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10 de marzo de 2012

Extra Cine XXIII



Atraco por duplicado 

Tripp Kennedy entra tranquilamente en una sucursal bancaria poco antes de la hora de cierre, justo en el momento en que dos bandas distintas coinciden por casualidad con intención cada una de realizar un atraco. Se produce un tiroteo y Tripp se abalanza sobre una guapa cajera, Kaitlin, para protegerla. Las dos bandas, una compuesta claramente por profesionales y la otra formada por un par de aficionados, se encuentran estancadas en un punto muerto. El sistema de seguridad del banco inicia su procedimiento de cierre habitual al final de cada día y deja a todo el mundo atrapado dentro del edificio. A medida que avanza la noche, Tripp y Kaitlin intentarán salvar la situación, eludir la muerte y evitar enamorarse… o casi.

En tiempos de crisis ¿quién no ha pensado atracar la sucursal bancaria más cercana; esa que te fríe a comisiones; que te sangra cada vez que tiene ocasión; esa que dejó de regalarte sartenes pero te da el palo cada vez que tiene ocasión? Que tire la primera piedra quien no se le ha pasado por la mente, aunque sea fugazmente.  Sí, ya, menos mal que la imaginación es libre, y que existe el cine de atracos, que ya nos hace el trabajo sucio. Pero siendo sincera esta película es una de las más aburridas que he visto en lo últimos tiempos. Con un ritmo malo, un guión horrible, y unos actores perdidos, la película se convierte en una pequeña tortura de hora y media. Una película que no ofrece nada. Un atraco en toda regla, que a cara descubierta  te roba el tiempo invertido en visionarla. No hay nada destacable, nada que se pueda resaltar, nada que valga la pena. Ahórratela. 0.2


 The artist

Hollywood, 1927. George Valentin es un célebre actor del cine mudo al que todo le sonríe, pero la llegada del cine sonoro marca el final de su carrera y le lleva a caer en el olvido, mientras la joven extra Peppy Miller empieza a ser propulsada hacia el firmamento de las estrellas.
 
Tenía muchas ganas de ver esta película, que tanto revuelo ha formado en medio mundo. Una película muda y en blanco y negro, que hasta el momento lleva cosechados numerosos premios y nominaciones, además de unas cifras en taquilla muy buenas. Y la verdad es que no me ha defraudado. The Artist es una de esas películas atemporales, da igual que esté ambientada en la época de esplendor de Hollywood, porque lo que cuenta es muy actual. Un actor en plena apogeo que se encuentra en la disyuntiva de su vida, adecuarse a las nuevas tecnologías, al futuro del cine sonoro, o anclarse en el pasado aunque este le cueste su carrera; dejar paso a los jóvenes  y subirse al carro de lo nuevo o guiarse por su orgullo herido y bajar en picado la empinada cima del éxito. Adaptarse o morir.
The Artist rescata la esencia de  aquel cine de época y lo hace con tanto cariño que cada plano, cada secuencia, cada escena destilan amor por aquellas películas. Es curioso que  estando rodada en blanco y negro desprenda tanta luz. Siendo una película muda la música cobra importancia, así que la banda sonora va cambiando adecuándose a las emociones que destilan por la pantalla para reforzarlas, y aunque personalmente me gustó mucho su banda sonora algunas de las melodías se me hicieron un poco repetitivas, sobre todo la que sonaba la primera media hora. Pero en general me ha gustado mucho The Artist, empezando por los dos actores. Dos actores que con su expresividad me han cautivado. La historia es sencilla, y me hizo recordar una de mis películas favoritas, Cantando bajo la lluvia; aunque no la alcanza en calidad ni en espíritu.
De sus escenas destaco la de la pesadilla, y la escena final.  Y no puedo olvidar al perro.
Una película que te gustará si te gusta el cine en mayúsculas. 7.2



Oro negro

Principios del siglo XX, Arabia. Bajo el implacable cielo del desierto, dos jefes tribales se declaran la guerra y se enfrentan. Los cuerpos de sus guerreros quedan esparcidos por el campo de batalla. Nesib, emir de Hobeika, es el vencedor e impone las condiciones a su rival Amar, sultán de Salmaah. Aceptan no intentar hacerse con la tierra de nadie que separa los dos reinos, conocida como Franja Amarilla. Como garantía, y de acuerdo con las leyes tribales de entonces, Nesib “adoptará” o, mejor dicho, se llevará como rehenes a los dos hijos de Amar, llamados Saleeh y Auda. Pasan los años, y Saleeh, que es un guerrero nato, quiere escapar de la jaula dorada en la que está encerrado y regresar a las tierras de su padre. Sin embargo, a Auda sólo le importan los libros y el conocimiento. Un día, llega un empresario de Texas para ver a Nesib, y le cuenta al emir que hay petróleo en sus tierras. Le promete riquezas que van mucho más allá de lo que pueda imaginar. Nesib ya ve un reino con carreteras, escuelas y hospitales construidos gracias al oro negro escondido debajo de la arena. Pero hay un problema: el petróleo está en la Franja Amarilla. Ha llegado el momento del último enfrentamiento para hacerse con el control de la Franja Amarilla, de los dos reinos y, sobre todo, del futuro.

Tengo que admitir que mi atención con respecto a esta película fue muy escasa. Será que no tenía el día, estaba cansada o desconecté de ella a los pocos minutos de empezar a verla, pero lo cierto es que mi recuerdo de esta película está muy borroso. La historia épica, pero mal contada, con momentos de aburrimiento y otros más vistosos. El desierto como telón de fondo, la lucha por la riqueza y la lucha por preservar la identidad de un pueblo, aunque eso signifique darle la espalda al progreso. La religión siempre revoloteando sobre todo. Luchas, conflictos, y personajes algo flojos. Antonio Banderas sobreactuado; Freida Pinto en un personaje nulo pero luciendo toda su belleza; y Tahar Rahim, el protagonista masculino, mucho mejor que el resto. Pero para poder valorarla como se merece tendría que volver a verla, aún así una película algo regular.





La mujer de negro

“La mujer de negro” nos cuenta la historia de un joven abogado de Londres, Arthur Kipps (Daniel Radcliffe), que se ve obligado a dejar a su hijo de cuatro años para viajar al remoto pueblo de Crythin Gifford y encargarse de los asuntos del propietario recientemente fallecido de Eel Marsh House. Sin embargo, cuando llega a la vieja y escalofriante mansión, descubre siniestros secretos del pasado de los lugareños, y su inquietud no hace más que aumentar cuando vislumbra a una misteriosa mujer vestida de negro.

Tenía muchas ganas de ver al protagonista de Harry Potter en otro personaje,  y mi curiosidad se multiplicó cuando supe que la película que le iba a dar la oportunidad de cambiar de registro la producía la mítica Hammer. Además el género de la película, terror, me gusta, aunque lo pase fatal. Para rematar todo lo anterior la historia no podía ser más inspiradora, aunque bastante tópica; una película de misterio, con fantasmas, caserones y niebla.  El resultado, bastante aceptable. Daniel Radcliffe aprueba en su primera aventura fuera de los muros de Hogwarts.  La mujer de negro exhala ese aire a las películas de terror antiguas. Su punto fuerte, sin duda su ambientación, su atmósfera y unos escenarios y exteriores que te ponen inmediatamente en situación. También los sonidos, la banda sonora, que recrean y potencian lo que vemos en pantalla; esto es rincones oscuros, sombras que se mueven y mucha soledad. Porque si hay algo que  contagia la película es un tono de nostalgia y melancolía muy acuciado. La ubicación del caserón no puede ser más literaria y cinematográfica, y ya por si misma constituye un elemento sugerente por toda su teatralidad; un lugar apartado y cercado por la niebla y las marismas; un lugar objeto de la superstición y la tragedia; un lugar abandonado, invadido por las telarañas y el polvo; un lugar inquietante con sus espejos que reflejan sombras negras, con su cuarto de los juguetes, esos juguetes con los que ningún niño jugaría sin tener pesadillas después.
Aunque la historia es muy sencilla, y hay más momentos de introspección que de diálogos. Le falta algo más contundente para ser una película memorable de terror.
Daniel se lleva todo el peso de la película, pues es casi el único protagonista, y cumple aunque no le pegue demasiado hacer  de padre y viudo. Aún así bastante pasable. La única pega el final que ni fu ni fa. 6


5 comentarios:

Prometeo dijo...

Me quedo con The artist y la de fantasmas d etoda la vida. Un abarzo.

Ligia dijo...

Pues veré The artist que también me han hablado bien de ella, y te agradezco tus tempranos comentarios para poder escoger entre lo que aporta la cartelera. Abrazos

Nortiz dijo...

Sólo he visto La dama de negro y lo cierto es que yo también tenía muchas ganas de verle en otro papel distinto al de Potter, y en otro estilo... pero me pareció que repetían todo el rato lo mismo para causar miedo y que los juguetes del cuarto eran sumamente horribles. ¡Pobre niño!
Y el final te deja... pff. Si no lo hubiera llevado al pequeño allí, no les habría pasado nada. Menuda venganza la del fantasma ese, que es el único que se molesta en ayudarla y se lo paga de esa forma. Esto ya no es lo que era xD

El resto no las he visto ni me suenan de nada, salvo The artist que suena espectacular por lo que cuentas :) Dan ganas de verla. Un beso Raquel

Raquel dijo...

Concidimos y nos quedamos con The Artist, la verdad es que de las cuatro de esta lista es la mejor de calle.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Es un placer para mi compartir mis opiniones sobre mis gustos cinefilos con ustedes, y si les son de utilidad mejor que mejor.

Natalia el final de La mujer de negro a mi me dejó como ¿y esto? creo que no hacía falta.

Gracias de nuevo a los cuatro.
Besos :)

Anónimo dijo...

Raquel: como no he visto ninguna, ¡qué desastre!, prefiero no leer y comentar en cuanto las vea. Soy así de rara, jajajajaja, qué le vamos a hacer.
Besos y abrazos.
Carol.

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