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21 de septiembre de 2019

Saul Leiter, fotografías.


Saul Leiter (3 de diciembre 1923 - 26 de noviembre 2013) fue un fotógrafo y pintor norteamericano. Sus  primeros trabajos en los años 40 y 50 permitieron incluirle como integrante de la Escuela de Fotografía de Nueva York. Su obra se encuadra en el  género de fotografía callejera y de moda. Saul Leiter aportó innovación en la estética formal, aunque tuvo un reconocimiento tardío. El propio Leiter decía: "En alguna parte secreta de mí había un deseo de evitar el éxito" o "Hay una enorme ventaja en no ser importante". A Saul Leiter le gustaba mezclarse con la gente anónima de la gran ciudad, camuflarse, fundirse con ellos en los reflejos de los escaparates para poder mirar sin ser visto. Fotografiar por detrás de los bordes de las cosas; por eso sus paisajes urbanos se ven a menudo a través de lluvia, de la nieve o de ventanas empañadas. De esta forma  explicaba Margit Erb, directora de la Fundación Saul Leiter, durante la presentación de Saul Leiter: In Search of Beauty, el rasgo más distintivo de su  obra, quien el destino le auguraba una profesión muy diferente a la de fotógrafo,  iba para rabino, pero su madre le regaló una cámara a los doce años y esto lo cambió todo.
Saul Leiter no gozó de popularidad en vida. Su filosofía vital le alejó deliberadamente de los focos y la atención; prefería su mundo pequeño, íntimo, pausado, sus paseos por New York, sus libros, un café escuchando música; jamás creyó que sus fotografías valieran gran cosa. Pero consiguió, sin perseguirlo, convertirse en un referente de la fotografía al darle importancia al color en un momento, los años 50, en que la fotografía urbana era en blanco y negro. Saul Leiter fue siempre humilde, y desde esa óptica se asomó al mundo esperando que apareciera ese instante... la foto que le cosquilleara por dentro.

























15 de septiembre de 2019



¿Alguna vez te has preguntado de dónde viene la expresión “estar a dos velas”? Hay debate, al parecer esta expresión, usada para referirse a estar sin dinero o en una situación precaria, parece provenir de las iglesias. Después de misa se apagaban todas las velas menos dos, las que estaban situadas delante del sagrario; y como estas alumbraban muy poco el templo quedaba triste y mortecino igual que el ánimo del que no tiene dinero para comer. Aunque existe otro origen. En el libro El porqué de los dichos (Ariel, 2015), su autor José María Irabarren, sugiere que “estar a dos velas” alude al juego y al hecho de que, antiguamente, en las timbas y partidas de naipes ilegales, el banquero solía contar los puntos y el dinero a la luz de dos velas. En este supuesto, si un jugador lograba ganar todo el dinero de la banca literalmente dejaba al banquero "a dos velas” (Fuente: Muy Interesante).

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