SALA
DE
LECTURA
Chocolat
– Joanne Harris
Sinopsis:
El
chocolate es algo más que un placer para
los sentidos. Saboreándolo las penas se hace más llevaderas, los secretos menos
íntimos, los sueños más reales. Por eso para el cura Francis Reynaud, la
llegada a Lansquenet-sur- Tannes de Vianne Rocher, una singular mujer que
decide montar una choclatería, no puede ser sino el primer paso para caer en la
tentación y en el pecado. Y frente a él, la joven Vianne solo puede apelar a la
alegría de vivir de las gentes de Lansquenet…
"Si
el libro que leemos no nos despierta de un puñetazo en el cráneo, ¿para qué
leerlo?... Un libro tiene que ser un hacha que rompa el mar de hielo que
llevamos dentro.”
Algo
parecido a esta frase comenzó a sonar en mi mente al llegar a la mitad del
libro, y a medida que avanzaba con la lectura esa sensación se volvió más
insistente.
Como
lectora he leído muchos libros, algunos que eran como martillazos y otros que
nunca me dejaron una huella. Aún así,
aunque una lectura se me haga más cuesta arriba, no suelo abandonarla; todas
las historias merecen ser leídas hasta el final, puede que valga la pena.
Tengo
que precisar que el libro esta muy bien escrito, pero la historia de Vianne no
me llegó a conquistar, ni siquiera por su bonita prosa. Quizás porque necesito
un poco más de acción y el libro de Joanne Harris es básicamente descripción.
Descripciones que te hacen la boca agua, porque hay chocolate para todos los
gustos. Yo que soy muy golosa he disfrutado con ellas, me he imaginado el
tentador escaparate de La Céleste Praline y he visto montañas de trufas y
pasteles, y campanas de pan de jengibre, y bombones, y huevos de pascua, y
figuritas de azúcar, y he admirado su toldo colorido y los geranios que adornan
su fachada. Pero cuando se abusa de este recurso -básicamente es la principal
basa de la escritora- la descripción se torna paja que ralentiza el ritmo, lo
que hace que el tono se vuelva aburrido. Aburrido pesar de que la historia tiene
elementos y personajes interesantes, pero es hacia la mitad del libro cuando se
nota un cambio acusado en el tono; curiosamente el personaje de Vianne comienza
a apagarse y el de su antogonista, Reynaud, a cobrar fuerza.
El
libro esta narrado desde dos puntos de vista opuestos y a la vez
complementarios. Se alterna la voz de Vianne, vital y resuelta, y la de Reynaud, severo y recalcitrante. Y
aunque al principio parecía que sería el personaje de Vianne el mas interesante
finalmente Reynaud le adelanta por la izquierda. Y eso que este personaje, uno
de los mejor elaborados del libro, causa rechazo instantáneamente.
Otra
cosa que noté es que me costó ubicar la historia en un espacio de tiempo, es
decir el modo en que describe a ciertos personajes, la mentalidad del pueblo de
Lansquenet, la influencia que ejerce el cura en ellos, parece mas propia de
mediados del siglo pasado, quizás los años 50 o 60, pero menciona cosas
modernas que nos hace pensar que se trata de una época mas cercana a la actual.
Aunque no es un “defecto” si puede
confundir un poco.
Pero
admito que no son los personajes principales los que más llamaron mi atención,
sino los secundarios, en especial el de la anciana Armande. Muchas de las historias de estos secundarios quedan descolgadas y su
conclusión es decepcionante y en algunos casos precipitada. La autora enmendó
esto en “Zapatos de caramelo” y “El
perfume secreto del melocotón” donde retoma los personajes de “Chocolat”.
En
el momento de su lanzamiento, en 1999, el libro de Joanne Harris fue un éxito.
Se convirtió en un best seller colándose en las listas de los libros más
vendidos en muchos países. A raíz de la buena acogida y crítica que obtuvo se
hizo una película, con Juliette Binoche y Johnny Depp como protagonistas. Así
mismo, y por su temática, la novela fue comparada con “Como agua para chocolate”
de Laura Esquivel, pero leídos los dos lo cierto es que salvo en el detalle del
placer de comida poco tienen en común, y personalmente me quedo con el de Laura
Esquivel.
Aprovechando
que había leído el libro vi la versión cinematográfica que se realizó en el año
2000, dirigida por Lasse Hallström y con un plantel de actores encabezados por
Juliette Binoche, Johnny Depp, Judi Dench y Alfred Molina.
Mantiene
la esencia original del libro pero introduce muchos cambios, algunos que
mejoran el material de partida como la relación entre los personajes de Juliette
y Johnny que aquí se refuerza, y la historia de los antepasados de Vianne, que
ganan en exotismo, pero otros cambios en los personajes más secundarios le roban
el encanto que sí desprendían en libro, en este aspecto los peor parados son
Reynaud y Armande.
Su
virtud más notable se encuentra en la parte visual, su fotografía y escenarios.
Creíble su recreación de finales de los años 50 en un pintoresco pero arcaico pueblecito
francés, incluyendo el vestuario, y preciosa también su banda sonora a cargo de Rachael Portman.
Las
actuaciones correctas, destacando especialmente a Juliette Binoche, quien se llevó
una nominación a los Oscar al igual que su compañera de reparto Judi Dench.
En
general me pasó lo mismo que con el libro. Amables intenciones envueltas en celofán
de colores pero este dulce bombón no me sació. Eso sí, una película entretenida
y muy agradable que te deja buen sabor de boca, sobre todo por su temática
donde se habla de la intolerancia, los prejuicios, el fanatismo religioso, el
feminismo, la libertad o el machismo.
Recomendable
para esos instantes en que necesitas endulzar tu vida.
Imagen:Leroy Campbell
2 comentarios:
No es el mejor libro que he leído y no por su narrativa, tal vez porque como has dicho en la entrada su lectura no me dejó ninguna huella duradera. Estoy contigo en que hacía el final decae el tono, y bueno es un desenlace algo frío y confuso. El mejor personaje es el del cura, te provoca tantas cosas que ahí es donde sabes que está bien perfilado.
En cuanto a la película me pareció que era una buena adaptación, mejora algunos aspectos del libro, aunque es cierto que algunos personajes no sacan el mismo potencial en la entrega cinefila que en la literaria, pero a grandes rasgos me gustó. La fotografía es muy bonita y lo esencial del libro aparece, además el final es mas esperanzador, porque resistió la llamada del viento del norte, ¡y Johnny sale de muy buen ver!
:D
Gracias Anita por pasarte y comentar.
Un beso :)
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