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17 de septiembre de 2012


En 1870, un norteamericano llamado James Reavis reclamó la propiedad de todo el estado de Arizona. El tal Reavis, que se autoproclamó Barón de Arizona, encontró unos pergaminos en una ermita de Santa Fe que hablaban de un noble castellano del siglo XVIII a quien el rey Carlos III había concedido el título de propiedad de Arizona.
Como el noble murió sin descendencia, el título pasó a ser de Estados Unidos, con la condición de que si algún día aparecía algún pariente del noble español, la propiedad cambiaría de manos.
Reavis se casó con una desconocida mexicana a la que convirtió en ese descendiente del noble castellano. A partir de ahí reclamó ante los tribunales de Arizona que, finalmente, le dieron la razón.
El engaño duró 20 años, justo el tiempo que tardaron las autoridades en desenmascarar a Reavis y ponerlo entre rejas. Eso sí, el falso Barón había conseguido amasar una considerable fortuna en concepto de derechos sobre el territorio e impuestos de los pobres habitantes de Arizona.


El "noble" James Reavis


2 comentarios:

Ana Bohemia dijo...

Le salió bien durante un tiempo, ¡que listo el falso barón! Jeje, me he acordado de la pelí "hay que educar a papá" y el falso conde, el actor que lo interpretaba tiene cierto parecido con la foto que has puesto.
En cuanto al tema auqnue parezca una tonteria hay mucha gente que ha hecho algo similar, visión que tienen algunos... visión para el delito, jaja.
:D

Raquel dijo...

El falso noble quería vivir como un rey, sin dar ni golpe y a costilla de sus pobres subditos, y le salió bien, menos mal que al final se descubrió el pastel pero mientras tanto se hizo millonario. Hya algunos que son muy listos.
Un beso Ana.

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