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5 de septiembre de 2013

Extra Cine XLIV



Iron Man 3

El descarado pero brillante Tony Stark se enfrentará a un enemigo cuyo poder no conoce límites. Cuando Stark comprende que su enemigo ha destruido su universo personal, se embarca en una angustiosa búsqueda para encontrar a los responsables. Este viaje pondrá a prueba su entereza una y otra vez. Acorralado, Stark tendrá que sobrevivir por sus propios medios, confiando en su ingenio y su instinto para proteger a las personas que quiere. Durante su lucha, Stark conocerá la respuesta a la pregunta que le atormenta en secreto: ¿el hábito hace al monje o es al contrario?

No había visto las anteriores entregas pero me animé a ver la tercera parte aunque, hasta el momento, esta saga no había llamado especialmente mi atención. Pero tras conocer al personaje en “Los Vengadores”  me  enganchó su carisma y su personalidad tan fuera de lo común en otros superhéroes. Me gustó que fuera un poco gamberro y que tuviera un punto irónico; que se riera de sí mismo y que fuera cercano. Empatizar con él  no costaba nada.
En realidad seguir la película sin haber visto las anteriores no es complicado si has visto “Los Vengadores”, ya que el argumento continúa desde los hechos ocurridos en esa película; bueno, en realidad tampoco es imprescindible haberla visto; perderse en la trama es imposible.
Tengo que admitir que no suelen atraerme mucho las historias de superhéroes, me parecen todas iguales; mucha acción y los mismos recursos narrativos. Y a decir verdad lo que ofrece “Iron Man 3” es eso mismo. Un compendio de tópicos.
Está el héroe,  atormentado por los últimos y trágicos sucesos de su vida; los villanos de la función, sobreactuados y pasados de rosca; y la acción, muy ruidosa.  Se nota que han apostado por el humor, y lo hay pero ese humor tontorrón y absurdo que nunca se transforma en carcajada.
Es la tercera parte, y se nota el desgaste. La película es flojilla, ligerita, y aunque dura dos horas nunca llega a aburrir ni a cansar. Es una película hecha a medida para su actor protagonista. A Robert Downey Jr. se le nota muy cómodo con su personaje, y lo trasmite. 4,8




The Purge: La noche de las bestias


Año 2022. En una futura sociedad distópica, el régimen político vigente, llamado Nueva Fundación de los padres de América, ha decidido como medida catárquica implantar la "purga anual", una regla por la que una noche de cada año se puede cometer cualquier crimen, incluyendo asesinatos y violaciones, sin tener que hacer frente a las consecuencias ni responder ante la justicia. Así, cuando las viciadas nuevas reglas del mundo exterior amenacen su casa, los miembros de una familia verán su vida en peligro, en el transcurso de una terrorífica noche durante la cual todos se verán puestos a prueba para ver hasta dónde son capaces de llegar para protegerse.

Sugerente ¿no? Pues todo el interés que pueda haber se queda en la sinopsis, porque a la hora de desarrollar la idea la oscuridad se adueña de la función y las buenas intenciones se pierden por el camino.
Lo peor es que con una duración de 86 minutos, y partiendo de una idea tan sugestiva con la que poder explayarse a gusto,  se haga tan larga sin que realmente pase gran cosa. Un guión escueto, una idea desaprovechada, y unos personajes con los que es imposible conectar, ya que no han sido del todo desarrollados; así es como resumo lo que, a mi parecer, es “The Purge: La noche de las bestias”.
Cuando leí de qué iba mi interés se despertó. Aunque sea de pasada la película plantea interesantes cuestiones. La violencia es un tema presente en nuestro día a día. Una cualidad del ser humano, a veces soterrada, a veces manifiesta. Cualquiera puesto a prueba, en una situación extrema, o de exaltación, puede llegar a ejercerla. Y queramos o no, sentimos tanto rechazo como fascinación por ella.
En este futuro que nos recrea The Purge la violencia está permitida una vez al año, y gracias a esa noche anárquica, en la que nada es ilícito, la sociedad avanza; ya no hay crisis, no hay paro ni delincuencia, se ha llegado a un estado de bienestar completo, aunque en realidad, bajo la piel, siga latente ese germen alimentado de insatisfacción y odio. No hay consideraciones morales ni éticas que valgan; purgar “las calles” para eliminar de la sociedad los puntos más “débiles”, o los que molestan a nuestros intereses, es una idea aceptada que va en beneficio de la comunidad. Una terapia para liberar la oscuridad de las almas.
Pero la película no llega a profundizar del todo en la idea de violencia que plantea.
La atmósfera de película de terror, expectación durante muchos minutos, oscuridad durante otros muchos,  a mi no me produjo la tensión que buscaba, más bien me aburrió. Cada paso de los personajes, inmersos en la penumbra de su casa asediada por unos perturbados, es demasiado previsible para resultar verdaderamente inquietante.
La crítica social se pierde entre  tanto cliché del género de terror/thriller. La película no está a la altura de lo que plantea en su sinopsis, de hecho se queda muy por debajo. Aunque la premisa es interesante la forma de desarrollarla no es buena. Abarca más de lo que puede apretar.  4



Un amor entre dos mundos (Upside Down)

En “Un amor entre dos mundos”, Adam es aparentemente un tipo ordinario en un universo extraordinario. Vive de manera humilde con lo que gana, pero su espíritu romántico sostiene en la memoria a una chica que conoció una vez en otro mundo, un lugar que existe justo encima de él, más allá de su alcance. Su flirteo de la infancia será un amor imposible, pero cuando ve a esa misma chica, Eden, en la televisión, ninguna ley ni ciencia le impedirá reencontrar el camino para estar junto a ella.

El amor es una fuerza más grande que la gravedad. Porque vivir en dos mundos separados no es un impedimento tan insalvable como para no enamorarse.
La verdad es que cuando vi el tráiler, hace unos meses, me llamó la atención la historia. Cuando pude verla no lo dudé. Tenía esperanza de ver algo que me conmoviera. Y sí, puedo decir que visualmente es una historia maravillosa. No he visto nada mejor a ese nivel en el cine en el último año. Cada una de las escenas es arte. La fotografía es soberbia. Los efectos visuales son increíbles. Y la trama arranca con unas expectativas prometedoras. Parece que vamos a ver un espectáculo por el que vale la pena pagar. Pero todo se desmorona a la media hora.
Tengo que admitir que no me aburrí, pero  cuando terminé de verla si que me quedó una sensación de vacio. La historia de amor es floja, demasiado típica, y está resuelta muy precipitadamente. Todo lo demás que se plantea en la película, los dos mundos separados, los de arriba ricos, los de abajo pobres, los recursos que roban los de arriba a los de abajo, la crítica que esconde, todo se desaprovecha y queda en un segundo e ingrato plano.
Algo falla y no me extraña que haya pasado, y esté pasando, tan desapercibida. La crítica no ha sido tampoco muy benévola. Costó unos 60 millones de dólares, uno de los presupuestos más caros que ha manejado un director argentino hasta el momento. Pero a Juan Solanas no le salen las cuentas, al punto que la película ya se considera un fracaso comercial; en EEUU la recaudación en taquilla fue ridícula, y en Europa más de lo mismo.
Mi opinión está dividida. No puedo considerarla buena, pues para que una película me llegue de verdad debe tener un argumento a la altura y aquí no es así. El punto fuerte está en la parte técnica; impecable. Pero una película no se mantiene únicamente por su bonito o lujoso envoltorio, tiene que haber una buena trama, un buen guión respaldando eso. Y aquí eso falla, y de qué manera. Ojalá hubieran equilibrado más la balanza, ahora estaría hablándoos de una buena película, en cambio desaprovecha todas sus posibilidades en favor de contarnos una plana, y más que tópica historia de amor.
La recomiendo. Puede que falle en muchas cosas, pero hay que verla, aunque sólo sea porque lo que ofrece visualmente tiene mucha magia. 5



Kick Ass 2: Con un par.

Después de que la loca valentía de Kick-Ass inspirara a toda una oleada de nuevos defensores del bien dirigidos por el implacable coronel Barras y Estrellas, nuestro héroe decide unirse a ellos. Pero cuando Bruma Roja, que regresa con el nombre de El Hijoputa, decide deshacerse de esta panda de superhéroes aficionados, solo Hit Girl podrá impedir que los aniquile.

Hace unos cuantos años Kick Ass revolucionó las taquillas, llevando a las pantallas de cine una historia de superhéroes bastante diferente. Una historia llena de violencia y humor socarrón, muy gamberra, y bastante perversa, con unos protagonistas difíciles de encajar en el término “héroe de acción”, incluyendo también a los malos; aquí rozando el patetismo más extremo.
Encabezando el reparto el personaje de Dave Lizewki, un adolescente enclenque, obsesionado con los cómics, que tiene un sueño: convertirse en superhéroe; para seguir con los personajes de Big Daddy y Hit Girl, padre e hija, que al igual que Dave comparten un mismo sueño, luchar contra el mal.
La película funcionó bastante bien, en parte por su frescura, en parte por ofrecer algo distinto, o al menos algo con una envoltura más atractiva para los fans de los cómics y los superhéroes de toda la vida. Que llegara la secuela era cuestión de tiempo.
Han pasado tres años desde que fue estrenada la primera, y precisamente eso es lo que se nota en esta continuación. Se intenta repetir el éxito siguiendo las mismas pautas; hay violencia gratuita, algo de sangre y escenas desagradables, el humor sigue la línea anterior, los personajes más carismáticos repiten, pero el impacto ya no puede ser el mismo. Ha perdido su capacidad para sorprender.
Aún así, aunque supone un bajón respecto a la primera, tiene momentos muy entretenidos. Pero sólo podrás disfrutarla, o tolerarla, si eres fan de este tipo de historias; y sobre todo si lo que buscas es un tipo de entretenimiento sin muchas complicaciones.
A destacar el trabajo de Chloé Grace Morezt, ya que es realmente su personaje el que sostiene la película.  Ah, también sale de refilón Jim Carrey; y eso que su personaje prometía.
Blockbusted para los últimos coletazos del verano. 5,4



1 de septiembre de 2013

Rivales

Fueron coetáneos, tuvieron éxito en lo que hicieron, pero la rivalidad los distanció



Las dos levantaron de la nada un imperio de la cosmética multimillonario. De origen humilde ambas, se profesaron una profunda antipatía que llegó al extremo de robarse fórmulas para productos y técnicas publicitarias.
Helena Rubinstein, polaca de nacimiento, y Elizabeth Arden, canadiense, abrieron en Nueva York sus respetivos salones de belleza;  y aunque les separaban pocas manzanas, jamás llegaron a conocerse personalmente. Aún así su rivalidad se convirtió en legendaria.
En una ocasión, tras comunicarle que Elizabeth había estado a punto de perder un dedo al darle de comer a uno de sus caballos, Helena comentó con maldad: “¿Y qué le pasó al animal?”.


Los caballos eran la pasión de Elizabeth. Gracias a ellos Arden se consagró en el mundo de la belleza.  Fue en 1930 cuando creó su crema más reconocida, y milagrosa; la “Eight Hours de Elizabeth Arden”, que aplicaba en las heridas de sus caballos. Un día una amiga la usó sobre las heridas que su hijo tenía en la rodilla y en tan solo 8 horas, su rodilla estaba completamente curada. De aquí nació su nombre y comenzó la historia de su imperio. 

Helena se consagró al trabajo. 

Las se referían la una a la otra como “la otra” o “esa horrible mujer”. Las dos vivían obsesionadas con la idea de derrotar a su rival. Su particular guerra llevó incluso a Rubinstein  a contratar al ex marido de Arden, quien la había ayudado durante años en el negocio, mientras que Elizabeth, en respuesta, le “robó”  a su rival una docena de sus mejores empleados. Se mandaban dardos envenenados y despotricaban la una de la otra siempre que se les presentaba la ocasión.



Rubinstein llegó a decir: "El trabajo ha sido mi mejor tratamiento de belleza. Mantiene a raya las arrugas, permite mantener joven el corazón y el espíritu. Ayuda a una mujer a conservar la juventud, y por supuesto, la vitalidad"

Aunque eran mujeres muy diferentes, madame Rubinstein no utilizaba nunca sus productos, mientras que miss Arden no salía de casa sin maquillaje, las dos tuvieron muchos puntos en común. Divorciadas de sus primeros maridos, quienes preferían tontear con sus empleadas que tratar con ellas, se casaron con dos príncipes de título dudoso. Sus personalidades eran fuertes, tiránicas, solían hacer llorar a sus empleadas, eran adictas al trabajo y a los tintes capilares, les obsesionaba el dinero y sentían pasión por las joyas.


Arden y Rubinstein, sin dinero y con mucha ambición, construyeron imperios multimillonarios, que controlaron hasta su muerte, cuando sus salones facturaban cifras récord de hasta 60 millones de dólares.

Helena Rubinstein murió en 1965, a los 94 años, en la oficina a la que jamás dejó de acudir cada día. Tres semanas más tarde, Arden, que paseaba frente a uno de los salones de Rubinstein, exclamó con evidente tristeza: “¡Pobre Helena!”, aunque su expresión era de triunfo, como afirmó más tarde uno de sus acompañantes.
Miss Arden no le sobreviviría mucho; 18 meses después fallecería a los 82 años víctima de una trombosis. Fue sepultada con un vestido de chiffon color rosa diseñado por Oscar de la Renta.



Vivieron por y para la electricidad. Nikola Tesla (1856-1943), nacido en Croacia, era hijo de un pope ortodoxo que pensaba enchufarlo al sacerdocio. Pero cuando a los diecisiete años se enfermó de cólera, su padre le prometió que si sobrevivía lo dejaría estudiar en el Politécnico de Graz, y gracias a esa providencial decisión, y a su curación, Tesla ofreció al mundo  la corriente alterna, la radio, las redes de alta tensión, el radar, el fax, el aire acondicionado, la luz fluorescente y los misiles teleguiados. Además fue el precursor de la robótica y según la oficina estadounidense de patentes inventó la radio, aunque el Nobel lo obtuvo Marconi.
Fue el primer hombre 
en recibir 
señales de radio 
procedentes del espacio 
exterior.
Era un hombre muy maniático, y su carácter excéntrico hizo que se viera relegado al ostracismo y se le considerara un científico loco.
Thomas Alva Edison (1841-1931) nació en Ohio; además de empresario fue un prolífico inventor; patentó más de 1000 inventos, como el fonógrafo, la lámpara incandescente, o la corriente continua.
Los dos se vieron enfrentados en lo que se llamó “La guerra de las corrientes”.
Después de la Exposición Mundial de París en 1881 los nuevos sistemas de iluminación eléctricos se convirtieron en el logro tecnológico más importante del mundo. La demanda de electricidad pronto promovió la construcción de centrales eléctricas más grandes que llevaran la energía a mayores distancias. El sistema de Edison, que utilizaba la corriente continua (CC), era poco adecuado para responder a estas nuevas demandas. Sin embargo lo que ofrecía Tesla, corriente alterna, respondía a  la perfección; a diferencia de la CC, el voltaje de la CA se puede elevar con un transformador para ser transportado largas distancias con pocas pérdidas en forma de calor. Esto provocó que Edison se alarmara ya que amenazaba sus intereses en un campo que él mismo había creado. Para combatir la teoría de Tesla Edison realizó una campaña para fomentar ante el público el peligro que corrían al utilizar la corriente alterna, por lo que Harold P. Brown, un empleado de Thomas Edison contratado para investigar la electrocución, desarrolló la silla eléctrica; en ella electrocutó a perros, gatos y hasta un elefante (la elefante Topsy).


En 1897 Tesla presentó en la oficina de patentes el diseño de su radio. En 1900 Thomas Edison y Guglielmo Marconi, presentaron un diseño de radio que, para más “inri”,  utilizaba para su funcionamiento hasta 17 patentes de Tesla. La presión ejercida por Edison, su influencia y control de las altas esferas, hicieron que la oficina de patentes americana cambiara su decisión y otorgara la patente de la radio a Marconi. A pesar que Tesla litigó con Marconi por la patente de su propio invento, no fue hasta 1943 (y ya a título póstumo) cuando un Tribunal logró por fin que se reconociera a Tesla como el verdadero inventor de la radio. 

Para neutralizar esta iniciativa de desprestigio, Nikola Tesla se expuso a una CA que atravesó su cuerpo sin causarle ningún daño. Ante esta prueba, Edison nada pudo hacer y su crédito quedó momentáneamente erosionado.
Durante la Feria Mundial de Chicago de 1893, Tesla tuvo su gran oportunidad. Cuando la iluminación de la Feria le fue adjudicada y Tesla pudo exhibir sus generadores y motores de CA.
Más tarde, la Niagara Falls Power Company encargó a Westinghouse el desarrollo de su sistema de transmisión. Fue el final de la “guerra de las corrientes”.
Pero su enemistad se remontaba tiempo atrás.  Tesla trabajó un tiempo con Edison mejorando los diseños de los generadores de corriente continua. Edison registraba como propias varias patentes  que Tesla le brindaba, y además se negaba a subirle el sueldo de 18 a 25 dólares a la semana. Sin embargo el detonante de su  antipatía ocurrió cuando Edison se negó a pagarle los 50.000 dólares que le había prometido si realizaba mejoras en sus generadores, aduciendo que se trató de una "broma estadounidense".




En 1920, Edison dijo a la revista Scientific American que estaba trabajando en un aparato para hablar con los muertos. Este proyecto cayó en el olvido; muchos pensaron que estaba loco. Lo que quizá́ no se supo es que en 1901, el antropólogo Waldemar Bogras, en Siberia, grabó unas voces extrañas durante un ritual de la tribu Tohouktchi. Lo curioso fue que lo hizo con un invento patentado por Edison: el fonógrafo.




Actrices de éxito, hermanas y rivales. Olivia de Havilland y Joan Fontaine nunca se llevaron bien. Desde pequeñas ya existía rivalidad entre ellas. Olivia, la mayor, era la mimada de la familia, la guapa; Joan era la inteligente, el patito feo que heredaba la ropa usada de su hermana. Fue su madre, una actriz frustrada, quien más colaboró en la antipatía de ambas; mientras animó a Olivia a dedicarse a la actuación, a Joan le prohibió terminantemente que siguiera los pasos de su hermana, y hasta le impidió usar el apellido “De Havilland”. A Joan no le quedó de otra que adoptar el apellido “Fontaine”, el apellido de su padrastro, como nombre artístico mientras trataba de hacerse un hueco en Hollywood.
Durante la infancia las 
peleas entre 
las dos hermanas 
eran frecuentes; 
tan fuerte se pegaban 
que en una ocasión 
Olivia llegó a 
romperle la clavícula 
a Joan.

Olivia, en cambio, ya había alcanzado cierto estatus gracias a las películas  que hizo con Errol Flinn; con quien compartiría cártel en nueve ocasiones. 
La gran oportunidad de Joan le llegó con “Rebeca” de Alfred Hitchcock, que le proporcionaría su primera nominación a los Oscar. La de Olivia le vendría, supuestamente, gracias a su hermana.
Joan quería el papel de “Scarlett O´Hara” pero Selznick le ofreció el papel de Melania. Joan lo rechazó diciéndole: “Si quieren a alguien para hacer de pava, llamen a mi hermana Olivia”.
En 1941 las dos estaban nominadas al Oscar, ganó Joan por su interpretación en “Sospecha”. Al ir a recoger el galardón pasó de largo de su hermana, que iba a felicitarla; esto terminó de distanciarlas definitivamente. Olivia jamás le perdonó lo que consideró una ofensa.


"No me lo podía creer. De repente, volvieron todos los momentos de nuestra infancia cuando ella se reía de mí, cuando quería demostrar que era mejor que yo, cuando me rompió la clavícula. Le había ganado el Oscar y sabía que nunca me lo iba a perdonar".



El Oscar de su hermana le dio alas a Olivia para conseguir el suyo. Cinco años después lo consiguió finalmente por “To Each His Own”. Y esta vez fue Olivia quien pasó de largo de su hermana, que se había acercado con la mano extendida para felicitarla; al parecer Joan había hecho unas declaraciones a la prensa sobre el marido de Olivia que la habían enfurecido. Aquel gesto fue captado por las cámaras. 

Joan le robó el novio a su hermana, el multimillonario John Hughes. Pero no fue el único hombre que le arrebató.
Olivia relata sus años en Hollywood con la constante presencia de su hermana menor, acechando en todos los momentos de esplendor, pisándole los talones.
"Brian Aherne fue mi novio antes que su marido... Todo lo que yo conseguía tenía que conseguirlo ella". La raíz estaba en la infancia."Cuando era mi cumpleaños, Joan también recibía regalos".

La carrera de ambas fue paralela, pero la de Olivia fue más reconocida; fue cinco veces nominada al Oscar, ganándolo en dos ocasiones.
Estuvieron sin hablarse treinta años hasta la muerte de su madre en 1975, pero tampoco en una ocasión como aquella la rivalidad de ambas quedó en segundo plano. Olivia organizó una ceremonia pero Joan no asistió: según ella, su hermana no la invitó; según Olivia, Joan se desentendió del asunto.
Y a pesar de todo el tiempo transcurrido parece que ninguna de las dos tiene intención de cambiar las cosas.
Joan declaró hace poco: “Para mí Olivia es como si no existiese. Nos odiamos tanto cuando éramos jóvenes que ahora hemos agotado la carga de odio y nos limitamos a ignorarnos”




Fueron dos grandes de la literatura y su tensa relación quedó como testimonio de lo productivas e ingeniosas que pueden ser, a veces, las rivalidades enconadas.
Érase un hombre a una nariz pegado… fue uno de los versos – el más famoso- que a modo de cuchufleta le dedicó Quevedo a Góngora. Góngora tampoco se quedó atrás, y si su nariz aguileña era el objetivo de la mofa de su archienemigo, los pies zambos y la falta de vista de Quevedo le valieron a él para devolvérsela; así se expresaba al respecto:

Anacreonte español, no hay quien os tope,
Que no diga con mucha cortesía,
Que ya que vuestros pies son de elegía,
Que vuestras suavidades son de arrope.
¿No imitaréis al terenciano Lope,
Que al de Belerofonte cada día
Sobre zuecos de cómica poesía
Se calza espuelas, y le da un galope?
Con cuidado especial vuestros antojos
Dicen que quieren traducir al griego,
No habiéndolo mirado vuestros ojos.
Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
Porque a luz saque ciertos versos flojos,
Y entenderéis cualquier gregüesco luego.


¿Que cómo empezó este cruce de puyas en verso? Pues todo se originó por una cuestión de estilo. Góngora era partidario del cultismo, Quevedo del conceptismo, y a partir de estas diferencias, inicialmente literarias pero luego llevadas a un terreno personal, surgió su rivalidad; una rivalidad que incluso llevo a Quevedo a comprar la casa donde vivía Góngora en Madrid cuando esté se arruinó; y se dice que lo primero que hizo al mudarse fue quemarle los libros que Góngora se dejó allí.

27 de agosto de 2013

Siete años y seiscientas entradas



Siempre se dice eso de parece que fue ayer, pero es que es así. Parece que fue ayer cuando comencé a construir este blog y ya han pasado siete años. Fue un día 13 de febrero de 2006. Debía ser un experimento. Lo cierto es que no tenía intención de tener un blog, y mucho menos de dedicarle todo el tiempo que le he dedicado desde entonces, pero...
Al principio olvidé que lo tenía, pero cuando lo redescubrí, al encontrar la dirección y contraseña en uno de los papeles que guardo en mi abarrotada gaveta de libretas, me gustó la idea, y la verdad es que me sirvió de terapia. Para mí era más que un entretenimiento; sentía que daba vía libre a mi creatividad, y al mismo tiempo descubría cosas muy interesantes, y por supuesto me daba la oportunidad de conocer a otros blogueros que se interesaban por lo que publicaba.
Han sido siete años, pero ha habido largos periodos de inactividad; algunos necesarios, y otros por necesidad. Pero siempre he terminado volviendo al desván. Incluso en los momentos en que he sentido ganas de tirar la toalla.
Desde el 2012 han pasado cosas en mi vida y eso me ha hecho estar más distante del blog y también, aunque ojalá no hubiera sido así, de otros blogs amigos.
Desde entonces, otras circunstancias, como quedarme sin Internet, y durante un tiempo también sin ordenador, me han puesto difícil dedicarle todo el tiempo que normalmente le dedicaba a este espacio. De hecho casi no podía dedicarle tiempo.
Aún así, el cariño que siento por este blog me ha hecho seguir aunque hubiera sido más fácil cerrarlo. Sé que algún día llegará ese momento. Todo tiene un comienzo y un final. Pero esta no es una despedida, ni mucho menos, porque esta es la entrada número 600, y como ya es tradición quiero celebrarla contigo.
600 entradas y siete años.
Gracias por haber estado, por haberte interesado, por no dejar de volver aunque el camino no siempre esté visible en este desván secreto.

Sin ti no hubiera sido lo mismo. 

20 de agosto de 2013

Andy Burrows


Andy William Burrows nació el 30 de Junio de 1979, en Winchester, Inglaterra.  Comenzó su carrera como percusionista en la Banda de Jóvenes del Condado de Hampshire. Fue el bateria de Razorlight desde 2004 hasta 2009. A partir de 2009 pasó a ser batería de  We Are Scientists.
Con Razorlight  lanzó tres albumes: «Up All Night», «Razorlight» y «Slipway Fires». Burrows se convirtió en una pieza clave para el sonido y las canciones de la banda. Co-escribió hits como «America» y «Before I Fall to Pieces», y en el último disco canciones como «Hostage of Love», «Burberry Blue Eyes», «60 Thompson» y «Stinger» con Johnny Borrell.
Lanzó su primer disco en solitario con el seudonimo I Am Arrows, el disco se llamó «Sun Comes Up Again».
“Company” es su nuevo trabajo. Algunas de las canciones que están sonando fuerte son “Company”, “Keep On Movin On” , “Maybe You” y la orquestal “If I Had A Heart”.




 

15 de agosto de 2013


El parque estatal del Valle de Goblin, Goblin Valley State Park, ubicado cerca de la ciudad de Hanksville, aproximadamente a 216 km al sureste de Salt Lake City, Utah, se caracteriza por las caprichosas formas  de sus extraordinarias formaciones geológicas.



Centenares de pináculos en forma de setas han sido tallados por la erosión del viento y la lluvia, ofreciendo  uno de los paisajes más  sorprendentes que pueden observarse en los Estados Unidos.

El Goblin Valley es uno de los parques estatales más populares de Utah,  el paisaje increíble de sus formaciones rocosas y la posibilidad de practicar senderismo y acampar lo convierten en un destino muy apreciado para los excursionistas, ya que es posible recorrerlo a través de tres senderos señalizados.
En Goblin Valley podremos descubrir un espectacular paisaje de arenisca rojiza que ha sido erosionada formando interesantes figuras semejantes a champiñones o hongos gigantes, “hoodoos”, popularmente conocidas como chimeneas de hadas.
La flora y fauna  del lugar es muy limitada, y la que existe ha debido adaptarse a un medio tan seco para poder sobrevivir. Cactus y cardos son algunas de las plantas que crecen en Goblin Valley. La mayoría de los animales de la zona son nocturnos, como los escorpiones, liebres, ratas canguro, lagartos y coyotes. Las temperaturas promedio oscilan en verano entre 32°C y 41°C; y en invierno presentan una mínima de -12°C por la noche.
El Goblin Valley destaca también por sus muestras de arte rupestre, petroglifos y pictografías, señales de ancestrales residentes nativos.

12 de agosto de 2013



En el año 1519 Copérnico vivía en la ciudad de Allenstein, hoy llamada Olsztyn. En esa fecha la ciudad  se encontraba sitiada por la guerra Polaco – Teutónica (1519-21) pero además había una plaga  de la que se desconocía la causa.  
Copérnico, que se encontraba a cargo de las defensas de Allenstein y Varmia, sospechaba que el origen podía encontrarte en el pan que comía la población.  Lo que no sabía era si el pan estaba siendo contaminado por el enemigo e introducido en la ciudad,  o simplemente el pan se contaminaba debido a la suciedad reinante.
Para solucionar el problema, decidieron untar el pan con algo de color claro, de tal forma que se viera de forma clara si el pan se ensuciaba o si había sido lanzado por el enemigo. Así terminaron con la plaga, y de paso, crearon el pan con mantequilla untada.

9 de agosto de 2013

Los monstruos SÍ existen

Pez tigre Goliat

Vive en África y sus treinta y dos dientes, afilados como navajas, junto a su corpulencia y su descomunal tamaño, le convierten en uno de los peces más peligrosos del mundo. Su dieta se basa en crías de cocodrilo o cocodrilos de pequeño tamaño a los que ataca por sorpresa.
Sólo su nombre intimida; al pez Tigre Goliat le gustan las aguas turbulentas, porque en ellas los peces menos dotados se convierten en presa fácil. Además de poseer una vista excelente, es capaz de detectar vibraciones de baja frecuencia. Nada se le escapa. Se les conoce como “la piraña de África”, aunque es todavía más voraz que sus primas de Sudamérica.






Anglerfish

Algunos lo llaman Anglerfish pero su nombre científico es Melanocetus johnsonii. Se llame como se llame no cabe duda de lo feo que es. Todo un monstruo de las profundidades abisales del trópico. Vive a 4000 metros de profundidad pero es capaz de subir a los 1000. De ahí que sea tan raro de ver. De su nariz surge una especie de linterna que usa como señuelo para atrapar a sus presas. Su boca, llena de dientes de aspecto amenazante, le hace muy poco fotogénico. 






Tortuga Matamata

Se la puede ver en América del sur, sobre todo en los ríos Amazonas y Orinoco. Tiene protuberancias por todas partes, una cabeza triangular y achatada, un hocico alargado, y es una predadora muy paciente. Puede pasar horas bajo el agua sin moverse si está acechando una posible captura. Es bastante fea, pero los bultos  que salen de su cuerpo tienen una función, le ayudan a camuflarse haciéndola casi invisible. Ya lo dice su nombre, ojo si os topáis con una tortuga Matamata; tienen muy mal genio.






Aye Aye

Aunque no lo parezca estos extraños seres de ojos demoniacos y orejas puntiagudas están emparentados con los primates, y también con nosotros, los humanos. Son endémicos de Madagascar, y pasan la mayor parte de su vida colgados de los árboles en la selva tropical. Son nocturnos. Comen únicamente larvas e insectos. Pero a pesar de su inofensiva dieta están gravemente amenazados. Muchos indígenas creen que el aye aye trae malos augurios, así que los matan nada más verlos. Su estrafalaria apariencia hace que se le considere el principal responsable del origen de la palabra "lémur", que en latín quiere decir "espíritu nocturno".




Topo nariz estrellada

Si hay un animal raro, pero raro raro, seguramente éste se lleve la palma. Es difícil de mirar y además esa extraña nariz inquieta bastante. Puede decirse que es un espécimen único. Se le puede localizar en la costa nordeste de EEUU. Alcanzan un tamaño de 15 a 20 cm y pesan alrededor de 55 g. su sello distintivo son sus 22 tentáculos muy sensibles que tienen al final del hocico, y que están directamente unidos a su sistema nervioso. Comen insectos, gusanos y crustáceos, y poseen el record de velocidad; son capaces de engullirlos en 120 milisegundos una vez detectados. Además son unos animales muy glotones; comen lo equivalente a su peso cada día. Su privilegiada nariz les permite incluso oler bajo el agua.




Regaleco

Los pescadores escandinavos creían que este animal fabuloso era una serpiente de mar, al que  llamaban “rey de los arenques”, y al que se le suponía poderes mágicos. Estos supersticiosos marineros creían que para vengarse de los hombres que le molestaban alejaba a los bancos de arenques de su ruta normal, espantándolos, privando así de todo recurso a las pesquerías noruegas y danesas.
Hoy en día esta “serpiente legendaria” se conoce bajo el nombre de regaleco. Su cuerpo, comprimido en forma de cinta, puede alcanzar una longitud de seis a siete metros. Sus primeros radios dorsales, como filamentos, le han valido, entre los anglosajones, el nombre de “oarfish” (pez remo). Vive en las aguas profundas de casi todo el mundo, ondulando como una gran serpiente azul bordeada de rojo.



Fangtooth

Este “amistoso” pececillo vive en los mares de todo el mundo  a profundidades abisales. Se le conoce con el nombre de anoplogaster. Fangtooth, su nombre inglés, hace referencia a sus enormes colmillos, tan grandes que necesitan una cavidad dentro de su boca para alojarlos. La forma de sus fauces, vueltas hacía dentro, impiden que las presas escapen.




4 de agosto de 2013

William Eggleston, fotógrafo


Hasta que apareció él la fotografía de prestigio sólo se concebía en blanco y negro, pero William Eggleston logró que la fotografía a color se valorara al mismo nivel. Hasta conseguirlo tuvo que recorrer un largo y difícil camino. En los años setenta exhibió en el MoMa de Nueva York, pero su exposición, compuesta por setenta y cinco fotografías, fue muy criticada.
Fue en los años setenta, entre 1973 y 1974, cuando descubrió el proceso conocido como "Dye-transfer". En este proceso se realizan tres tomas de un original de color con una película de blanco y negro, utilizando para cada toma un filtro distinto (rojo, verde, azul). Eggleston quedó fascinado por la saturación de colores pues el empleo de pigmentos puros permitía obtener un colorido más intenso que con los procesos fotográficos tradicionales, por lo que no tardó en aplicar esta técnica a sus propias fotografías. Una de sus obras más conocidas realizadas con esta técnica se titula The Red Ceiling, también es conocida como Greenwood, Mississippi, 1973 que Eggleston considera como una de sus mejores obras.
Con su técnica fotográfica de saturación de colores y composiciones estrambóticas William Eggleston revolucionó lo que se conocía hasta el momento, y hoy en día su obra, de corte documental con una visión muy diferente a la de su época, se ha revalorizado muchísimo.
Actualmente se lo reconoce como uno de los mejores fotógrafos del mundo.

"Sólo saco una fotografía de una cosa. Nunca dos. Si sacara más de una, después sería muy complicado decidir cuál es la mejor. Sería ridículo. Hago una y es la que es." - William Eggleston

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