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20 de febrero de 2012



La actriz del cine mudo Norma Talmadge inició la tradición de grabar las huellas de sus pies en el Teatro Chino Grauman de Hollywood, cuando accidentalmente pisó en cemento fresco frente al teatro en 1927.



Uno de los principales centros de atracción del paseo de la fama de Hollywood es el Teatro Chino Grauman.
A un tiro de piedra del Teatro Kodak, el teatro Grauman llama ostensiblemente la atención por su imponente fachada que emula una pagoda china. En la fachada está representado un enorme dragón, así mismo dos perros de fu guardan la entrada principal y hay muchas siluetas de diminutos dragones en los laterales del tejado de cobre, que varios artesanos chinos se encargaron de esculpir in situ.

Su construcción fue promovida por el actor Sid Grauman en 1927, y para la misma se importaron de China campanas, pagodas, estatuas de piedra y otras muchas piezas de estilo oriental.
En la inauguración del teatro, en mayo de 1927, se estrenó la película “Rey de Reyes” de Cecil B. DeMille.
Pero por lo que realmente es conocido mundialmente el Teatro Chino es por la acera donde numerosas estrellas de Hollywood han ido dejando las huellas de sus manos y pies hundidas en el cemento.
Mary Pickford y Douglas Fairbanks protagonizaron la primera “Ceremonia de la huellas de los pies” en abril de 1927. Mary Pickford y Douglas Fairbanks fueron también los primeros propietarios del teatro junto con Grauman.

Desde entonces las más grandes estrellas han seguido con la tradición y actualmente hay más de 200 placas con huellas, firmas y dedicatorias.





5 comentarios:

Nortiz dijo...

Vaya, qué curioso. No sabía nada sobre el origen de grabar las huellas, pero tampoco sabía de la fama del teatro chino, ni el resto de cosas que has compartido con nosotros en esta entrada. Es interesante :) y curioso, como siempre.

He estado liada con los trabajos y prácticas, y últimamente con los exámenes... pero ya estoy por el mundo blogger de nuevo, espero que todo lo que pueda :) Espero que Ana y tú pasarais unas felices navidades con los vuestros. Me alegro de estar de nuevo =) y de leer tus entradas. Un beso, Raquel

Anónimo dijo...

Qué anécdota tan bonita. Es pura poesía, Raquel.
Muchas gracias por darnos siempre palabras repletas de magia.
(Soy Nicole, pero ya firmo con mi nombre verdadero, =))

Ana Bohemia dijo...

Curioso lo que ha dado de si una metedura de pata, jaja.
Supongo que el cemento fresco es como la arena, que incita a dibujar y a dejar huellas...
:D

Raquel dijo...

Gracias Natalia, me alegra mucho leerte por aqui, y que vuelvas a tener tiempo para bloguear :)
Gracias y espero también que hayas pasado unas buenas fiestas y que los examenes te hayan salido bien.
Un abrazo.

Hola Carol/Nicole :)
Es curioso como pasan las cosas, y como un despiste inicia una tradición como esta.
Un abrazo.


Y tanto, si hay cemento fresco siempre se tiene la tentación de plantar una mano o el pie, o dejar tu nombre grabado :)
Un beso.

Prometeo dijo...

Curioso, no sabia como empezo la tradicion...no te acostaras sin aprender algo nuevo.
un abarzo.

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