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23 de junio de 2016

Rivales (2ª parte)


Steve McQueen y Paul Newman


Las relaciones de McQueen con sus compañeros de profesión siempre fueron tensas. Steve representaba un estilo de hombre que arrastraba a cientos de espectadores al cine. Él lo entendió y lo aprovechó, aun a costa de engrosar su larga lista de enemigos. "La gente hablaba de que era una persona muy difícil, simplemente porque no era una oveja que se dejara manejar –reveló en una ocasión  su hijo Chad-. Sabía lo que era bueno para él. Trabajaba sus papeles en casa y se hacía una idea de cómo interpretar cada escena. Se peleó a muerte con los directores para hacer las cosas a su manera. Así era para todo. Siempre al límite".
Su rivalidad con Paul Newman fue conocida, lo que motivo que parte de la industria le consideraba un paranoico con complejo de inferioridad. En 1968 le ofrecieron interpretar a Sundance Kid en 'Dos hombres y un destino', traducción de 'Butch Cassidy and the Sundance Kid'. Paul Newman ya había aceptado el papel de Butch. Steve puso como condición cambiar el título para que el nombre de 'Sundance Kid apareciera el primero. Los productores no lo aceptaron y Robert Redford ocupó su lugar.
La fijación con Newman se convirtió en algo  casi enfermizo, llevando hasta el ridículo una competición que dio mucho que hablar cuando compartieron el rodaje de 'El coloso en llamas' (1974). McQueen insistió en tener 12 líneas más de diálogo que su compañero de reparto, además de exigir que en la última secuencia apareciera solo él y que en los títulos de crédito sus dos nombres figuraran a la misma altura.
 Iniciada la filmación, pidió al departamento de vestuario que acortara la visera del casco de bombero que tenía que utilizar porque dejaba en penumbra sus ojos azules y el público solo se fijaría en los de Newman. Se le hizo ver que si cambiaban su casco, tendrían que hacerlo con todos los demás. "Pues cámbienlos todos", zanjó.
A pesar de todo cuna vez que comenzaron a trabajar juntos todo fue a las mil maravillas e incluso surgió una muy buena amistad, el rodaje estuvo repleto de bromas y risas.



Joan Crawford y Bette Davis



Una de las más legendarias rivalidades de Hollywood se dio entre las actrices Bette Davis y Joan Crawford a inicios de la década de los 60. Davis era conocida por su mal genio que se puso de manifiesto en la película en que ambas fueron protagonistas: “¿Qué fue de Baby Jane?” donde interpretaban a dos hermanas. En ese rodaje, Davis aprovechó una escena para golpear a Crawford a tal punto que Joan necesitó de unos puntos en la cabeza.  Y Joan Crawford se la devolvió. En una escena Davis tenía que arrastrarla pero tuvo problemas porque  pesaba demasiado, incluso se dañó la espalda. En realidad Joan Crowfard se había puesto pesas en los bolsillos para elevar su peso.
Durante el rodaje también Bette Davis ordenó que se colocara una dispensadora de Coca Cola en el set en clara provocación a su compañera de reparto, debido a que su marido trabajaba en Pespi.
Una vez terminadas las grabaciones, las agresiones no acabaron y Bette Davis empezó nuevamente a atacar a Crawford. En una oportunidad dijo: “No la mearía, aunque estuviese en llamas” o “Ha dormido con todas las estrellas de MGM menos con la perra Lassie”. Y cuando murió Crawford tampoco fue condescendiente: “Uno nunca debe decir cosas malas sobre los muertos, solo se deben decir cosas buenas. Joan Crawford está muerta, ¡qué bien!”.
A pesar de su enemistad, Crawford y Bette eran más parecidas de lo que querían admitir; las dos eran dos grandes actrices del Hollywood dorado, mujeres de gran carácter, competitivas, multipremiadas. Bette ganó dos Oscar y estuvo nominada diez veces. Joan ganó uno y obtuvo dos nominaciones más. Bette era directa y dominante. Joan promiscua, alcohólica y perversa.
Bette se casó hasta en cuatro ocasiones. Tenía una madre destructiva y una hermana con problemas mentales. Joan fue una madre horrible y tirana. Se casó cinco veces y se acostó con casi todo el mundo. Ambas tuvieron sonadas discusiones con sus compañeros de reparto, ambas convertían los rodajes en entornos de trabajo tensos y crispaban a actores, directores y productores.



Pepsi y Coca Cola


La rivalidad entre estas dos bebidas de cola es legendaria y centenaria.
El nacimiento de Pepsi en 1893 supuso el mayor problema de competencia para la compañía Coca Cola (1885). Aunque los inicios para Pepsi no fueron positivos; tras dos quiebras consecutivas la empresa fue adquirida por un distribuidor de Coca Cola, que consiguió plantar cara a su anterior empresa.  Sin embargo una subida de precios del azúcar le llevó a ofrecer la compañía a su eterno rival que lo rechazó. Grave error que daría lugar a una guerra sin cuartel entre ambas compañías.
Pepsi inició una actitud agresiva, aumentando las cantidades de producto y reduciendo los precios respecto a Coca Cola, aumentando sus ventas. Pero una nueva subida de los precios del azúcar complicó la existencia a Pepsi, cuya imagen era la de "la cola de los pobres". Pepsi consiguió recuperar cuotas cambiando su posicionamiento gracias a unificar su sabor y a una agresiva estrategia publicitaria.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Pepsi amplió sus acciones publicitarias y empezó a vender sus refrescos en latas. En los 50 Coca-Cola comenzó a anunciarse en televisión, mientras que Pepsi apostó por el rebranding para intentar mantenerse a la altura de su rival.
Coca-Cola decidió salir a bolsa en 1962, coincidiendo con el lanzamiento de Sprite, una las marcas más exitosas de la compañía. Pepsi se fusionó con Frito Lay a mediados de los años 60 para crear PepsiCo, que tuvo un efecto benéfico sobre las cuentas de Pepsi durante las últimas décadas. Coca-Cola, en cambio, no ha ido más allá al sector de las bebidas y los refrescos.
El catálogo de marcas de Coca-Cola es enorme. Quince de ellas superan los 1.000 millones de dólares en ventas (Fanta, Sprite, Nestea,Aquarius Minute Maid, etc.) Aunque el catálogo de bebidas de Pepsi no es tan amplio como el de Coca-Cola, lo compensa con sus numerosas marcas de aperitivos (SevenUp, Munchitos, Lays, Ruffles, Cheetos, Ganchitos, Doritos, etc.)
Aunque Coca-Cola sigue siendo líder en el mercado de los productos de Cola, pero los ingresos de Pepsi son mayores gracias a su mayor diversificación de productos.
Algunos anuncios reflejaron esta rivalidad, como este sobre dos camioneros distribuidores de Coca Cola y Pepsi ( y otros cuatro anuncios más):


O este que se burla de los osos polares de Coca Cola:


Coca Cola también ha guerreado:


Pepsi tuvo a Michael Jackson:


Coca Cola a Papá Noel:



Personalmente siempre me ha gustado más las estrategias de marketing de Coca Cola, y sus anuncios siempre enfocados a la felicidad, a la emoción y a las personas extraordinarias, aunque de sabor me quedó con la Pepsi Light.


21 de junio de 2016

Calle Cloverfield 10

Oficialmente Calle Cloverfield 10 es la secuela de Monstruoso; película dirigida por Matt Reeves en 2008 y producida por su íntimo amigo J.J. Abrams, cuyo título original era Cloverfield aunque en España se le cambió por alguna razón desconocida. A decir verdad Monstruoso no tuvo un nombre definitivo hasta que salió el tráiler, una maniobra de marketing que consiguió que el interés en torno a la cinta se disparara, pues eso propició muchos rumores y especulaciones.  Mucha gente la comparó con “La bruja de Blair” pues las dos comparten el estilo de cámara en mano y ambas se promocionaron como historias reales. Además consiguieron marear a más de un espectador con sus  frenéticos movimientos de cámara (en algunos cines tuvieron que colocar carteles avisando sobre este riesgo).
El caso es que así de primeras nadie podría vincular a Monstruoso con Calle Cloverfield 10. Si el punto fuerte de la primera estaba en la espectacularidad de los efectos especiales, la segunda no puede estar más alejada de eso, es una película radicalmente opuesta pues su escenario principal (y único) es un búnker.


            Calle Cloverfield 10 cuenta una historia claustrofóbica que juega constantemente con el espectador haciéndole dudar sobre las intenciones de los personajes, en especial del interpretado por John Goodman, el personaje principal del que no sabemos si es bueno, malo, un psicópata, un perturbado, o se trata simplemente de un tipo raro. Si la película tiene un atractivo es ver a este gran actor desplegando todo su talento. Su personaje es de esos que cuesta olvidar. Compartiendo protagonismo está Mary Elizabeth Winstead, quien también hace muy buen trabajo.
            Es una película que apuesta más por elementos psicológicos y no tanto de acción como hacía su antecesora. En un lugar mínimo tres únicos personajes deben convivir, su incuestionable objetivo es el de sobrevivir, para ello algunos acataran normas, y otros las pondrán y marcarán el ritmo de vida bajo tierra. Romper una de estas reglas puede ser fatal. O no. Porque como decía más arriba la película juega todo el rato con la dualidad, con la verdad, con la mentira, con la duda y la sospecha.



            La disfruté salvo por un detalle,  el final. Un añadido que no pega demasiado, y que además que está lleno de efectos digitales de saldo. 

18 de junio de 2016



En una ocasión dos genios coincidieron en un mismo lugar y tuvieron una charla muy interesante. Esos dos eran Albert Einstein y el actor Charles Chaplin. Congeniaron al instante y entre bromas y halagos mutuos tuvo lugar esta conversación que ha quedado para la historia:
—Lo que he admirado siempre de usted es que su arte es universal, todo el mundo le comprende y le admira —le dijo Einstein a Chaplin.
A lo que Chaplin respondió:

—Lo suyo es mucho más digno de respeto, todo el mundo le admira y prácticamente nadie le comprende.

7 de junio de 2016

Cuando fumar era glamuroso.

Hubo un tiempo en que fumar era un sinónimo de glamour. Los artistas de Hollywood popularizaron este hábito en el siglo XX al dotarlo de sofisticación y encanto. La publicidad también contribuyó asociando el fumar al placer, a la elegancia, al estatus social, a la belleza, a la juventud, a la virilidad y a la aventura. Su objetivo principal se basaba en movilizar sentimientos, emociones y valores.
La primera gran campaña de publicidad del tabaco fue efectuada a principios del siglo pasado por la marca Lucky Strike para conseguir que las mujeres fumasen; y lo hizo asociando este vicio a la pérdida de peso. La campaña logró hacer ver a los cigarrillos como un complemento de la dieta, algo que quedó grabado en el subconsciente de las norteamericanas durante muchos años.

"Reach for a Lucky instead of a sweet" "Toma un Lucky en lugar de un dulce"

Elegancia o Virilidad



Lucky Strike era sinónimo de elegancia. Al contrario que  Camel, la otra marca de tabaco que copaba el mercado en esos años,  que se asociaba a la gente ruda de los puertos y sus estibadores.







Fumando espero.
Publicidad y Tabaco
Los famosos anuncios con vaqueros prometían hombría y valentía; los que enseñaban a chicas ligeras de ropa ofrecían sensualidad,  y hasta había anuncios con bebés que decían: «Antes de cargarme mami, por favor enciende y disfruta tu Marlboro». El eslogan de los anuncios de Pall Mall decía: «El aroma a hombre que encanta a las mujeres»


Los “Marlboro Man” fueron muy populares. Surgieron gracias a Leo Burnett, ya que la marca, asociada al público femenino, quería acercarse al masculino.  La campaña de publicidad fue un éxito.
Hoy se sabe que cinco de aquellos “vaqueros” que prestaron su imagen  murieron por problemas derivados del tabaquismo. 






Tabaco y Cine

El tabaco fue un elemento imprescindible en el cine, el arte o la moda en el siglo XX. Hoy en día cuesta encontrar una sola película de aquellos tiempos sin humo de cigarrillos. Especialmente llamativo son las películas de cine negro, en las que los protagonistas resolvían sus casos con un cigarrillo en los labios.


De hecho, desde los años 50 hasta finales del siglo pasado, cuando la sociedad percibió el efecto nocivo del tabaco, el hecho de fumar era considerado cool, un signo de modernidad y distinción que hoy, con el paso del tiempo y la llegada de las restricciones y las campañas sanitarias, se ha transformado en símbolo de decadencia y mala salud.





Durante la etapa dorada de Hollywood, en la década de 1950, las grandes tabacaleras norteamericanas pagaban grandes fortunas a las actrices y actores de la época para publicitarse. Carole Lombard, Barbara Stanwyck, Myrna Loy fueron algunas de esas actrices a las que compañías como Lucky Strike llegó a pagar sumas de hasta 10.000 dólares, unos 7000 euros.









El cine sigue siendo una gran influencia para los jóvenes y los niños. Un estudio reciente ha revelado que los adolescentes son más propensos a empezar a fumar si han visto a las estrellas de cine haciéndolo. Es por ello que las películas que presenten  a actores fumando  deberán contener la misma clasificación de edad  que las cintas que contengan sexo y violencia.

¿Tienes fuego?







Las industrias tabaqueras han sabido explotar la potencialidad sexual del cigarrillo y su relevancia simbólica en la construcción de la imagen sexual femenina.




Fumar Mata
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