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8 de marzo de 2016




Sigmund Freud atribuyó a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa. Se ha demostrado científicamente que el córtex cerebral libera impulsos eléctricos un segundo después de comenzar a reír.
Podemos localizar la risa en la zona prefrontal de la corteza cerebral, donde reside la creatividad. A medida que vamos creciendo, ganamos en madurez pero perdemos la espontaneidad de dejarnos llevar por la risa, o incluso de ver el lado positivo y cómico de las cosas. 


Para  recordarnos cómo reír existen terapias como la Risoterapia. Se usa también en el caso de niños con cáncer. 
Cuando reímos y sonreímos, se producen una serie de cambios fisiológicos en el cuerpo. Se liberan unos neurotransmisores llamados endorfinas.
Estos neurotransmisores son activados por los movimientos de los músculos de la cara, los cuales son interpretados por el cerebro, que a su vez libera estas sustancias químicas. Las endorfinas son responsables de hacernos sentir felices, y también de ayudamos a bajar los niveles de estrés. Inclusive fingir la risa o una sonrisa funciona, ya que el cerebro no distingue entre lo real o lo falso e interpreta la posición de los músculos de la cara de la misma manera. Esto se conoce como la hipótesis de la retroalimentación facial. Mientras más se estimula el cerebro para liberar esta sustancia química más felices y relajados nos sentimos.
A medida que se incrementan las endorfinas, se reduce el cortisol, la hormona del estrés.


Reírse tiene numerosas ventajas:
Disminuye el insomnio.
Previene los infartos, ya que los espasmos que se producen en el diafragma fortalecen los pulmones y el corazón.
Rejuvenece la piel porque tiene un efecto tonificante y antiarrugas.
Al liberarse endorfinas, tiene un efecto analgésico. Para los que sufren de dolor crónico, reír y sonreír puede ser un eficaz tratamiento
La carcajada hace vibrar la cabeza y se despejan la nariz y el oído.
Reduce la presión arterial.
Refuerza el sistema inmunológico.
Facilita la digestión, al aumentar las contracciones de los músculos abdominales.
Mejora la respiración.
En cuanto a los efectos a nivel psicológico, la risa elimina el estrés y alivia la depresión, incrementando la autoestima y la confianza en uno mismo. Combate miedos y fobias, así como la timidez, al facilitar la comunicación entre las personas, expresando emociones y favoreciendo la existencia de lazos afectivos. Sonreír nos hace parecer más accesibles. La risa alivia el sufrimiento, además de descargar tensiones, potenciando la creatividad y la imaginación. Cuando reímos generamos más cantidad de anticuerpos, antibióticos naturales de nuestro organismo que nos defienden de las enfermedades. Esta es la misma razón por la cual se dice que las personas que padecen de estrés elevado son más propensas a enfermarse.




Más curiosidades

Hace más de 4000 años, en el Antiguo Imperio Chino, existían unos templos donde las personas se reunían para reírse, con el fin de encontrar un equilibrio para la salud. En culturas antiguas de tipo tribal, existía la figura del “doctor payaso”, un hechicero vestido y maquillado, que aplicaba terapias de la risa para curar guerreros enfermos.

Usamos 13 músculos para sonreír.



Los chinos se ríen más que cualquier otra cultura en el mundo.

Un estudio que realizó el psicólogo alemán Michael Titze en la década de los años 50 decía que la gente reía un promedio de 18 minutos al día. Hoy se estima que las personas ríen unos 4 a 6 minutos diariamente.

No importa de qué cultura o parte del mundo seas. Todas las risas suenan iguales. De hecho, el sonido es tan familiar que podríamos reconocerla hasta en una grabación rebobinada.

La risa sana cuerpo y  mente.

Según ciertos estudios, reírte diez minutos al día puede ayudarte a quemar las mismas calorías que media hora de ejercicio físico.

Los bebés comienzan a sonreír en el útero. Pero las primeras carcajadas llegan a los tres o cuatro meses de edad.



Existen 18 tipos de risa. Estos están relacionados a las emociones: felicidad, tristeza, sorpresa, agrado, entre otras.

Los simios, los perros y las ratas también son capaces de reír.

¿Y los gatos?  ¡Esto puede considerarse una sonrisa!

Los investigadores clasifican la risa en dos tipos: risa espontánea y la menos espontánea (producto de fingir, de nervios o de situaciones sociales que no están conectadas al humor).

La importancia del buen humor se menciona incluso en el Proverbio 17:22 del Viejo Testamento. 'Un corazón animado es buena medicina, pero un espíritu decaído seca hasta las huesos".



¿Alguna vez has llorado de la risa? Esto es posible gracias a que las carcajadas intensas pueden estimular los mismos conductos que se activan con el llanto.

El humor ayuda a conectar los hemisferios del cerebro. El hemisferio izquierdo es usado para interpretar el contenido verbal de la broma. El hemisferio derecho interpreta si fue graciosa o no.




Los científicos comprobaron que la sonrisa auténtica es la que genera satisfacción en las otras personas. Si es falsa, se darán cuenta y no tendrá un efecto positivo.

Se dice que en 1962 hubo una epidemia de risa en Tanzania. Empezó en una escuela con 3 chicas y alcanzó al 57% de los alumnos presentes. Los ataques de risa eran tan fuertes que la escuela tuvo que cerrar.

Tres siglos antes de Cristo, el filósofo Crisopo murió a carcajadas tras ver a un burro borracho con vino. En 1989, un otorrinolaringólogo danés murió viendo Un pez llamado Wanda.



En 1782, una señorita llamada Fitzherbert sufrió un ataque de risa mientras presenciaba la obra The Beggar’s Opera. Cuando Charles Bannister apareció en escena como Peachum, ella tuvo un ataque de risa incontrolable tan fuerte que la tuvieron que sacar del teatro. Continuó riéndose en forma continua durante toda la noche y falleció a la mañana siguiente.

El cubano Julián del Casal, poeta y escritor del modernismo,  murió súbitamente mientras estaba en una cena cuando uno de los comensales contó un chiste que le provocó un severo ataque de risa. El ataque de risa fue acompañado de una hemorragia y la mortal rotura de un aneurisma.


8 comentarios:

Ana Bohemia dijo...

Siempre he confiado en el poder de la risa, y al leer todos los beneficios que trae ahora sé porqué lo creía.
La risa es la mejor medicina.
Me ha impactado lo de que las ratas también se ríen, ay... Me ha resultado muy curioso lo del doctor payaso, que fuera algo tan ancestral, sin duda ellos sabían lo positivo que es usar esos trece músculos.
¡Que rías mucho!
:D

amparo puig dijo...

Interesantísima entrada y muy bien documentada. Hace unos días fui un karaoke y casi muero de risa. No podía respirar. Fue terrible. Pero me animó mucho. Puedo compartir?

amparo puig dijo...

Interesantísima entrada y muy bien documentada. Hace unos días fui un karaoke y casi muero de risa. No podía respirar. Fue terrible. Pero me animó mucho. Puedo compartir?

Raquel dijo...

Claro que sí, si llega a más gente mejor :)
Gracias Amparo por tu visita.
Saludos.

Raquel dijo...

Pues me da que hay mas animales que los mencionados que pueden sonreír y reír. Habrá que investigar.
La risa es medicina, reírse hace mas bien que cualquier medicamento.
A usar esos trece músculos.
Gracias pir venir al desván.
Besos :)

Anónimo dijo...

Me encanta reír. El sentido del humor lo es todo. A mí también me ha impactado lo de la rata....
Y las muertes de risa...., ¡qué bárbaro!
Sin duda, como muestras, reír es la mejor terapia.
Abrazos, Raque.
Carol

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Raquel dijo...

Y a mí, y además lo necesito. Hay días en que necesito ver la vida desde esa óptica y reír a carcajadas. Creo que no hay nada que sienta mejor al alma.
Un abrazo Carol, gracias por visitarme :)

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