Parece que fue ayer pero ya llevamos juntos cinco años. Creo que te conté nuestra historia. Fue cuando cumplimos cien días juntos. Cien subidas y bajadas a un desván secreto oculto tras una estantería sin libros. Cien días que eran en realidad tres años. Te dije que todo empezó como un juego. Hablamos de los otros desvanes que habían inspirado el mío y, muy pronto, casi sin darnos cuenta, volvimos a reunirnos para celebrar otras cien entradas. Hoy, a esas 200 tengo que sumarle 100 más. 300 entradas que para mi siguen significando mucho; el reto de ser constante.
Hemos cambiado en este tiempo. Tu, querido lector, mutando, transformándote, creciendo. Muchos, como tú, se han acercado y se han quedado. Otros estuvieron de paso. Cuando te vas me invade la melancolía. Me pregunto por qué no te quedas más tiempo, si te aburres, si pasó algo para que tan de repente tu interés desapareciera. Cuando vienes es como si abrieran las ventanas. La luz llega y me siento feliz por poder compartir contigo aquello que me gusta, mis aficiones, lo que me preocupa, lo que leo, escucho o veo. Siento tu conexión y me da fuerzas para seguir.
Nunca hablamos de nuestras vidas. No subimos al desván para eso, aunque implícitamente esté en todo lo que nos contamos; aunque algunas veces me haya sentido tentada de hacerlo.
Has cambiado, pero yo también. Es curioso, porque en el día a día no soy conciente pero cuando echo la vista atrás me doy cuenta. Pequeños e insignificantes cambios, que cuando los uno pesan. Creo que así es la vida. Hay quien dice que no se cambia, pero yo opino que no dejamos de hacerlo. Que es bueno cambiar. Y necesario.
Por eso no te voy a pedir que no cambies, que no te canses o te aburras, que no desaparezcas. Sólo que vuelvas cuando te apetezca, si te apetece. Tampoco yo puedo prometer que no cambiaré, que no me cansaré o que no desapareceré. Pero sí que mientras siga significando algo para mi, aquí estaré, compartiendo contigo esas pequeñas cosas que hacen nuestra vida un poquito mejor.
Hemos cambiado en este tiempo. Tu, querido lector, mutando, transformándote, creciendo. Muchos, como tú, se han acercado y se han quedado. Otros estuvieron de paso. Cuando te vas me invade la melancolía. Me pregunto por qué no te quedas más tiempo, si te aburres, si pasó algo para que tan de repente tu interés desapareciera. Cuando vienes es como si abrieran las ventanas. La luz llega y me siento feliz por poder compartir contigo aquello que me gusta, mis aficiones, lo que me preocupa, lo que leo, escucho o veo. Siento tu conexión y me da fuerzas para seguir.
Nunca hablamos de nuestras vidas. No subimos al desván para eso, aunque implícitamente esté en todo lo que nos contamos; aunque algunas veces me haya sentido tentada de hacerlo.
Has cambiado, pero yo también. Es curioso, porque en el día a día no soy conciente pero cuando echo la vista atrás me doy cuenta. Pequeños e insignificantes cambios, que cuando los uno pesan. Creo que así es la vida. Hay quien dice que no se cambia, pero yo opino que no dejamos de hacerlo. Que es bueno cambiar. Y necesario.
Por eso no te voy a pedir que no cambies, que no te canses o te aburras, que no desaparezcas. Sólo que vuelvas cuando te apetezca, si te apetece. Tampoco yo puedo prometer que no cambiaré, que no me cansaré o que no desapareceré. Pero sí que mientras siga significando algo para mi, aquí estaré, compartiendo contigo esas pequeñas cosas que hacen nuestra vida un poquito mejor.
300 veces, voces, compartiendo contigo.
Gracias
9 comentarios:
Felicidades :)
300 entradas son muchas... y 5 años es todo un reto. Creo que la mayoría se aburre al poco, igual por falta de ideas o por falta de ganas, pero no dura tanto tiempo. Me alegro mucho ^^
No hace mucho que nos conocemos, pero aquí estoy y aquí seguiré leyendo tus escritos, tus ideas, tus sentimientos, tus gustos =)
¡Muchas felicidades y que El desván secreto cumpla muchos más!
=)
Muchas felicidades, Raquel, por estar aquí tanto tiempo y por todas esas entradas tan interesantes que siempre nos brindas. Abrazos
Muchas gracias Natalia, por estar ahí aunque haga tan poquito que nos conocemos.
La verdad es que cinco años es mucho, pero no siempre le he dedicado el mismo tiempo. En realidad cuando me hice el blog me olvidé de él y de que lo había hecho hasta que leyendo unos papeles viejos en una libreta encontré el nombre del blog y la contraseña. Imaginate. Pero hace como tres años que le he dedicado más tiempo y es un buen pasatiempo.
Espero que si llego a celebrar cien entradas más aqui estés.
Un beso :)
Gracias a ti Ligia. Un blog no es nada si no hay nadie al otro lado. Por eso me alegra veros de vez en cuando y saber que seguís queriendo visitarme.
Un beso :)
Como dice Natalia, 300 entradas son una enormidad y hay que tener mucha constancia y predisposición para llegar hasta ahí.
Enhorabuena, Raquel, y que sigas con ese empeño. Yo, ya ves, en todo ese tiempo me tragué un foro y un blog, veremos que ocurre con este.
Enhorabuena de nuevo.
Mi querida Raquel: Felicidades por estos años en los que he tenido el privilegio de venir a conocer cada vez cosas nuevas que nos has ido enseñando. Es verdad que no hablas de tu vida pero a través de los escritos y de los comentarios se conoce a las personas y yo he aprendido a tenerte afecto.
Sí que cambiamos, sí que maduramos y por eso el Tintero ha tenido que desaparecer porque no me dejaba evolucionar. Creo que ahora, como mi avatar(una gaviota) puede volar más libre.
Espero poder seguir leyéndote y aprendiendo de tu blog muchos años más.
Brisas de mi tierra y los besos de siempre.
Con tantas subidas y bajadas al desván debes de estar rendida, ¿no? Pero no se te nota, siempre encuentras un momento para hablarnos de cosas interesantes y nos regalas tus escritos, tus relatos, tus voces que siempre son tan sensatas y amables.
Enhorabuena por ser constante, sabemos lo que cuesta, ¿verdad? Ya sabes que estaré cerca de ti para celebrar las 400, así que tienes tarea. Un beso enorme
:)
Enhorabuena!!! es mucho trabajo y tiempo, seguiremos contigo mientras el cuerpo aguante, cambiando siempre como el viento del lugar pero leyendote.
Un abrazo.
Hola Zhivago.
Gracias. Para mi es todo un reto; no suelo ser constante y este blog me ha ayudado a no dispersarme tanto y a centrarme en una tarea en concreto. En eso tengo que agradecerle mucho, y sobre todo tengo que agradecerle permitirme seguir en contacto con ustedes, mis lectores habituales o no.
Te iba a preguntar por el foro pero no tenía manera de hacerlo. La verdad, es una pena, pero llevar un foro, me imagino, es mucho más complicado que un blog y a veces el tiempo es limitado. De todas formas espero que sigas escribiendo.
Un beso.
Malena, para mi lo mejor de los blogs es la oportunidad que da de conocer a otras personas desde el interior. No necesariamente revelando cosas de la vida privada, sino mediante sus sentimientos expresados en poesía, poemas, imagenes, música.
Gracias por tus palabras. Yo también he legado a tomarte cariño.
Espero que tu nuevo blog te permita volar libre.
Un beso.
Pues si que cansa pero se agradece; con tanta subidas y bajadas voy a tonificar mi piernas.
Gracias, hermanita, por tus palabras y por estar siempre a mi lado.
Tengo que ponerme a la tarea para celebrar otras 100 entradas más.
Un beso enorme.
Muchas gracias Prometeo. Para mi es un placer leeros y saber que seguis por aqui.
Un abrazo.
Creí que habías perdido la llave del desván. Gracias por tus deseos, y sí que sigo escribiendo, me he puesto a reformar el Café que ahora tiene otra dirección y que me parecía un poco deslabazado.
Un beso.
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