Buscar este blog

6 de mayo de 2018

El incidente Roswell





En el siglo pasado la sociedad estadounidense de los años 40 vivía temerosa ante la posibilidad de una invasión extraterrestre. Cuando ésta se hizo realidad, gracias a Orson Welles y la dramatización radiofónica que hizo de “La guerra de los mundos”, pocos fueron los que se resistieron a la histeria colectiva que cundió en la víspera de Halloween de 1938. Unas 12 millones de personas escucharon la transmisión y otras tantas cayeron presa del pánico abandonando sus casas y colapsando carreteras, estaciones y comisarías de policía. Los teléfonos de emergencia recibieron miles de mensajes que aseguraban haber visto a los extraterrestres. Quedaba claro que los alienígenas tenían un indiscutible tirón entre la audiencia. Las siguientes cinco décadas fueron una época dorada para la ufología. El incidente Roswell es una de las leyendas urbanas más fascinantes y misteriosas que se conocen sobre nuestros amigos de otras estrellas...



Ubiquémonos. El escenario, una calurosa mañana del 5 de julio de 1947 en Roswell, Nuevo México. Un granjero llamado William Ware Brazel, “Mack”, se presenta ante el sheriff Wilcox con unos pedazos metálicos que ha encontrado en su rancho para ver si los puede identificar, ya que sospecha  pueden pertenecer a un platillo volante. No es la primera vez que ha oído hablar sobre ovnis  y quiere saber la verdad sobre el extraño hallazgo. Pero el sheriff no puede responder a sus dudas y éste, intrigado también, se presenta en la base militar de la ciudad para hablar con el comandante, Jesse Marcel, quién tampoco puede dar una respuesta satisfactoria. Nunca ha visto un material como el que tiene entre las manos. Por lo que los tres se dirigen al rancho de Mack ya muy tarde para inspeccionar los misteriosos restos. Allí pasan la noche en el cobertizo.
Por la mañana recogen todos los pedazos que pueden cargar y regresan a la base. Sin embargo, Marcel, el comandante, decide despertar a su esposa e hijo para enseñarles muestras de lo que había allí. Más tarde, el hijo definiría ese material como 'algo que no se podía quemar, romper, abollar, y cuando se arrugaba volvía a su forma original'.


Sólo bastaron unos pocos días más para que el incidente de Roswell saltara a las portadas de los periódicos con titulares tan llamativos como '¡Platillo volante cae en Roswell!'. Al parecer, dicha información habría sido filtrada por el sheriff; pero ante la paranoia reinante, el general de la base, Ramey, desmiente la información a la prensa, asegurando que dichos restos son de un globo meteorológico, lo que apaga la leyenda momentáneamente.



Treinta años después, en 1978, los ufólogos Friedman y Moore publican un libro acusando al gobierno de complot, al haber ocultado la verdad del incidente Roswell, porque afirmaban que allí se había producido un verdadero encuentro extraterrestre. Para echar más leña al fuego, Edgar Mitchell, quien fuera astronauta del Apolo 14,  asegura que todo es cierto pues ha visto varios informes secretos sobre el caso.
En 1995 se descubre que existe una  grabación sobre la autopsia que se realizó supuestamente a uno de aquellos extraterrestres caídos en Roswell en los años 40 y que la CIA y la NASA habrían mantenido en secreto. De nuevo la leyenda vuelve a estar en boca de todo el mundo. Se llega a decir que  el número de cadáveres recogidos por el ejército  varía desde dos hasta nueve. Incluso algunos aseguran que el ejército habría mantenido como prisioneros a algunos tripulantes que se encontraban con vida tras el accidente. El video es filtrado. El estado de Roswell se convierte en la principal atracción turística de los ufólogos, donde además de asistir a conferencias sobre el tema, el visitante puede comprar todo tipo de recuerdos y souvenirs. 200.000 personas visitan Roswell al año, y gastan unos 5 millones de dólares en  la ciudad, nada mal para tratarse de una pequeña población en medio del desierto.



Lo cierto es que poco después se desveló la verdad. El informe oficial no dejaba lugar a las dudas; el incidente de Roswell  resultó ser un proyecto secreto  el cual había consistido en enviar “globos meteorológicos a gran altura para obtener información sobre la URSS y las pruebas atómicas que éstos realizaran”, llamado el Proyecto Mogul. También se supo que la cinta con las imágenes de la autopsia habría sido realizada por el especialista en efectos especiales John Humphreys, quien habría usado un muñeco de látex relleno de hígados de pollo.
A pesar de todo, ninguna de estas pruebas ha hecho mella en quienes mantienen la teoría de la conspiración del gobierno estadounidense para ocultar lo que habría sido el primer contacto de La tierra con los habitantes de otros lejanos planetas.



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...