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13 de enero de 2013

Extra Cine XXXVII




Las aventuras de Tadeo Jones
Debido a una confusión, Tadeo, un albañil soñador, será tomado por un famoso arqueólogo y enviado a una expedición a Perú. Con la ayuda de su fiel perro Jeff, una intrépida profesora, un loro y un buscavidas, intentarán salvar la mítica ciudad perdida de los incas de una malvada corporación de cazatesoros.

Pensando en el cine que he visto a lo largo del año que dejamos atrás me di cuenta de que casi no había visto películas españolas. Las aventuras de Tadeo Jones parecía una buena opción para reivindicar el producto nacional, así que decidí verla sin ninguna idea preconcebida ni expectativas, y tengo que decir que me ha gustado mucho.
Es verdad que está un poco lejos, en cuanto a calidad visual, de los productos que nos llegan de Pixar, Dreamworks o Disney pero tampoco hay que desmerecer sus virtudes, que son muchas, empezando por su frescura, y continuando con su dinamismo y humor. La historia es sencilla, una parodia típica del personaje y aventuras de Indiana Jones para todos los públicos,  pero logra mantener el interés gracias a su acción fluida, que nunca baja de intensidad. Y aunque antes hablaba de la calidad de la animación, tiene momentos muy brillantes, la recreación de Cuzco, Machu Pichu, el desierto de Nazca son algunos ejemplos, igual que la parte que se desarrolla en el interior de un templo. También sus personajes son entrañables, en especial las mascotas de los protagonistas, un perro muy tierno y un loro mudo algo gruñón, que quizás nos recuerdan a otros personajes animados, en el caso del perro al perro de Up, y el loro a los Angry Bird, pero aún así unos personajes divertidos y llenos de frescura que seguro cautivaran a los más peques.
Un producto muy light pero con  el que el entretenimiento más sano está garantizado.
Lo único negativo, que me perdonen  sus fans, es la canción infumable del final de Juan Magan y Belinda, para quemarla en la hoguera.
Una película simpática, ¡española!, que con una inversión de 8 millones lleva recaudados unos 18. Recomendada para ver en familia. 5,5






A roma con amor
“A Roma con amor” es la historia de un grupo de personas en Italia, unos americanos, otros italianos, unos residentes, otros visitantes, y los romances, aventuras y enredos en los que se ven envueltos. La película nos pone en contacto con un conocido arquitecto americano que revive su juventud; con un romano corriente de clase media que de repente se ve convertido en la mayor celebridad de Roma; con una joven pareja provinciana que tiene encuentros románticos por separado y con un director de ópera americano que hace todo lo posible por llevar a los escenarios a un empresario de pompas fúnebres que canta.
En la larga trayectoria de Woody Allen como director, con más de 40 películas en su haber, podemos encontrar una variedad de calidades muy diferentes; desde películas notables a entretenidas hasta otras más flojas. Mantener ese ritmo de estrenar una película al año no debe ser fácil, más cuando es él mismo quien escribe los guiones. Y es evidente que aquí, en “A Roma con amor”, las musas no estaban por la labor. Personalmente encontré “A Roma con amor” como una película desganada, sin chispa. Quiere ser divertida, con sus enredos, su surrealismo, su galería de personajes a cada cual más particular, sus idas y venidas, sus diálogos pedointelectuales pero es como si las piezas del puzzle de estas cuatros historias en una no terminaran de encajar. El sello de Woody Allen está en cada escena, en cada diálogo, pero no es el gran Woody Allen de otros tiempos. No es el Woody brillante de “Math Point”, por poner un ejemplo reciente.
Puede que lo de hacer una película a la carta, para promocionar una ciudad europea  -en esta ocasión Roma, la ciudad del amor-, se esté convirtiendo más un lastre que en una oportunidad de hacer cine sin gastarse un duro.  Muy decepcionados han tenido que quedar los mandamases que pusieron el dinero para que el señor Allen le hiciera a la ciudad eterna un traje a medida. “A Roma con amor” es un remiendo de tópicos, y mal cosido. No luce Roma, ni luce ninguno de los protagonistas de las cuatro historias que se narran en ellas. Cuatro historias descuidadas, mal hilvanadas, para las cuales tomó como inspiración el “Decameron” de Boccaccio, una obra maestra de la literatura italiana que recoge cien cuentos y novelas cortas. Por este motivo en un principio la película iba a titularse “Bop Decameron” pero casi nadie entendía la referencia así que se cambió a “Nero Fiddles”, un título que aún causaba más confusión y se optó por el facilón que tiene.
Pues eso, una “película facilona de Woody Allen”. 4,2



El ladrón de palabras

“El ladrón de palabras” embarca al espectador en un viaje que le traslada desde el París de la posguerra hasta la Nueva York de hoy en día para contar la historia de Rory Jansen (Bradley Cooper), un joven y exitoso escritor que descubre el precio que debe pagar por plagiar la obra de otro cuando un misterioso anciano (Jeremy Irons) se enfrenta a él afirmando ser el verdadero autor de su novela y relata los hermosos aunque trágicos recuerdos que dieron origen al libro. Al comprobar que otro hombre ha pagado caro el tesoro que contienen las palabras de la novela, Rory hace frente a cuestiones como la creatividad, la ambición y las elecciones morales que ha hecho guiado por sus propios intereses.

La historia que se intuía en el tráiler me llamó la atención, pero tengo que reconocer que la película me ha supuesto una pequeña decepción. Aunque  la idea principal es jugosa, con tres interesantes historias que van cruzándose entre sí, el desarrollo va en su contra. Dispersa, confusa y lenta, son algunas de las pegas que le pongo. Por otro lado, es una película elegante, con buenos diálogos, y una ambientación cuidada, pero le falta contundencia y chispa. Quizás con un segundo visionado gane, pero me dejó bastante indiferente. 4




El hobbit: Un viaje inesperado
En compañía del mago Gandalf y de trece enanos, el hobbit Bilbo Bolsón emprende un viaje a través del país de los elfos y los bosques de los trolls, desde las mazmorras de los orcos hasta la Montaña Solitaria, donde el dragón Smaug esconde el tesoro de los Enanos. Finalmente, en las profundidades de la Tierra, encuentra el Anillo Único, hipnótico objeto que será posteriormente causa de tantas sangrientas batallas en la Tierra Media.

Parece mentira, pero han pasado casi diez años desde el desenlace de la fantástica y mágica saga ESDLA.  En 2003, concretamente en noviembre,  “El retorno del rey”,  la última parte de la trilogía, fue estrenada con enorme éxito en el todo el mundo; se llevó nada menos que once Oscar -entre ellos a mejor película y mejor director-  además del reconocimiento del público –en el momento de su estreno se colocó como la segunda película más taquillera de todos los tiempos, por detrás de Titanic-. Puso un broche de oro a una historia que, personalmente, seguí con mucho interés. A ella tengo que  agradecerle el haberme aficionado a la literatura fantástica.
Peter Jackson fue el responsable de adaptar “El señor de los anillos”. Contaba con un material bastante extenso, pues  la obra original de J.R.R. Tolkien pasa de las 1000 páginas. El resultado agradó incluso a los más críticos, y a los fans más acérrimos del autor, que perdonaron las pequeñas licencias que se tomó Jackson visto el excelente resultado final.
Pero en esta ocasión el material del que partía es bastante más reducido. “El hobbit” fue el germen que hizo nacer “El señor de los anillos”; es su continuación directa. La novela tiene un tono más infantil, ya que fue escrita con el propósito de entretener a los propios hijos del escritor, y apenas llega a las 300 páginas.
Dividirla en tres partes como ha hecho Peter Jackson no ha sido muy buena idea, pero ya se sabe que la avaricia rompe el saco. No ha sido buena idea porque lo que se cuenta en esta primera parte sabe a poco, da una sensación de dispersión importante, y se hace muy lenta en algunos tramos estirados. Meter batallas y efectos especiales para distraer no esconde lo endeble de la trama y del guión, lo más flojo de la cinta. Lo mejor sin duda se encuentra en la parte visual, una delicia para los sentidos. Buenos efectos especiales, unos paisajes que cortan la respiración por su belleza, y unos escenarios que parecen ilustraciones. En ese sentido se nota que la mejor baza que jugaba Peter era ésta. La película fue rodada en un formato nuevo, 3D HFR, quiere decir que captura 48 fotogramas por segundo en lugar de los habituales 24 fps; algo que mejora la calidad de la imagen notablemente aunque su nitidez se carga la textura cine que todos conocemos.
Tenía ganas de volver a la Tierra Media, y mentiría si dijese que la película no me ha entretenido; las tres horas que dura se me han ido volando. Pero reconozco que no es “La comunidad del anillo”, porque lo que se cuenta en “El hobbit: Un viaje inesperado” no tiene ni la cuarta parte de emoción, épica  y aventura  que tenía  la primera película de la saga.
Si tengo que quedarme con un personaje, un tramo de la película, lo que la salva realmente de ser un tostón, es a Gollum/Smeagol y el tramo final junto con Bilbo; excelente. 6,5



3 comentarios:

Ana Bohemia dijo...

Hoy si puedo hablar de las 4 porque las he visto.
Tadeo Jones: hay que apostar por el cine hecho en casa, fuera tonterías y prejuicios. Tadeo Jones es una digna película de animación que a mí me gustó bastante... a pesar de la canción de Magán.
A roma con amor: Un desproposito sin pies ni cabeza, un lío enorme, aburrida, sin fuerza, sin chispa, sin nada origianl o contundente. Destaco el surrealismo de la historia del cantante de ópera que sólo funciona en la ducha.
El ladrón de las palabras: Aquí te has colado un pelín con la nota, esta película merece un 5.5 por lo menos. Falla en algo, no lo sé bien, pero es una buena historia, bien hilvanada, bien desarrollada e interesante. Particularmente me gustó bastante.
El Hobbit: Lo siento pero se me hizo eterna... que tostón madre. Y eso que yo vi las otras 3 en el cine y me gustaron, no me resultaron pesadas ni tediosas, pero esta sí. Como dices se pone mejor hacía el final, cuando aparece Gollum7Smeagol. El prota no tiene el mismo tirón que por ejemplo Elijah Wood.
Besos cinefila
:D

Raquel dijo...

Gracias Ana, es que coincidimos en todo :)
A mi El ladrón de palabras no me llegó, y creo que tuvo que ver que cuando me puse a verla no estaba muy allá y eso también influye. El hobbit no es una maravilla, la historia sobre todo, pero no se me hizo tan pesada.
Un beso.

Anónimo dijo...

Empecé a ver Tadeo Jones, pero no me gustó mucho, la verdad.....
Y no puedo decir nada con respecto a las demás porque no las he visto.
Me apetece ver la de Roma con amor, o algo así.....
La de las palabras me recuerda a La ventana secreta, basada en la novela de Stephen King.
Besos, Raquel. Leer tus reseñas es siempre un placer.

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