El monarca Gustavo III de Suecia detestaba el café
hasta el punto de creer que se trataba de una bebida letal y que su consumo
prolongado podía causar la muerte.
Para demostrarlo, se le ocurrió una absurda idea.
Condenó a un reo de asesinato a ser ejecutado lentamente bebiendo doce tazas de
café diarias. Un grupo de médicos
designados por el rey irían comprobando su progresivo deterioro físico. Pero el
soberano nunca vio el desenlace del experimento, ya que casi diez años después,
en 1792, fue asesinado por un disidente que se llamaba Anckarström. Y en los
años sucesivos fueron muriendo uno a uno los médicos que el rey había
designado.
De hecho, al final el único que quedó vivo fue el reo,
quien acabó siendo indultado y murió mucho tiempo después, por causas
perfectamente naturales. Aunque eso sí, nunca dejó de tomarse sus tacitas
diarias de café.
Tendemos a culpar al universo cuando no se realizan nuestros deseos. Nos han
vendido la idea de que sólo basta con querer mucho algo para que el universo
conspire a nuestro favor. Atraemos aquello que pensamos: la fuerza de los
pensamientos positivos. Por supuesto, una mente positiva solucionará mejor los
problemas, al menos contribuirá con su actitud a que sean menos graves, menos limitantes.
Una buena actitud es esencial. Pero que no te vendan humo, el universo no te
debe nada y sólo eres tú y nada más que tú quien puede cambiar el rumbo de las
cosas. No basta con pedir, hay que trabajar.
Por desgracia esto no es tan popular como “la ley de
la atracción” pero seguramente dé mejores resultados a la larga. Podemos querer
mucho algo pero si nos limitamos a sentarnos a esperar a que nos caiga del
cielo puede que pasemos sentados más tiempo del que nos gustaría.
Lo cierto es que quien ha llegado a la excelencia en algo
lo ha hecho a base de esfuerzo y horas… Si quieres ser un virtuoso al piano
tendrás que practicar todo lo que puedas, no hay de otra. Si quieres una vida
mejor tendrás que trabajar en esa dirección. Por supuesto, siempre será mejor
si nos enfocamos en algo positivo mientras trabajamos activamente para
lograrlo, pero para lograrlo también es
fundamental saber qué queremos…
¿Qué quieres de verdad? Sólo cuando tengas clara la
respuesta podrás orientarte más fácilmente en esta encrucijada de caminos, cuando
conozcas la ruta a seguir avanzarás más rápido y llegarás antes a tu meta. Y
esto no es suerte, es voluntad.
España es el segundo país más ruidoso del mundo, por
detrás de Japón. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) exponerse a un
nivel de decibelios superior a 55 dB es
contraproducente y puede resultar dañino para la salud. En nuestro día a día estamos
expuestos a unos niveles de ruido muy superiores a ese, pues ya sólo andar por
una calle con tráfico nos lleva a los 75 dB.
Con el tiempo el silencio se ha convertido en un lujo.
Nos hemos acostumbrado al ruido, es algo marcado en el ADN de los españoles, una
característica que nos ha hecho famosos en el mundo. La acreditada
idiosincrasia española. Hablamos alto, reímos alto, somos alborotadores por
naturaleza y allá donde vayamos nos hacemos notar. Y aunque esto no tiene que ser del todo malo,
un exceso de ruido lleva acarreados algunos problemas graves como dificultades
en el habla y problemas de concentración en los niños, dolores de cabeza,
irritabilidad, insomnio, pérdida auditiva e incluso alteraciones psicológicas,
digestivas y de la presión arterial.
Un exceso de ruido se lleva también la capacidad de
imaginar, pues casi todas las actividades creativas necesitan de un ambiente
propicio.
Aún así le tememos al silencio. Pues los hay que
duelen, que son como una bofetada sin manos, sobre todo en el terreno sentimental.
A veces hay silencios cobardes, otros que son un escudo para quienes sufren
violencia de género pero no se atreven a confesarlo, o para quienes están
siendo acosados en el colegio. Son pocos los que se atreven a silenciar sus teléfonos
móviles, esclavos de la tecnología que nos impide estar un día entero con
nosotros mismos. Para algunos el silencio es incómodo, y a otros les hace sentir
solos. Sin embargo se ha comprobado que
el silencio es necesario para nuestro cerebro pues un exceso de estímulos puede
dejar sin recursos a la corteza prefrontal, la que se encarga del razonamiento.
Si hace unas semanas hablábamos del beneficio mágico
de la música, hoy no podemos obviar el del silencio; se ha demostrado que dos
horas de silencio al día favorecen la creación de nuevas células en el
hipocampo. El silencio repara nuestro cerebro y nos hace sentir regenerados y
con las pilas cargadas.
Por eso, búscalo y disfrútalo. El silencio te ayudará a conocerte
a ti mismo.
Hay fechas para todo y por supuesto hasta para elegir
el día más triste del año; y cómo no, de todos los días de la semana los lunes
son los que más manía despiertan. Para empezar porque vienen a continuación del
fin de semana. El lunes es un aguafiestas, nos recuerda que tenemos que madrugar,
volver a las obligaciones, y si encima
es un lunes en medio del mes de enero, y
viene frío, desapacible, antipático y gris se convierte matemáticamente en el
más tristón.
Blue Monday es un invento reciente.
En 2005 el psicólogo Cliff Arnall ideó una fórmula para calcular cuál es el
peor día del año y llegó a la conclusión de que ese día era el tercer lunes de
enero pues se juntaban varios factores; para empezar la tristeza que provoca el
invierno y su clima, los excesos
navideños que nos pasan factura y además suele coincidir en ese instante en que
dejamos a un lado los propósitos de año nuevo (hablé de lo poco que nos duran
en este post)
. En nuestro país a esto siempre se le ha llamado la cuesta de enero, pero
tiene mucho más tirón su expresión en inglés, Blue Monday.
¿Por qué
blue? Para los habitantes de habla inglesa la palabra “blue”, además de azul,
significa “tristeza”. Feel blue, es un estado de melancolía que tiene que ver con las fluctuaciones del ánimo. El azul es un color
primario y de una gama fría. Sin embargo también es el color preferido de la
mayoría de las personas, es elegante, sereno, se asocia a la inteligencia y
concentración y fue elegido el color de la paz.
Los lunes
pueden ser azules aunque vengan teñidos de gris, pero ¿de qué color son los
martes? Creo que estaría bien elegir un
color para este día de la semana que al menos en nuestro país, tampoco es muy
querido, pues su nombre proviene de la época romana y se consagraba a Marte, el
dios de la guerra en la mitología latina; los martes se consideraban un día de
mal agüero para emprender cualquier asunto importante, sobre todo si estaba
asociado a un número en concreto, el temido trece.
Por todo
ello creo que su color estaría en la gama de los colores cálidos, quizás un
color caramelo, un ocre, o un tono tierra. Para mí, los martes de enero tienen
estas tonalidades; la de un sol tibio que no llega a calentar demasiado, la del
resplandor que arroja una vela sobre una pared, o ese color de las galletas
recién horneadas… un color hogareño para esos días, como hoy, en que la climatología sólo invita a estar al calor del hogar…
Dicen de ella que es la medicina del alma, y es
verdad. La música tiene esa cualidad extraña, consigue modular tu estado de
ánimo hasta transformarlo por completo. Cuando una canción te llega, te “toca”,
ya no te abandona. Puede que el tiempo
cambie su significado, porque la música cambia contigo, adaptándose a tus
nuevas medidas corporales y emocionales, pero una vez que ha sido capaz de
remover tus sentimientos siempre formará parte de la banda sonora de tu vida.
Siempre estará ahí, hibernando o presente. Es la música que te ha acompañado en
las etapas de la vida, con la que reíste o te enamoraste, con la que lloraste,
echaste de menos o te emocionaste. Música con la que incluso puedes viajar en
el tiempo.
Hace un tiempo leí que la música puede aliviar el
dolor de una enfermedad terminal, es capaz de recuperar recuerdos en los
enfermos de alzheimer, tiene un efecto
increíble en los fetos dentro del vientre materno y favorece el aprendizaje y
la memoria. La música cura.
Escribo estas líneas escuchando una de esas canciones,
uno de los “hits” de mi vida. Su melodía me acuna, me hace sentir un poco de melancolía
y mucho de nostalgia porque hay tanto de poesía en esta canción de Antonio Vega...
Ese ser demasiado apasionado, cansado y frágil, que tenía el coeficiente de
Albert Einstein y un talento de otro mundo.
Antonio Vega escribió está canción en un momento en
que no se encontraba bien, y aún así consiguió arrancar de la guitarra estos acordes llenos de belleza y sensibilidad.
Porque así era él, se entregaba a todo con pasión, a la vida, a las drogas,
pero sobre todo a la música.
Y yo sólo sé que hay momentos en que vuelvo al sitio
de esta canción, el sitio de mi recreo, y me siento muy próxima a él, a su
forma de rasgar las cuerdas, a susurrar esa melancolía que es capaz de llevarme
hacía un lugar bañado por el sol, de espiga y deseo, de silencio, brisa y cordura, de nieve, huracán y
abismos...
Y escucharla con los ojos cerrados... El sitio de mi recreo.
7 de enero de 2018
Algunas crónicas
cuentan que Oscar Wilde estaba convencido de que, en un gran número de
ocasiones, la gente no escuchaba cuando se les hablaba, por lo que para
demostrarlo explicaba a sus conocidos la anécdota que le ocurrió el día que
tuvo que asistir a una importante fiesta a la que llegó tarde.
Para justificar
su tardanza ante la anfitriona, Wilde puso como excusa que se había demorado
debido a que ‘había tenido que enterrar a una tía suya a la que acababa de
matar’.
La dama sin
inmutarse contestó al escritor irlandés:
«No se preocupe
usted. Lo importante es que haya venido»
Por un pequeño hueco de la ventana se coló dentro de
la casa, gélido y afilado. Al otro lado, el morador que dormitaba en el sofá sintió
un escalofrío y cogió una manta. En una casa del mismo barrio una chica lo notó
enredado en sus tobillos al salir de la ducha, mezclado de las gotas de agua
que resbalaban de su cabello mojado, y
tiritó. Una calle por detrás el adolescente que volvía de sus clases de
guitarra arrastrando con cansancio los pies lo notó pegado a su nariz y
estornudó. El conductor que pasaba en ese momento con cara de sueño después de
un día de trabajo lo descubrió sobre sus
hombros y se encogió, resoplando. El niño que ya se ponía el pijama para irse a
la cama lo apreció pegado a las sábanas…Frío.
Feliz solsticio de invierno.
Hoy es el día más oscuro
del año en el hemisferio norte por lo tanto también nos trae la noche más larga,
tan sólo nueve horas de luz.
Si enciendes una luz para alguien, también alumbrará tu camino.
En estos tiempos de oscuridad, de miedo y desesperanza conviene recordar estas sabias palabras que hablan de la generosidad y la entrega sincera. Muchas veces nos sentimos perdidos en la vorágine de nuestras vidas, enfocándonos solamente en lo que nos preocupa, y perdemos de vista a los que nos rodean. Es un acto de amor desinteresado encender una luz para alguien, porque cuando ayudas a otra persona te ayudas a ti mismo.
Durante siglos, muchos han sido los mitos y leyendas en torno al monstruo que vive en las profundidades del
lago Ness, en Escocia, y al que cariñosamente los lugareños llaman “Nessie”.
Los testimonios de avistamientos de Nessie se remontan hasta 1.500 años atrás.
Recientemente algunos de los afortunados que dicen haberse topado con el
monstruo han aportado “evidencias” fotográficas para respaldar sus
afirmaciones, aunque muchas de esas fotos han resultado ser falsas.La población de Inverness está dividida, pues algunos argumentan
a favor de su existencia, sin embargo otros están convencidos de que los rumores
en torno a Nessie existen en su gran mayoría para favorecer a la industria del
turismo y al folclore local.
La mayoría de las descripciones sobre el monstruo
explican que se asemejaría a los extintos plesiosaurios, unas criaturas
acuáticas prehistóricas. Éste sería similar a la que presentan los fósiles de
plesiosaurios pertenecientes a la era mesozoica; que indican que este animal
prehistórico debió ser un animal físicamente enorme, con un cuello alargado,
una cabeza pequeña y dos pares de aletas de propulsión bajo el agua. La
debatida hipótesis de la conexión de plesiosaurio con el monstruo del lago
Ness, hizo que se convirtiera en un asunto popular en el inicio del campo de la
criptozoología.
Otra hipótesis expone que Nessie es un dinosaurio que,
de alguna forma, escapó a la extinción. Si esto fuera cierto, el monstruo es
experto en burlar la detección con equipos de sonar modernos, a pesar de que el
lago Ness tiene un área de superficie de 56,4 km2 y, en algunos lugares, una
profundidad de 226 mts.
El lago fue examinado a fondo sin encontrar indicios del monstruo.
En 1868 un artículo publicado en el Inverness Courier
habló sobre la existencia de un “pez enorme u otra criatura” en la profundidad
del lago. Luego en 1930, el periódico El Northern Chronicle, publicó una
noticia titulada “Una extraña experiencia en el lago Ness” en la que se detalla
la historia de dos pescadores que se toparon con un animal que produjo un gran
remolino cerca de Tore Point.
En 1932, K. MacDonald afirmó que había visto a una
criatura similar a un cocodrilo remontando el río Ness.
El 2 de mayo de 1933 el periódico Inverness Courier
publicó la noticia de una pareja local que dijo haber visto “un enorme animal
rodando y hundiéndose en la superficie”. El informe del “monstruo” se convirtió
en una sensación entre los medios. Las editoriales de Londres comenzaron a
enviar reporteros a Escocia, e incluso un circo ofrecía una recompensa de
20.000 libras esterlinas por la captura del monstruo.
Ese mismo año, A.H. Palmer atestiguó un avistamiento el 11 de agosto de
1933 explicando que la criatura tenía apariencia de ser prehistórico.
La prensa sensacionalista ha encontrado un filón en Nessie, al que han dedicado numerosos titulares.
El 19 de abril de 1934 se publicó la fotografía más
famosa tomada por el cirujano R.K.
Wilson de dichoso animal, mostrando a una enorme criatura de cuello largo que
se deslizaba a través del agua. Décadas más tarde, el 12 de marzo de 1994,
Marmaduke Wetherell afirmó haber falsificado la fotografía tras ser empleado
por el periódico Daily Mail para encontrar a Nessie, indicando también que
Wilson no habría tomado la foto, y que su nombre fue utilizado solamente para
darle más credibilidad a la misma. Esa foto se ha difundido por todo el mundo y
es ahora una de las leyendas urbanas más
conocidas.
Esta es la foto más famoso de Nessie, que resultó ser falsa.
MAS
Nessie no está solo. Se han dado avistamientos de
monstruos similares en otras partes del mundo. En el lago Tianchi (o Lake
Monster), en el este de China cerca de
la frontera con Corea del Norte se ha comentado la existencia de un animal
similar a un búfalo con piel gris que ha llegado a atacar a personas para
después refugiarse en las profundidades del lago. En Argentina se ha visto a
Nahuelito, un animal marino que habita en el lago Nahuel Huapi en la Patagonia
y que se dice tiene el tamaño de una vaca. Por último encontramos a Champy,
otro animal marino que habita en el lago Champlain, en las proximidades de
Nueva York, cuya descripción se asemeja bastante a la que se ha dado de Nessie.
Se han realizado numerosas búsquedas del monstruo. La
primera fue organizada en 1934, el momento de mayor popularidad de Nessie. Un
grupo de 20 hombres se mantuvieron en los alrededores del lago para aportar
cualquier información sobre el animal, y dado el riesgo de un “ataque” se les
compensó con el pago de 2 libras diarias por su trabajo.
En las memorias de San Columbano hay un pasaje que
narra que en el año 565 d. de C. al
llegar al lago Ness fue informado de que
un terrible animal había mordido con maldad a un nativo. San Columbano se armó
de valor y cogió una barca para ir en busca del animal, al que encontró: un
monstruo enorme se lanzó hacia él con un gran rugido y la boca desmesuradamente
abierta. Pero al hacerle la señal de la cruz y ordenarle al animal alejarse
éste lo hizo a toda prisa.
Se han documentado más de 1.000 “avistamientos” con
descripciones que varían enormemente, siendo 2004 el año de más actividad
cuando, en la elaboración de un documental por el canal 5 de Estados Unidos, se
creó una réplica del monstruo que provocó más de 400 llamadas a las autoridades
para alertar de que había algo irregular en el lago.
El 1 de abril de 1972, en lo que se conoce como April
Fools’ Day, un día que equivale a nuestro día de los Santos Inocentes, un
periódico anunció que había encontrado el cadáver de Nessie. La broma incluyó
la fotografía de una foca muerta que se había depositado en las inmediaciones
del lago, procedente de un zoológico cercano. El artículo fue criticado por
algunos lectores, que lo calificaron de mal gusto y excesivo.
Cada año el monstruo atrae a más de un millón de
turistas, que generan unos ingresos de más 25 millones de libras.
Según una encuesta de 2006, Nessie está considerado el
escocés más famoso del mundo.
La imagen del monstruo ha sido utilizada por multitud
de compañías para anuncios, como Kit Kat, Vodafone o la marca de agua escocesa
Spring Water. Ha aparecido en varias series británicas, siendo la más famosa Doctor
Who, donde tuvo un papel destacado en varios capítulos de la temporada 13.
También ha sido protagonista de series animadas, como en el capítulo 224 de Los
Simpsons o Scooby Doo. Aparece también en la película “Lago Ness”, realizada en
1996 e incluso aparece una referencia en un nivel del videojuego Super Mario
64, y en 2015, como conmemoración al 81 aniversario de la primera fotografía
del monstruo, Google incluyó a Nessie en su famoso doodle.
Sinopsis:
Antes de ser Wonder Woman, era Diana, princesa de las Amazonas, entrenada para
ser una guerrera invencible. Habiendo crecido en una apartada isla paradisíaca,
cuando un piloto americano se estrella en sus orillas y le advierte de un
conflicto masivo que sacude el mundo exterior, Diana abandona su hogar, convencida
de que puede detener la amenaza. Luchando junto a los hombres en una guerra
para acabar con todas las guerras, Diana descubrirá el alcance de su poder… y
su verdadero destino.
Tengo que confesar que me siento más próxima a las
películas de superhéroes que se hacían en los 80 que a las que se producen
ahora. Nací en esa década en la que las películas juveniles nos hacían
evadirnos de la realidad. Aquel era un cine repleto de personajes con lo que
conectabas al instante, con los que sufrías, reías y vivías mil aventuras
sintiéndolo en primera persona. Por eso me cuesta un poco ver este cine de
superhéroes en donde lo más importante es cuánta destrucción haya (cuanta más
mejor) en lugar de crear un guión interesante
y unos personajes carismáticos con un mínimo de líneas de guión. Sonado fue el
caso del último Superman, Henry Cavill, que en la última película de DC
Entertainment “Batman Vs Superman” ostenta un récord a la parquedad, apenas
pronuncia 43 frases a lo largo de dos horas y media de película.
Lo cierto es que no se puede decir que las últimas
películas de la productora DC fueran fracasos, pues en taquilla han rendido
mejor que bien. Otro cantar es cómo han sido
valoradas. Los críticos se han cebado con ellas y razón no les falta, pues
atesoran todos los defectos mencionados: guiones inexistentes, personajes mal
dibujados, y un exceso de ruido y uso gratuito de efectos especiales para
enmascarar sus flojas tramas.
Por ello DC ha apostado por Wonder Woman para subsanar
estos fallos. ¿Lo ha conseguido? La respuesta es que DC va mejorando favorablemente
pues “Wonder Woman” logra algo que no habíamos podido hacer con los últimos
personajes de su cantera de superhéroes, que empaticemos con los protagonistas.
No lo tenía fácil, pues ya incluso antes de su estreno
la película parecía tenerlo todo en contra. Algunas voces machistas habían
puesto en duda la capacidad de la
superheroína para atraer a las masas alegando un supuesto tono feminista de la
película.
Aún así la directora Patty Jenkins ha salido airosa del reto. Y aunque no es una película realmente
memorable sí que es claramente más entretenida que las últimas y fallidas
propuestas de la productora.
¿Qué falla? Pues hay algo muy notorio que le resta
puntos; los mencionados efectos especiales que se notan bastante flojos y no
están a la altura de una historia de superhéroes. Otro punto bastante en
contra, y que suele descuidarse en muchas películas del género, son los
antagonistas, los malos de la función. Sinceramente todos lucen caricaturizados
al extremo, con todos sus clichés y tópicos posibles, que incluyen deformidades
físicas, estética nazi, looks extravagantes, risitas malévolas…; sólo les faltó
la sempiterna mascota en el regazo para completar el cuadro. A parte y aunque
los personajes principales están bien definidos los secundarios están algo
descuidados.
¿Sus aciertos? Wonder Woman. Gal Gadot. Porque ella es
todo lo que esperamos de una heroína. Es fuerte pero tierna, es ingenua pero
con grandes convicciones, confía más en la humanidad de lo que la humanidad lo
hace consigo misma, es aguerrida, una amazona, es femenina pero decidida. Es
aquel Clark Kent de 1978 que llegaba a Metrópolis rebosante de energía escondiendo
su identidad tras unas gafas. Hay muchas características de ambos que comparten,
pero no parece ser casualidad pues Patty Jenkins ha admitido que se inspiró en
aquella película para su Wonder Woman, y se nota, pues hay más de un guiño a ella.
Si hablamos de los puntos buenos hay que mencionar la
química entre los dos personajes protagonistas, Diana y Steve Trevor; su
historia de amor es creíble y fluida. El ritmo de la película es bueno, aunque
hay que decir que hacia el tercer acto se estanca. Y es que la película tiene
un desarrollo bastante clásico por ello tiende a ser previsible, y como tiene una clasificación
para todos los públicos también es bastante “light”. Aunque el escenario de la
historia es la cruenta primera guerra mundial este es un tema que se toca muy
superficialmente, motivo por el cual las batallas son escasas y asépticas. La trama
trata sobre el bien y el mal, y deja algunas reflexiones interesantes sobre
ello.
En definitiva, una buena opción palomitera si quieres
pasar un rato agradable.
Esta
extraña leyenda que habla de una mujer de hielo surgió en Japón hace cientos de
años, en el siglo XIV, durante el período Muromachi. Dicha mujer era muy conocida en las zonas más altas
y frías y su nombre era Yuky Onna. Su leyenda es una de las más populares del folclore
japonés.
Nadie
sabe quién era Yuky-Onna pero se la describe como una mujer muy hermosa, de
piel extremadamente pálida casi transparente y largos cabellos blancos, que
flota sobre la nieve sin dejar huella y que puede transformarse en una nube de
niebla o hielo si se siente amenazada. Suele aparecer en las tormentas de nieve
y si te topas con ella es seguro que no salgas con vida pues se alimenta de
energía humana, para lo que posa sus
labios sobre la boca de su víctima y absorbe toda su energía dejándolos
congelados.
Algunos
relatos apuntan a que era una sirvienta del dios de la montaña y otros que era
una mujer asesinada en el bosque en busca de venganza. Su nombre significa
“mujer de hielo”, “mujer de nieve” o “mujer carámbano”. A veces es representada
como una madre con un niño en brazos. Cuando el humano incauto toma al bebé en
su regazo, queda automáticamente convertido en hielo.
La
historia más popular cuenta que dos leñadores, uno joven y otro anciano, quedaron
atrapados por una tormenta de nieve y se refugiaron en una cabaña. Se durmieron
y el más joven, de nombre Minokichi, se despertó al notar un viento helado
entrando por la puerta de la cabaña. Al mirar en esa dirección vio a una mujer
vestida de blanco, que inclinada sobre su compañero lo dejaba congelado con su
aliento, era Yuki-Onna. Cuando la mujer se acercó a Minokichi lo vio tan joven
y bello que se apiadó de él y no lo mató, pero le hizo prometer que no contaría
a nadie lo ocurrido o volvería para acabar con él.
Minokichi
se casó un año después con una joven llamada O-Yuki, que significa nieve. Su
matrimonio era muy feliz y tuvieron varios hijos. Hasta que un día el chico
olvidó su promesa y le contó lo ocurrido en la cabaña a su esposa. En ese
momento O-Yuki se convirtió en Yuki-Onna y le recordó el juramento. Cuando
estaba a punto de acabar con su vida, volvió a apiadarse de él, pues era un
padre excelente. Lo dejó al cuidado de sus hijos y desapareció para siempre.
La
figura de Yuki-Onna, realmente personifica la muerte que acecha a los que se
encuentran inmersos en una gran tormenta de nieve, con pocas posibilidades de
sobrevivir. La leyenda ha ido evolucionando y de ese ser terrorífico ha pasado
a tener un lado más amable en los cómics y en la literatura moderna.
Sinopsis:Una
antigua princesa es despertada de su cripta en lo más profundo del desierto.
Ahmanet (Sofia Boutella) fue una princesa egipcia cuyo destino era convertirse
en faraón. Pero cuando es engañada por su propio padre, que ofreció el trono a
su hijo varón, la joven se revela y es injustamente enterrada en una tumba. Al
cabo de los siglos, Ahmanet ha despertado, en el tiempo presente, con gran
rencor y muchas ganas de venganza. Su odio traerá al mundo una gran maldad, y
el terror que causará desafiará la comprensión humana.
Menuda decepción.
Bueno, tampoco es que tuviera unas expectativas muy altas, pero creía que iba a
ver algo entretenido, algo un poco más gótico que la anterior y carismática
versión de 1999 protagonizada por Brendan Fraser y Rachel Weisz, y nada que
ver. Ni gótica, ni divertida, ni siquiera entretenida.
Los estudios
Universal Pictures quieren resucitar a sus monstruos clásicos empezando por uno
de los más exóticos y fascinantes. Este nuevo y ambiciosos proyecto, en el que
veremos nuevas versiones de las películas protagonizadas por La momia, El
hombre invisible, o Frankenstein, por nombrar a los más famosos, se conoce como “Dark Universe”. Su lema es
una frase muy famosa, ‘Bienvenidos a un nuevo mundo de dioses y monstruos´ (Welcome
to a new world of gods and monsters) que pertenece a la película La novia de
Frankenstein (1935).
El tráiler
prometía pero el resultado deja que desear, la verdad es que es una cinta muy
floja. La primera parte donde se nos presentan a los protagonistas es más o
menos prometedora, pero todo se va al traste en un abrir y cerrar de ojos,
desembocando en un segundo y tercer acto bastantes regulares e irritantes.
Para empezar hay
algo que no cuaja nada, y es el tono de la película. Intenta ser de terror,
pero de pronto te meten unos gags "humorísticos" que dan penita y que
más que moverte a la carcajada te mueven a la vergüenza ajena. Los efectos
especiales no están muy logrados, lo que no ayuda a tomarte en serio la
película pues todo tiene un aspecto como de cartón piedra, en especial la
caracterización de la momia cuando aún no tiene una forma humana definida. La
fotografía es oscura, muy oscura, quizás para disimular la cutrez de los
efectos especiales y que se noten menos.
Uno de los sellos
más característicos de Tom Cruise es que corre en todas sus películas, es su
marca y aquí también lo hace demostrando
que a sus casi 55 años está muy en forma, pero es que no lo veo en este
personaje... y creo que él tampoco.
La momia es un
personaje que va de aquí para allá, con una estética muy cuidada y diferente,
con sus tatuajes y su doble púpila, una característica escalofriante, pero ni
fu ni fa, está muy desaprovechada y es que no tiene la presencia que tenían
otras momias de la Universal. No es fallo de la actriz, sino del guión. Su
personaje va a la deriva (al igual que el resto de los personajes secundarios)
en una trama que es... nada, un cero a la izquierda. Y es que se nota
mal hecha, una trama y un guión inventados
rápido y corriendo para cumplir con el mínimo, pero sin brío y bastante
mediocre.
Hay que mencionar
obligatoriamente a Russel Crowe... pero no porque lo haga bien precisamente.
En definitiva,
Universal deberá ponerse las pilas si quiere que su Dark Universe de los frutos
esperados, porque esta primera película es muy fallida.
Si se te ha
pasado por la cabeza verla, un aviso, huye como de la peste...