Está demostrado científicamente: besar tiene efectos beneficiosos para la salud.
Según el Dr. Michael W. Smith, M.D. "Un beso apasionado potencia el sistema inmunológico y eleva todas las actividades del cuerpo" Señala, además, los diez efectos positivos que nos proporciona la acción de besar:
1. Aquellas personas que tiene como costumbre despedirse con un beso cada mañana viven cinco años más que los que no lo hacen.
2. Besar es un gran estímulo para la autoestima. Hace que quien besa se sienta apreciado y querido y su mente más grata y conforme.
5. Al besar se usan 30 músculos faciales ayudando a mantener estos tonificados y previniendo el "escurrimiento" de las mejillas. La tensión de los músculos de la cara durante un beso apasionado, contribuye mantener la piel suave y tersa al incrementar la circulación.
6. Besar es bueno para el corazón ya que se segrega adrenalina que mejora el bombeo de sangre que se envía a todo el organismo. Besar frecuentemente, ha sido probado científicamente, estabiliza la actividad cardiovascular, baja la tensión arterial y modera los niveles de colesterol.
7. Las personas que besan frecuentemente son menos propensas a enfermar de trastornos del estómago, del aparato urinario y de infecciones severas en la sangre.
8. Durante el beso, antibióticos naturales como la tialina, se segregan través de la saliva, así como cierto tipo de sustancias que al actuar como anestésicos alivian el dolor.
9. Besar reduce la ansiedad y detiene las "tormentas" de la mente. El beso incrementa el nivel oxitocina, una hormona denominada de la "calma" produciendo felicidad y paz.
10. El acto de besar produce endorfinas que son 200 veces más poderosas que la morfina. Toma nota; cuanto más apasionado sea el beso, mejor que mejor.
Beso, pico, morreo, ósculo…hay tantas formas de llamarlo como de darlo, pero, ¿cómo surgió el beso?
Esta expresión de afecto se practica desde hace muchísimo tiempo pero se desconoce a ciencia cierta cómo y cuando surgió. Aparece como una forma instintiva de demostrar afecto y se da por primera vez de la madre hacia su hijo. Numerosas interpretaciones buscan el origen del beso en el impulso de succión del bebé, las tendencias caníbales (el mordisco amoroso), o la costumbre de tribus primitivas de olfatearse y olerse.
Las referencias más antiguas datan del 2500 a. C. Los besos fueron esculpidos en las paredes de los templos de Khajuraho, en la India.
Como al parecer este procedimiento no dio gran resultado, pronto se implantó otra ley más rigurosa donde se ordenaba que los romanos, además de aspirar el aliento tenían que rozar los labios de su pareja para descubrir algún vestigio etílico.
El Kamasutra por su parte describe tres clases de besos: el nominal, en el que los labios apenas se tocan; el palpitante en el que se mueve el labio inferior, pero no el superior; y el beso de tocamiento, en el que participan labios y lengua.
Pero el significado del beso es distinto en cada cultura, y también en las distintas épocas. En la Antigüedad los hombres persas se daban besos en la boca, pero solo se admitía entre personas de un mismo nivel. Si dos hombres eran considerados jerárquicamente inferiores, el beso debía ser dado en el rostro.
Hasta la segunda mitad del siglo IV a.C., los griegos sólo permitían besos en la boca entre padres e hijos, hermanos o amigos muy próximos. El filósofo Platón declaraba "sentir gozo al besar".
Por su parte, en la cultura celta se creía que el beso incluso tenía propiedades curativas.
Para asustar sus hijos pequeños, las madres nativas de Indochina francesa amenazaban darle "un beso de hombre blanco"; y en muchas tribus africanas, los nativos reverenciaban al jefe besando el suelo que él pisaba.
Antiguamente en Inglaterra, al llegar a casa de alguien, el visitante besaba al anfitrión, a su mujer y a todos los hijos y hasta al mismo cachorro y al gato. Y en Escocia, el padre besaba los labios de novia al final de la ceremonia de casamiento. Se decía que la felicidad conyugal dependía de esa bendición en forma de beso. Después, en la fiesta, la novia debía circular entre los invitados y besar a todos los hombres en la boca, que a cambio le daban algún dinero.
En el período del Renacimiento, el beso en la boca era una forma de salutación muy común. En el siglo XV, los nobles franceses podían besar a cualquier mujer que quisiesen. En Italia si un hombre besaba a una doncella en público estaba obligado a casarse con ella inmediatamente.
En Rusia, una de las mas altas formas de reconocimiento oficial era un beso al zar.
Uno de los besos mas conocidos es el "Beso francés", que es en que las lenguas se entrelazan. También es conocido como "beso de lengua". La expresión fue creada por Volta en 1920.
En lenguaje esquimal, la palabra para besar es la misma que sirve para decir cariño, por eso en el llamado "beso esquimal", ellos se frotan sus narices una con otra.
El beso pasó de ser una muestra de afecto a ser también una expresión de amor hacia la otra persona. Sin embargo y durante la Revolución Industrial, quedó prohibido.
Posteriormente y ante tal prohibición, allá por los años 60, la gente se reveló y para demostrarlo hacia lo que no se podía: besarse en público.
El beso de Judas
La historia bíblica refiere que Jesús fue señalado (entregado) a sus captores gracias a Judas Iscariote quien le dio un beso en la mejilla. La carga simbólica de este acto, fue retratada por números artistas en pinturas y murales durante siglos.
Es interesante comprobar las diferencias que existen en dos evangelios que cuentan el suceso. De acuerdo con San Lucas (22: 47-48) luego de que Judas besara el rostro de Jesús, este le preguntó: “con un beso entregas al hijo del hombre?”. Momentos después fue arrestado por los guardias que llevaban espadas y palos.
Por otro lado, San Marcos (14: 44-45) relata que Judas les había dicho a los soldados que estaban con el “Es aquel a quien voy a besar. Deténganlo, y llévenlo bien custodiado”. Luego se le acerco, le dijo “maestro” y le dio uno de los besos mas famosos de la historia. El evangelio de San Juan por su parte, ignora absolutamente el hecho.
El primer beso del cine
El 21 de julio de 1896, en Canadá se estreno una película muy particular. El nuevo invento (el cinematógrafo) apenas había sido presentado meses antes y ya provocaba la primera controversia. Por encargo de Edison el director americano William Heise realizó una pequeño film llamado justamente "The kiss" (el beso).
En ella se veía un beso apasionado entre los actores May Irwin y John Rice que duraba 15 segundos.
El espectáculo causó revuelo entre los asistentes y miembros de la prensa que fueron implacables con sus críticas. Un diario local, (The Chap Book ) lo calificó como “absolutamente desagradable”.
El beso del Hotel de Ville
En 1950 el fotógrafo Robert Doisneau se encontraba en una terraza de un bar con su cámara Rolleifleux. Observaba atentamente a la gente que pasaba por la calle y entre la multitud pudo distinguir a una pareja de enamorados que, despreocupados de cuanto le rodeaban, avanzaban besándose apasionadamente. Rápidamente, el fotógrafo tomó su cámara de fotos y disparó esta instantánea conocida como El Beso del Hotel de Ville que se hizo famosa hasta convertirse en la foto más vendida de la Historia con 410.000 copias.
Durante años está fue la historia oficial, hasta que en 1.992 una pareja salió a la luz diciendo que ellos eran los protagonistas aquella fotografía. Doisneau se vio obligado entonces a rebelar la verdad ante un juez para evitar que aquellos impostores pudieran tener derecho a los 100.000 dólares que reclamaban como derechos de imagen.
La revista Life le había encargado un reportaje sobre amantes en París. Y fue el propio Doisneau el que hizo una serie de fotos a las que tituló “Besos“. Aquellos dos jovenes enamorados a los que “casualmente” captó en las calles parisinas no eran sino actores desconocidos (novios, eso sí) a los que pidió que posaran para una fotografía.
La historia se pudo mantener oculta durante 42 años, e incluso, 13 años más tarde, en el 2005, la protagonista real de aquel beso, Françoise Bornat vendió la copia de su fotografía, firmada por el fotógrafo, por la nada desdeñable cifra de 200.000 dólares.
El beso de Rodin
Esta escultura es de mármol y mide 1,90 x 1,20 x 1,15 mts.
Inspirada por el apasionado amor de Francesca da Rimini y Paolo Malatesta. Formaba parte de la gran obra inconclusa de Rodin Las Puertas del Infierno.
Antes de crear la versión en mármol, Rodin había hecho varias esculturas de menor tamaño en yeso, terracota y bronce. En principio fue llamada Francesca da Rimini, uno de los personajes del Infierno de Dante, que se enamoró del hermano de su marido, Paolo, a su vez casado. Enamorados mientras leían juntos la historia de Lanzarote y Ginebra, fueron descubiertos y asesinados por el marido de Francesca. En El Beso puede verse el libro en la mano de Paolo. Cuando los críticos de arte vieron la escultura en 1887, sugirieron el título menos específico de El Beso (Le Baiser) en lugar del de Francesca da Rimini.
Times Square, en Nueva York, es el escenario de la famosa imagen de un marinero y una enfermera besándose. Pero lo más curioso es que, en realidad, se trata de dos imágenes, en lugar de una. Dos fotografías casi idénticas, tomadas casi simultáneamente.
Una de ellas fue la enfermera Edith Shain, que sólo se identificó en 1980 al enviarle una carta a Eisenstaedt donde reconoció ser la protagonista de la fotografía, y hasta ese entonces el hecho le había
Del marinero, después de muchas controversias, finalmente se supo que es un veterano de guerra llamado Glenn McDuffie, quien se encontraba esperando el metro cuando supo de la noticia y, en medio de la euforia, besó a Edith. Pasó mucho tiempo intentando probar que era él quien aparecía en la foto, hecho que sólo se pudo corroborar luego de muchos estudios.
Esta otra fotografía fue tomada por Victor Jorgensen, fotógrafo de la Marina Norteamericana.
Cuando en 1985, fue llamado para participar en la exitosa serie de TV "Dinastía", ya realizaba viajes regulares a una clínica parisina donde en secreto era tratado de su enfermedad. Eran los comienzos de la epidemia y no estaban definidas completamente las formas de contagio, todavía se especulaba sobre si el virus podría trasmitirse por la saliva. Por este motivo cuando leyó en uno de los guiones que tenia que besar a la actriz Linda Evans en una escena se sintió tremendamente desesperado.
Después de pensarlo mucho Hudson decidió hacerlo. Cuando tiempo después su estado de salud empeoró, la prensa amarilla le dedicó mucho tiempo a ese beso apasionado sobre el césped. Linda Evans por su parte, quien fue la principal damnificada, se mostró despreocupada por la cuestión y en una cena para recaudar fondos para combatir el virus le envió cordiales saludos.
El beso es una imagen de amor espiritual e idealizado. Aparece un apareja abrazada que encarna la felicidad erótica imperturbable. Los modelos son el propio Klimt y su amiga Emile Flöge. Ambos cuerpos forman una masa dorada, con ornamentos cuadrados para el hombre y curvilíneos para la mujer.
El beso ofrece una imagen contradictoria de sus mujeres, esta vez la mujer se entrega al hombre, que es un ser activo, es el que lleva la fuerza y da el beso, mientras la mujer, afronta esto con pasividad.
8 comentarios:
Mi querida Raquel: Una entrada interesantísima pues es una especie de antología del beso. Hay muchas cosas que no tenía ni idea. A medida que lo iba leyendo se me vino a la cabeza el beso de Times Square y mira por donde venía a continuación.
Gracias.
Y hoy más que otros tiene sentido mi despedida de :
Mil besos y mil rosas :)
Has hecho una selección bella y curiosa, nada empalagosa. Con besos míticos, y alguno polémico. Falta el beso de la mafia, si me apuras, para redondear. Adoro el beso de Klimt...
Y creo que todos notamos que el beso ayuda a nuestra salud y a nuestro estado de ánimo, verdad?
Por cierto, que Rodin está exponiendo en Tenerife, creo que en el CajaCanarias de Santa Cruz. Y el beso está allí.
Un beso internáutico!
Me ha encantado, Raquel, tu amena, trabajada y documentada historia sobre el beso.
Escribí varias veces sobre ese beso que nombras, el de Times Square (creo que una vez lo hice en el desaparecido Rincón), cuya historia aún me sigue seduciendo.
Quizás haya muchos otros besos y de la más variada condición - como el que apunta Guille Rancel de la mafia - pero ninguno como el que se da sin ver, sin ver absolutamente nada aunque lo demos con los ojos abiertos.
Un beso grande
Zhivago
Me ha encantado tu entrada sobre el beso, como siempre mucha información sobre lo que escribes. Y en cuanto a los beneficios..., me parece que tengo que practicar más, je, je. Abrazos
Gran entrada Raque, interesante y muy completa. Me ha encantado leerla desde el principio hasta el final. Y sin duda Klint es mi favorito, aunque el de Time Square es genial.
Sólo me queda decir: UN GRAN BESO PARA TI.
:D
Realmenbte una entrada soberbia, un articulo sensacional, un tema emotivo, todo un gran trabajo que diria peiodistico y de investigacion. Buena seleccion, ademas, de fotos y temas sobre el beso.
Y es como decia Becquer:
Por una mirada, un mundo,
por una sonrisa, un cielo,
por un beso... ¡yo no sé
qué te diera por un beso!
Ojala todos nos besasemos un poco mas. Un fuerte abarzo.
Gracias a ti por leer mi entrada y opinar. A mi tambiñen me gusta el beso espontáneo de Times Square.
Muchos besos :)
Es verdad, y mira que cuando se me ocurrió hablar sobre besos me acordé del que daba la mafia, que vaya beso. El beso de Klimt es precioso.
Un beso internáutico :)
Gracias Zhivago por leer mi entrada y comentar. Se lo decía a Malena, que el beso del Time Square me gusta precisamente por esa espontaneidad que se ve, por la alegría que trasmite.
Muy bonito eso del beso que se da sin ver, muy tierno y sugerente.
Un beso grande.
Besar es mejor que ir al gimnasio, a si que ya tenemos excusa. A praticar se ha dicho.
Gracias por comentar.
Un abrazo.
Gracias Ana.
Un abrazo y un beso.
Muchas gracias prometeo, no veas como me animas. Me alegra que te haya gustado este entrada sobre besos.
Me encanta Becquer.
Un fuerte abrazo.
El Templo de Khajuraho, India
se construyo entre el 950 y el 1050. Después de Cristo.
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