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20 de agosto de 2008

La Momia. La Tumba del Emperador Dragón

Condenados por una bruja traidora a permanecer en muerte aparente para la eternidad, el despiadado emperador chino Dragón y sus diez mil guerreros han esperado en su amplia tumba de barro, olvidados de todos, durante cientos de años, cual ejército de terracota. Pero cuando engañan al joven aventurero y arqueólogo Alex O'Connel para que despierte de su sueño eterno al temible gobernante, no le queda más remedio que pedir ayuda a las únicas personas que saben más que él acerca de los no muertos: sus padres. El monarca regresa a la vida con todo su poder y los protagonistas descubren pronto que su afán de dominación no ha hecho más que crecer en todos estos años. Sirviéndose de poderes sobrenaturales inimaginables, el Emperador Momia cruzará el lejano Oriente con su legión sin que nadie pueda detenerle... a menos que los O'Connell encuentren la forma de hacerlo.

Han pasado siete años desde que “El regreso de la momia” se estrenara, y nada ha cambiado; bueno casi nada. La tumba del Emperador Dragón sigue la misma línea de sus predecesoras. Si algo funciona para qué cambiarlo…

Lo malo es que esta tercera parte carece de la frescura de La Momia; la primera pelí de la saga y, con justicia, la mejor de las tres.

En esta ocasión la acción se traslada a China. El nuevo malo, Qin Shi Huang – tirano en toda regla, y considerado el unificador de China-, está interpretado por el especialista en artes marciales Jet Li. Como malo lo único que se puede decir de él es que se limita a figurar, y nunca mejor dicho. Al contrario que sucedía en las primeras películas, este malo no es atractivo. Jet Li no consigue aproximarse al carisma que Arnold Vosloo supo darle a su personaje de Imhotep.

La bella Michelle Yeoh es Zijuan, hechicera y guardiana de la fuente de la vida, que por amor, como no podía ser de otra manera, condenará al emperador Dragón y a su poderoso ejército a una no existencia. Michelle sube considerablemente el nivel de la película, y hasta me atrevo a decir que gracias a ella y a su personaje la cinta consigue ser menos mala de lo que es.

Otros que se incorporan a la saga son Luke Ford, interpretando al crecidito hijo de Rick y Eve O´Connell; Isabella Leong: Lin, hija de la hechicera Zijuan y guardiana de la tumba del emperador. Y Maria Bello, sustituyendo a Rachel Weisz como Evelyn O´Connell.

Los que se mantienen, aunque bastante más cascados, todo hay que decirlo, son Brendan Fraser de nuevo en la piel de Rick O´Connell y John Hannah como Jonathan Carnahan; el contrapunto cómico de la saga.

Y ya tenemos todos los ingredientes para hacer una entretenida película de aventuras al estilo de Indiana Jones, con algunos de sus aciertos y con bastantes de sus fallos.

Uno de los aciertos es su escenificación. Tanto en la primera parte de la película (cuando se cuenta la historia del emperador Dragón), como en la segunda parte (en la China de los años 40), los escenarios son impresionantes.

De sus fallos…bueno es mejor verlos. Porque a pesar de ese malo tan inexpresivo, de lo trillado de la trama, de esos yetis que aparecen tan oportunamente, de parecerse cada más a una mala copia de Indiana Jones, de esa momia que no es momia sino estatuilla y dragón de tres cabezas, de lo cansado que se ve a Brendan Fraser, de que el personaje de Eve O´Connell haya ido perdiendo carisma en cada nueva entrega hasta quedarse en nada, de que los chistes ya no tengan gracia, de…bueno a pesar de todo eso “La tumba del Emperador Dragón” cumple con su cometido: entretener sin complicarse demasiado.

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