"El peor demonio soy yo; puedo ser o mi mejor amigo o mi peor enemigo".
Hoy nos levantamos con una triste noticia. Whitney Houston ha muerto a los cuarenta y ocho años, tras una larga pero corta vida de excesos. Una historia conocida, que parece repetirse cada cierto tiempo.
Como muchos otros artistas que tomaron el oscuro y descendente camino de las drogas, Whitney conoció primero el éxito.
A finales de los ochenta y principios de los noventa Whitney era la voz; había vendido millones de copias de sus álbumes y sus incursiones en el mundo del cine habían gozado del favor del público. Pero cuando las drogas entraron en su vida todo cambió. Su voz y su fama empezaron a deteriorarse poco a poco hasta que se vio sumida por completo en una espiral destructiva de la que jamás podría huir.
Ayer, 11 de Febrero, una voz que nos emocionó, brilló y nos enamoró dejó de existir. Una voz única que, por suerte para los que la conocimos y la apreciamos, nunca se apagará del todo.
Descanse en paz.
Bonito homenaje para una voz de oro, por supuesto que nunca se apagará del todo.
ResponderEliminarDescanse en paz
Quiza ahora pueda descansar y como en una viñeta de no se pintor sea recibida por jackosn y canten juntos o baieln con los angeles....un abarzo.
ResponderEliminarQue descanse en paz. Nunca la olvidaremos.
ResponderEliminarSoy de las que no entiende por qué llegan a estos extremos y eligen el camino de las drogas... sé que lo tienen mucho más fácil, pero no les beneficia en nada. Y en casos como ella, se ha destrozado la vida, cuando era una cantante enorme con una voz única, que no necesitaba nada para brillar, y ahora su hija está en las mismas ante toda la situación y lo que ha vivido en casa.
ResponderEliminarEs muy triste. Lo siento mucho.
I will always love you.
Un beso, Raquel