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31 de marzo de 2014

Jee Young Lee

El trabajo de esta artista coreana me ha sorprendido. Todos los elementos de la composición son artesanales, fabricados para la ocasión por ella misma. Jee Young Lee cuida minuciosamente cada elemento que luego fotografiará, incluyendo la iluminación, así que para recrear estos mágicos escenarios puede llegar a tardar de semanas a meses. El resultado vale la pena, y es que parece increíble que ninguna de sus imágenes esté retocada digitalmente.
Dice inspirarse en sus propios sueños, en cuadros y en las fábulas coreanas que leía en su niñez, así que sus fotografías transmiten muchos mundos distintos, algunos llenos de surrealismo, otros fantásticos u oníricos, y sin duda todos ellos únicos. 












15 de marzo de 2014

La magia real de Disney

Para dotar de realismo los movimientos de sus personajes animados, Disney usó  modelos reales en muchas ocasiones. Los animadores e ilustradores podían tomarlos como referencia a la hora de dibujar.
Durante muchos años se creyó que Campanilla, el hada de Peter Pan, fue diseñada a partir de las curvas de Marilyn Monroe, pero la leyenda es falsa. En realidad la “starlette” y actriz que prestó sus gestos a la adorable hada fue Margaret Kerry, quien dijo: "La primera vez que vi la película notaba en Campanilla todos mis gestos. Eso sí, yo no tengo sus piernas..."



Kathryn Beaumont fue otra de las actrices que el estudio Disney usó para recrear en carne y hueso a sus personajes. Ella hizo de Wendy y Alicia, con las que, además de prestarles sus movimientos, siempre se sintió muy identificada.



La deslumbrante Helene Stanley se encargó de recrear a La bella durmiente. Y la bailarina Marge Champion fue la grácil Blancanieves.




Los perfectos y sorprendentes movimientos de estas añejas producciones Disney son en gran parte mérito suyo.










1 de marzo de 2014



Khara-Khoto, la ciudad negra, aparece hoy enterrada en la arena  como un fantasma encallado entre el pasado y el presente sin pertenecer ni a un período ni al otro.
Mucho tiempo atrás fue el centro neurálgico del Imperio Tangut allá en el año 1035.  Durante decenios se guardó el secreto de su existencia para que nadie pudiera sitiarla. En sus calles floreció el comercio en la ruta de la seda. Es mencionada en los escritos de Marco Polo como Etzina.



Al salir de la ciudad de Campichu andas durante doce días, y luego llegas a una ciudad llamada Etzina, que esta hacia el norte, al borde del desierto de arena, y que pertenece a la provincia de Tangut. Las personas son idólatras y tienen un montón de camellos y ganado, y en el país se produce un número enorme de buenos halcones, ambos Sakers y Lanners. Los habitantes viven de sus cultivos y su ganado, ya que no tienen comercio. En esta ciudad se debe preparar para las necesidades de víveres durante cuarenta días, porque al salir de Etzina, se entra en un desierto que se extiende a cuarenta días de viaje hacia el norte, y en el que te encuentras sin vivienda ni lugar de aprovisionamiento.

Marco Polo, Los viajes de Marco Polo, traducido por Henry Yule, 1920



Eji Nai City (transcrita al chino de la lengua Tangut como Yijinai) en Idioma mongol como Khara-Khoto, se encuentra en la región de Ejin en la prefectura de Alxa, en la parte occidental de Mongolia Interior, cerca del antiguo lago Gashun, y en borde mismo del desierto del Gobi.



Durante el período Han constituyó el puesto militar más avanzado en la frontera al norte de China, y mantuvo su posición hasta que a finales del siglo XII fue completamente destruida por Gengis Khan.
En 1372 los ejércitos Ming reconquistaron la región y volvieron a destruir Khara-Khoto.


Según la leyenda el general Khara Bator (en Mongol: Héroe Negro) al verse rodeado por los ejércitos de la dinastía Ming, quienes habían desviado el curso del Río Ejin, la fuente principal de agua de la ciudad, asesinó a su familia y luego se suicidó. Después de su suicidio, los soldados de Khara Bator resistieron en la fortaleza pero el ejército de los Ming los conquistó finalmente, matándolos a todos.



Otra versión de la leyenda sostiene que Khara Bator abrió una brecha en la esquina noroeste de la muralla de la ciudad y escapó a través de ella. Los restos de la ciudad tienen efectivamente una brecha por la que un jinete puede pasar.
Después de la derrota, y posiblemente por la falta de agua, la ciudad fue abandonada y dejada en ruinas por el ejército Ming.



Fue redescubierta en 1908 por una expedición rusa dirigida por el capitán Pyotr Kozlov. Kozlov encontró un tesoro de esculturas budistas, escrituras (más de 2.000 libros, pergaminos y manuscritos) y estandartes de seda pintados en la base de una gran estupa, los cuales se encuentran hoy en la colección del Museo del Hermitage.




Se cree que Khara Khoto mantuvo importantes conexiones comerciales con el oeste, en las que aparecen mercaderes musulmanes jugando un papel clave. Las ruinas de una mezquita a las afueras de las murallas de la ciudad lo atestiguan.



Khara Khoto   es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Mongolia. Después de ser explorada por Kozlov en 1908 y 1909,  lo fue por Sir Aurel Stein en 1914. Sven Hedin trabajó en el yacimiento durante dos años, entre 1934 y 1935. Cincuenta años más tarde, los arqueólogos chinos volvieron al yacimiento en 1983.
El clima seco del desierto ayudó a preservar muchos materiales que de otra manera se hubieran perdido, y con cada nueva expedición se han hecho nuevos descubrimientos importantes, que atestiguan la riqueza del patrimonio cultural tangut.





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