11 de febrero de 2012

El político británico Edward Halifax (1881-1959) era muy bromista. Un día iba en el tren y con él viajaban dos señoras muy estiradas que lo miraron mal cuando sacó un cigarrillo. Peor lo miraron cuando dio un trago a su petaca y harto de tanto puritanismo, esperó a pasar un túnel para ultimar su "venganza".
Se propinó dos sonoros besos en la mano y cuando el vagón volvió a iluminarse, exclamó muy serio:
"¿A quien de ustedes, señoras, debo agradecer el incidente del túnel?"

5 comentarios:

  1. Anónimo7:48 p. m.

    jajajajajajaja, y nunca sabrían quién fue, desconfiando la una de la otraaaaaaaaaa, qué buenooooooooooooo.
    Qué anécdota tan buena.
    Me ha encantado. XDDDDDDDDD
    Me has hecho reír a mandíbula batiente.
    Gracias, de veras.
    Carol.

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  2. Jaja, que graciosillo. Lo mejor es que las dos señoras siempre pensaran mal la una de la otra, ya me imagino sus ojos suspicaces observándose de reojo, jeje.
    :D

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  3. Prometeo4:14 p. m.

    Muy buen humor, me recuerda mas dun chsite de esos...un abrazo.

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  4. Me alegra que os haya hecho reír porque ese fue justo el efecto que tuvo en mi esta anécdota.
    Hay que reconocerle a Halifax su buen humor y su poquita de mala leche :))

    Besos a todos y gracias por visitarme, asi da gusto.

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  5. Jajajaja, ¡¡qué bueno!! No podía habérmelo esperado ni de broma. Tendrías que añadir la etiqueta de Humor, ya que la de Curiosidades se la ha ganado por completo jaja. Qué gracia =) Un beso

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