su aquel. En primer lugar es un beso bajo la lluvia, y ya se sabe que la lluvia es un elemento sugerente en lo que a  besos se refiere. Además la postura no es la ideal pero quizás eso es lo que le hace tan especial. Se sale de lo común, es un beso arriesgado, misterioso, y muy emocionante. Él lleva máscara, ella se la levanta un poquito, lo justo para dejar los labios al descubierto. Es arrebatado, impulsivo. La pega es que para llevarlo a la práctica, además de tener que comprar un disfraz y unos cuantos arneses de seguridad, lo que podría resultar difícil de explicar, es conveniente  ir al gimnasio a entrenarse unas semanas antes para evitar lesiones.   

(0:51 min)

La dama y el vagabundo


El clásico de Disney siempre me inspiró ternura. La historia de Reina y Golfo, toda una dama y un despierto vagabundo, es de las más románticas del cine de animación. Para empezar tiene lugar en un entorno propicio para las cosas del querer. El restaurante Tony´s especializado en espaguetis con final feliz. Unas velitas, un mantel de cuadros, una melodía de violines y  como quien no quiere la cosa, inesperadamente, así  como ocurre lo que más se aprecia, un beso. Un beso que fue nombrado en 2005 por la revista People uno de los más famosos de la gran pantalla.

(3:05 min)

Diario de Noah

Si hay una escena que reúne todos los elementos románticos para convertirse en un clásico del género, sin ninguna duda es ésta. De nuevo lluvia, el elemento clave**; una lluvia torrencial que no logra apagar la pasión de dos personajes ardientes. Una pasión que se palpa. Reproches, miradas y al final un beso de esos que quitan la respiración. Los dos protagonistas, Ryan Gosling y Rachel McAdams iniciaron una relación tras el rodaje. Además este beso consiguió ganar un premio MTV al mejor beso de película en 2005, totalmente merecido.

(0:33 min)
Amelie

Esta pequeña película, tan francesa, tan naif, tan en verde y rojo, tiene uno de esos besos que se quedan grabados. Un beso tierno como una de esas rebanadas de pan blanco. Un beso que en realidad son muchos besos. Uno tímido en la mejilla, otro en el cuello, en la frente, en los párpados…  suaves besos que recorren la piel delicadamente, como si en realidad ni la rozaran. Y claro, está la música. Fabulosa, compuesta por Yann Tiersen, y que le va como anillo al dedo a esta historia imaginativa, llena de fantasía y  magia. Un beso final, en los labios, y un desenlace como esos que tanto nos gustan a los románticos.

(1:20) min)

Grandes esperanzas

El amor duele. Enamorarse duele. Seguir enamorad@ aunque uno sepa que va acabar con el corazón roto es una tontería que ojala pudiéramos evitar. Pero en las cosas del corazón la razón no manda. No se puede pensar con esa masa delirante que bombea nuestra sangre.  Si fuera así cuántos disgustos nos ahorraríamos. Cuántos malos ratos, cuántas noches de insomnio, cuántos nudos en la garganta… Grandes esperanzas tiene un catálogo de besos a cual más interesante, pero todos tienen en común lo mismo, su sensualidad.  Y al final, aunque nos duela, aunque reneguemos de él, aunque nos vuelva locos, ¿no es maravilloso el amor?

(1:46 min)

Moulin Rouge

Ojala todos los besos terminarán con fuegos artificiales. Tengo debilidad por los musicales, y particularmente por Moulin Rouge. Quizás sea por la tremenda química de los dos actores, porque este es uno de los besos con la mejor puesta en escena que recuerdo, por la música que también ayuda, pero este beso me gusta especialmente. Además que la declaración cantada que le hace Christian a Satine, eso de “El amor lo es todo. El amor es algo espléndido. El amor… nos transporta. Porque todo lo que necesitas es amor.” “Yo fui creado para amarte y tú para amarme a mí” y que te lo cante así, con esmoquin, y mirándote a los ojos, con esa voz… es para derretirse. Un beso porque… qué bonita es la vida ahora que tu estás en ella.

(4:32 min)

El señor de los anillos. El retorno del rey.

El amor entre un hombre y una elfa, entre un ser mortal y uno inmortal. Recuerdo especialmente la escena del beso final entre Aragorn, convertido finalmente en rey de Gondor, y Arwen, que había renunciado a su inmortalidad por amor. Aquel beso ponía punto y final a la saga de películas dirigidas por Peter Jackson. Un beso  que tenía sabor a leyenda. La serena pasión  de este beso le convierte en el más especial de esta lista.  Además no podía suceder en más  bello escenario, y en el mejor momento, poniendo un broche de oro y dejando a los espectadores con un grato recuerdo. Este beso es uno de mis favoritos.

(5:22 min)

 
Crespúsculo.

Alguien que te dice así a la cara: eres mi marca personal de heroína, se está ganado a pulso un beso de esos adictivos, por lo menos. Al margen de otras cuestiones, hay que reconocer que el beso entre Bella y Edward tiene su punto. Para no tener sangre este es  un vampiro muy pasional. Elementos a favor: 1- Oscuridad; siempre propicia para estas cosas. 2- Componente furtivo; a escondidas, el no saber si te van a pillar le da emoción. 3- Ese sí pero no, pero del todo; vacilar, dudar, desear y atacar. Nunca falla en cualquier beso pasional que se precie. Un beso que te deja con ganas de más.

(1:40 min)

El hombre tranquilo

Considerado uno de los mejores besos de la historia del cine, me era imposible no mencionar e incluir en este ranking el beso que los dos protagonistas de El hombre tranquilo se dan bajo la lluvia. Unos personajes sencillos, entrañables y creíbles, por eso este beso tiene magia, tanta, que hasta te hace olvidar el cartón piedra del decorado. Pero también hay otro beso que, como curiosidad, inspiró a Elliot, el niño de E.T. a dar su primer beso, y también ocurre en medio de una tormenta, cuando Sean (John Wayne) sujeta pasionalmente a Mary Kate (Maureen O´Hara) al sorprenderla en su casa. Un beso sólo comparable a los de Lo que el viento se llevó.

(4:06 min)

 
*Cuando preparaba esta entrada, hace unos cuantos meses, este viejo cine permanecía cerrado y prácticamente abandonado; y yo me lo imaginaba, cada vez que pasaba por delante, como un viejo ocioso, como si  entre sus solitarias paredes siguieran resonando todavía los ecos fantasmales de las viejas películas proyectadas allí.  Hoy en día ese viejo cine vuelve a estar abierto como un espacio cultural, y su proyector ha vuelto a encenderse para crear  magia como antaño.
**Besos en la lluvia
¿Qué tendrá la lluvia? ¿Y por qué un beso bajo ella se vuelve tan romántico?


 
¡FELIZ SAN VALENTÍN!

 

12 de febrero de 2012

Una voz se apaga

"El peor demonio soy yo; puedo ser o mi mejor amigo o mi peor enemigo".

Hoy nos levantamos con una triste noticia. Whitney Houston ha muerto a los cuarenta y ocho años, tras una larga pero corta vida de excesos. Una historia conocida,  que parece repetirse cada cierto tiempo.
Como muchos otros artistas que tomaron el oscuro y descendente camino de las drogas, Whitney conoció primero el éxito.
A finales de los ochenta y principios de los noventa Whitney era la voz; había vendido millones de copias de sus álbumes y sus incursiones en el mundo del cine habían gozado del favor del público. Pero cuando las drogas entraron en su vida todo cambió. Su voz y su fama empezaron a deteriorarse poco a poco hasta que se vio sumida por completo en una espiral destructiva de la que jamás podría huir.
Ayer, 11 de Febrero, una voz que nos emocionó,  brilló y nos enamoró dejó de existir. Una voz única que, por suerte para los que la conocimos y la apreciamos,  nunca se apagará del todo.
Descanse en paz.

11 de febrero de 2012

El político británico Edward Halifax (1881-1959) era muy bromista. Un día iba en el tren y con él viajaban dos señoras muy estiradas que lo miraron mal cuando sacó un cigarrillo. Peor lo miraron cuando dio un trago a su petaca y harto de tanto puritanismo, esperó a pasar un túnel para ultimar su "venganza".
Se propinó dos sonoros besos en la mano y cuando el vagón volvió a iluminarse, exclamó muy serio:
"¿A quien de ustedes, señoras, debo agradecer el incidente del túnel?"

9 de febrero de 2012

Love is...


Love is ...  fueron una serie de ilustraciones creadas por la artista neozelandesa  Kim Grove en la década de los sesenta.
En un principio nacieron como simples notas de amor que una enamoradísima Kim dibujó para su entonces novio Roberto Casali. Aunque rápidamente ganaron popularidad y comenzaron a  publicarse y comercializarse en la década de los setenta. Los comienzos de la tira coincidieron  con el estreno de la película Love Story. Una de las frases más célebres de la película decía "Amor significa nunca tener que decir que lo sientes." A lo que Kim contraataco con uno de sus dibujos más famosos, cuya leyenda decía "El amor es ... ser capaz de decir que lo sientes"
Kim Casali murió en junio de 1997. Desde entonces es  su hijo Stefano Casali quien se ha encargado de dibujar la tira.


 














Fuentes: Wikipedia.
Imágenes: Google, Loveisfan.com, Wikipedia.

6 de febrero de 2012

Extra Cine XXI



Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres.
Mikael Blomkvist (Daniel Craig) es un periodista financiero dispuesto a restaurar su honor tras ser declarado culpable por difamación. Contactado por uno de los empresarios más ricos de Suecia, Henrik Vanger (Christopher Plummer), para esclarecer la desaparición muchos años atrás de su querida sobrina Harriet —asesinada, según cree Vanger, por uno de los miembros de su familia— el periodista llega a una isla remota de la congelada costa sueca sin saber lo que allí le espera. Simultáneamente, Lisbeth Salander (Rooney Mara), una inusual pero ingeniosa investigadora, es contratada para averiguar los antecedentes de Blomkvist, una tarea que en última instancia la lleva a unirse a Mikael en su investigación sobre el asesinato de Harriet Vanger. Aunque Lisbeth se protege de un mundo que la ha traicionado una y otra vez, sus habilidades como hacker y su capacidad de concentración y determinación inquebrantable, la hacen imprescindible. Mientras Mikael se enfrenta cara a cara con los herméticos Vanger, Lisbeth trabaja en la sombra. Ambos comienzan a trazar una cadena de homicidios desde el pasado hasta el presente, forjando un frágil hilo de confianza, aun siendo arrastrados hacia una de las corrientes más salvajes del crimen contemporáneo. (Sinopsis:labutaca.com)
Me enfrentaba a esta película sin tener ninguna referencia sobre lo que iba a ver. A pecho descubierto. No había visto las versiones anteriores y tampoco había leído los libros sobre los que se basa la película. Mi mente estaba libre de prejuicios, de ideas preconcebidas, y tampoco tenía grandes expectativas. Todo esto  influyó en mi forma de “disfrutar y comprender” la película. Si hubiera sabido que la historia era tan desagradable puede que no la hubiera visto, directamente. No puedo decir que me haya decepcionado, porque decepción implica esperar algo, y en mi caso no esperaba nada, pero no me ha dejado buen sabor de boca. En primer lugar dura demasiado. 158 minutos, que no son moco de pavo. Agota. Tanto por la crudeza y brutalidad de la trama, de algunas escenas que me revolvieron el estómago, como por  la puesta en escena, de la atmósfera gélida, sombría y deprimente, y de todo en general. Pero estas impresiones tienen que ver con mis gustos personales, y no con la calidad de la película dirigida por un director curtido en esto de  plasmar historias oscuras, David Fincher. Seguramente los admiradores del director y de la obra de Stieg Larsson encontraran suficientes elementos interesantes como para llevarse una impresión buena. En este aspecto destacan los actores, que teniendo que sacar adelante unos personajes muy difíciles, cumplen muy bien. Tanto Daniel Craig, como la casi novata Rooney Mara, están a la altura de las circunstancias. Los dos hacen que la película gane interés, a pesar de que hay muchas otras cosas que se lo restan. Personalmente encontré varias cosas confusas en su trama, algunas cogidas por los pelos, otras algo rebuscadas. Me resultó muy desagradable ver esta película, porque tiene todo lo que te puedas imaginar para resultar perturbadora. 5,7



La hora más oscura
“La hora más oscura” nos contará la historia de un grupo de turistas estadounidenses que se encuentran en Moscú justo cuando unos extraterrestres llegan a la Tierra con intenciones hostiles. Todos ellos intentarán sobrevivir a la invasión alienígena.
Poquito que decir de esta película supuestamente de ciencia ficción. Un enemigo alienígena, hostil, pero invisible cae del cielo con malas intenciones. Un grupo de chicos y chicas americanos se toparan con ellos y después… nada, nada de nada. Nada de tensión, de argumento, de guión, de actuaciones, de efectos especiales, de vergüenza y seriedad por intentar colar a los incautos espectadores esta película tan hueca, desganada, plana y aburrida. No la veas, es una absurda pérdida de tiempo. 1,5



La Dama de Hierro
La Dama de Hierro cuenta la apasionante historia de Margaret Thatcher, una mujer que rompió todas las barreras de género y clase para ser escuchada en un mundo dominado por hombres. La historia trata sobre el poder y el precio que se paga por él, en un retrato sorprendente e íntimo de una mujer extraordinaria y compleja.

Vigila tus pensamientos, se convertirán en palabras. Vigila tus palabras, se convertirán en actos. Vigila tus actos, se convertirán en hábitos. Vigila tus hábitos, se convertirán en  tu carácter. Vigila tu carácter, se convertirá en tu destino…

Con estas palabras de Gandhi Margaret Thatcher forjó su filosofía de vida. Lo que pensamos nos da forma. Lo que pensamos repercute en nosotros, en los demás, nos afecta a todos los niveles de nuestra vida, y no puedo estar más de acuerdo.
Antes de ver esta película no sabía muy bien quien era Margaret Thatcher más allá de lo básico. Después de ver este biopic sobre su persona mis conocimientos sobre ella no van más allá de lo que ya sabía.  La película se centra en sus logros políticos, nos muestra de manera un poco errática varios de los conflictos contra los que tuvo que luchar, como la huelga de los mineros, el terrorismo o la guerra de las Malvinas, sus esfuerzos por seguir en el poder, sus decisiones no siempre comprensibles, pero la forma en la que se nos van presentando estas escenas es extraña, como lo es la mente de un paciente con demencia senil, sin conexión entre ellas. Supongo que este efecto fue buscado a propósito por la directora de la película, ya que la narradora de la historia es la propia Margaret, una Margaret mayor, enferma y sola. La película tiene un tono muy bajo, te deja triste, por lo que muestra, por la terrible enfermedad que es la demencia senil, por sus tremendas consecuencias. Te deja una sensación extraña, nada agradable. Personalmente no diría que la disfruté, o que me gustó. No es una mala película, tiene sus aciertos, pero tampoco es una película buena; le falla su ritmo, demasiado sosegado, demasiado bajo, y su estructura fría que no ahonda demasiado en la figura de Margaret Thatcher aún tratándose de una película biográfica. Lo que no puede negarse es la magnífica interpretación de Meryl Streep. Por ella y sólo por ella vale la pena ver la película. Genial la caracterización en las diferentes etapas de su vida. Y qué decir de una actriz como Meryl, que es grande, grande, grande, y que está estupenda. Es Margaret; es su voz, su mirada, su manera de andar. No es Meryl actuando, no ves a la actriz debajo del maquillaje y el vestuario, ves al personaje, y esa capacidad pocas, muy pocas actrices la tienen. 6



Sherlock Holmes: Juego de sombras.

Sherlock Holmes siempre ha sido el más listo de todos… hasta ahora. Y es que hay una nueva mente maestra del crimen suelta, el profesor Moriarty, quien no sólo está a la altura intelectual de Holmes, sino que posee también una capacidad para el mal, combinada con una absoluta falta de escrúpulos, que bien podrían darle una ventaja sobre el afamado investigador. Así, la investigación se torna aún más peligrosa cuando lleva a Holmes y Watson a recorrer el continente desde Inglaterra hasta Francia y posteriormente a Alemania para terminar finalmente en Suiza. Pero el astuto Moriarty siempre va un paso por delante y va tejiendo una red de muertes y destrucción, todo ello dentro de un plan más grande que, de tener éxito, cambiará el curso de la Historia.
Ver esta película es como meterte en una batidora. Cuando termina te sientes mareada. Ya la primera parte de esta saga abusaba mucho de los movimientos descontrolados de cámara, de la acción excesiva y a raudales, y de una hiperactividad que provoca dolor de cabeza y un cansancio hondo, de esos que sientes en lo más profundo de los huesos. Lo malo de todo es ver cómo se desvirtúa el personaje. Este Sherlock no tiene nada de detective. Guy Ritchie y los guionistas pulverizan sin remordimientos la esencia del personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle, y si fuera para mejorarlo no sería tan malo, pero lo peor es que este modernizado Sherlock es directamente imbécil. La trama de la película es llanamente una excusa para meter efectos especiales, para volar trenes y utilizar la cámara lenta, pero ni engancha ni en  ningún instante de su metraje suscita el más mínimo interés. Demasiado caos. El único personaje con algo de chichilla es el de Moriarty, pero de resto cero patatero. Ni para pasar el rato. 3