Hubo un tiempo en que era frecuente envenenar a los enemigos para prosperar en la política o en el mundo de los negocios, por eso, para probarle a un invitado que su bebida era inocua, se hizo costumbre que el anfitrión permitiera que su invitado vertiera un poco de su bebida en la copa, luego ambos bebían simultáneamente. Cuando el invitado deseaba mostrarle su confianza al anfitrión no vertía el líquido sino que solo tocaba su copa con la del otro. El chocar las copas antes de un brindis es lo que ha quedado de ese ritual.
11 comentarios:
La política y la economía siempre están detrás de la mayoría de nuestras costumbres...
Un abrazo
Es verdad; es que la economía, queramos o no, tiene que influir en nuestras costumbres por narices.
Un abrazo y feliz fin de semana.
El origen de algunas costumbres es muy curioso. Abrazos
hola, me ha encantado tu blog...
un besazo de Cora
Ay que ver lo que escondía ese pequeño acto del brindis. Nunca lo hubiera imaginado, pero tiene sentido, jeje.
Un beso.
;)
No lo sabía. Siempre se aprende algo nuevo.
Un fuerte abrazo.
Y es que en el fondo y en la forma siempre que se habla de negocios surge la desconfianza.
No sabía el origen de ese "choque" de copas, Raquel.
Mil besos y mil rosas.
Qué me dices!!
Gracias, por instruirme. Mis amigos pensarán que sospecho de ellos, siempre pido brindis!
Chin, chin.
Un beso, Raquel.
¡Que curioso, no lo sabia! algo aprendemos hoy. Un abarzo.
Un abrazo, Ligia.
Muchas gracias, Cora.
Un beso.
Pues yo tampoco lo hubiera imaginado, bendito San Google que nos da sabiduría :))
Un beso, Ana.
Un fuerte abrazo, Salvador, un placer verte por aquí.
La desconfianza en los negocios viene de antiguo, y por lo visto eran más categoricos a la hora de despejarse el camino.
Un beso, Malena.
:)) Tus amigos tendrán la mosca tras la oreja.
Un beso, Guille.
Un abrazo, Prometeo.
Hola Tatiana, muchas gracias por tu ofrecimiento y por visitar mi blog.
Un saludo.
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