El político británico Edward Halifax (1881-1959) era muy bromista. Un día iba en el tren y con él viajaban dos señoras muy estiradas que lo miraron mal cuando sacó un cigarrillo. Peor lo miraron cuando dio un trago a su petaca y harto de tanto puritanismo, esperó a pasar un túnel para ultimar su "venganza".
Se propinó dos sonoros besos en la mano y cuando el vagón volvió a iluminarse, exclamó muy serio:
"¿A quien de ustedes, señoras, debo agradecer el incidente del túnel?"
5 comentarios:
jajajajajajaja, y nunca sabrían quién fue, desconfiando la una de la otraaaaaaaaaa, qué buenooooooooooooo.
Qué anécdota tan buena.
Me ha encantado. XDDDDDDDDD
Me has hecho reír a mandíbula batiente.
Gracias, de veras.
Carol.
Jaja, que graciosillo. Lo mejor es que las dos señoras siempre pensaran mal la una de la otra, ya me imagino sus ojos suspicaces observándose de reojo, jeje.
:D
Muy buen humor, me recuerda mas dun chsite de esos...un abrazo.
Me alegra que os haya hecho reír porque ese fue justo el efecto que tuvo en mi esta anécdota.
Hay que reconocerle a Halifax su buen humor y su poquita de mala leche :))
Besos a todos y gracias por visitarme, asi da gusto.
Jajajaja, ¡¡qué bueno!! No podía habérmelo esperado ni de broma. Tendrías que añadir la etiqueta de Humor, ya que la de Curiosidades se la ha ganado por completo jaja. Qué gracia =) Un beso
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