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12 de septiembre de 2008

Llueve

Llueve y el verano agoniza.
Estos últimos días del verano siempre me resultaron extraños, como si estuvieran un poco descolgados del calendario y buscaran su sitio sin encontrarse del todo. Se vuelve a la rutina pero aún se tiene en la mente aquellos días soleados, despreocupados; tan luminosos. Empieza a hacer frío pero la piel guarda todavía el calor del sol. El azul cegador se vuelve gris plomizo, pero entre sus grises, que se mueven deprisa hacía el norte, se ve un poco de ese azul vibrante. Hay una calma extraña en estos días nublados, tan amenazantes; en esos cielos bajos y cargados que parecen querer desplomarse sobre la ciudad. Y también mucha melancolía. La lluvia la llama. Ha llovido mucho en mi ciudad. Pero eso no es novedad. La Laguna es una ciudad fría y es característico este tiempo lluvioso y deprimente. Dicen los viejos que antes si llovía, no como ahora. Hace 50, 60 y 70 años llovía como está mandado. Eso era llover. Llovía durante días enteros, sin parar. Los charcos eran tan grandes que podías hundirte hasta las rodillas. Ya apenas llueve. Por eso me gusta la lluvia, no es habitual. Ayer fui a ver una exposición fotográfica sobre esta ciudad centenaria que es La Laguna. “La Laguna a través del tiempo” de D. Enrique de Armas. En sólo cincuenta años la ciudad ha cambiado y crecido. Ha llovido mucho desde entonces; tanto, que de aquella ciudad apenas queda lo más reconocible: su magnifico conjunto histórico; alrededor de seiscientos edificios de arquitectura mudéjar. Estas fotografías pertenecen a esa otra ciudad; la que cambio, la que una vez fue.
Las Lecheras, 1943
Durante siglos las lecheras vinieron a las ciudades con sus cacharros a la cabeza desde los pueblos para vender la leche que habían ordeñado de madrugada. Pero llegó el progreso. Las nuevas botellas y la leche en polvo importada desde Dinamarca y Holanda aceleraron la desaparecieron de las lecheras.











Invierno en La Laguna. Plaza del cristo. 1950

















Calle San Juan, esquina la Carrera. Años 50















Inundación en la Vega. Años 50













Cruz de Piedra y Universidad de La Laguna. 1949












Ermita de San Cristobal de La Laguna. 1956













Aeropuerto de los rodeos. 1958











Ilustración: Veronique Sauquere.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Y cierto es..fría,a veces triste y deprimente, pero hay otras...que tiene un encanto especial.Sobre todo cuando hace tiempo, que uno no pasea por sus calles, ni ve las casas de esos colores tan vivos.. ni los patos de la plaza..ni el puesto de perritos,etc etc...,ahí es cuando uno recuerda y la echa de menos...y es que La Laguna...algo esconde ;)
Una Lagunera..con el corazón dividido.
MUAKS!

Anónimo dijo...

Pues yo siempre renazco cuando acaba el verano, cuando llega la oportuna tormenta, cuando me mojo y cae la hoja temprana del otoño, cuando de la sierra baja la brisa primera y cuando me subo yo el cuello, habiendo pasado tan poco desde tu último beso.

Ertilas

Gemmayla dijo...

Como bien dice El alcalde de Zaragoza Juan Alberto Belloch en estos días de clausura de la Expo:
"El agua es más importante que el petróleo"

La lluvia para las tierras proclives a la sequía es una bendición del cielo.

El agua una necesidad vital para todos los pueblos del Planeta Agua.

Muy féliz domingo, Raquel !!!

Aqui en Madrid el otro día cayó una granaizada de espanto, pero la lluvia se resiste.

Malena dijo...

Hola Raquel. Antes de nada agradecerte tu visita. Me hace ilusión conocer a nuevas personas porque a través de sus blogs, te enseñan a tener una visión diferente de las cosas.

EStoy de acuerdo contigo. Esos días de final del verano y comienzo del otoño, traen una paz y una melancolía que se te mete en el alma.

El Tintero te recibirá siempre con los brazos abiertos.

Un beso, Raquel.

NoSurrender dijo...

qué canción más hermosa e inquietante, Riders on the storm. Gracias por traerla de sorpresa a este pc.

Tampoco llueve tanto en Madrid últimamente. Pero cómo envidio los inviernos canarios cuando amanezco bajo cero y tengo que ir a trabajar. Ay... :)

Raquel dijo...

Lagunera con el corazón dividido ya te echamos de menos; hace menos de un día pero no veas, esto de despedirse cada dos por tres...cuesta cada vez más.
MUAKS y más MUAKS :)


Ertilas así que eres poeta... Qué bonito lo que has escrito. ¡Qué bello es vivir!
:)



Muy cierto, Gemmayla. Pero la lluvia dura poco en mi tierra; espero que llueva mucho este Otoño en Canarias y allí en la península, falta nos hace.
Vi lo de la granizada en las noticias; qué increíble.
Qué tengas una semana estupenda, Gemmayla :)


Lo mismo digo, Malena. La verdad que tu blog me trasmite mucha serenidad; es muy positivo y luminoso.
Un beso, y gracias.



nosurrender gracias por visitar mi blog.
Riders on the storm me encanta; y para un día de lluvia es perfecta.
Uff, y yo quejandome del tiempo; eso sí que es frío :)

María Narro dijo...

adoro Tenerife, sabes?

conozco La Laguna, y sus calles estrechas llenas de iglesias las he visto igual.

un beso grande, he disfrutado tu post.

Raquel dijo...

Gracias.
Un beso, María.

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