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11 de septiembre de 2010


Un gran problema del Siglo XVIII era la muerte por escorbuto en los barcos que pasaban largo tiempo navegando en alta mar, hecho que preocupaba y al que querían encontrar una solución. Fue un joven cocinero francés, Nicolás Appert, quien comenzó a experimentar y observar que los alimentos hervidos a más de 80ºC y sin estar expuestos al aire, duraban más tiempo sin echarse a perder. A partir de esta observación se comenzaron a envasar alimentos en recipientes, sin aire, que luego eran esterilizados a temperaturas que eliminaban bacterias, microorganismos, etc., haciéndolos duraderos, sabrosos y alimenticios. Esta forma de conservación fue realizada en forma industrial en los comienzos del Siglo XIX. Nicolás Appert abrió una industria en Massy en 1812, realizando el envasado en frascos de vidrio cerrados con corchos y esterilizados a 100ºC a baño María por varias horas. Hacia mediados del S. XVIII, se logró elevar la temperatura y reducir el tiempo, por consiguiente elevar la producción. El envase de hojalata fue un invento de un inglés llamado Peter Durand, el cual lo patentó en 1810. José Colin (en algunos lugares figura como Joseph Collins), en 1820 montó una fábrica en Nantes y se dedicó a producir y envasar sardinas fritas y luego conservadas en aceite, llegando a tener una producción de más de 10.000 botes al día, de ahí el dicho, hasta muy entrado el siglo XX, de envasados al estilo de Nantes. La fábrica de Nantes fue convertida en museo por la casa Amieux pero fue destruida en 1943 en un bombardeo aéreo de la II Guerra Mundial.


Mas curiosidades sobre las latas:


El abrelatas fue inventado 44 años después de la aparición de las primeras latas de conservas, por lo que hasta ese momento se utilizaban todo tipo de instrumentos para abrirlas. Los soldados británicos de aquella época abrían sus latas con bayonetas, navajas, e incluso con disparos de fusil.

Antiguamente las latas de espárragos blancos usaban estaño para la soldadura de juntas y en la composición de la lata. El líquido de gobierno ( como se conoce al caldo donde vienen sumergidos) atacaba el estaño y se formaba cloruro de estaño, óxido de estaño y otros compuestos de estaño. Al oxidase antes el estaño que el espárrago aumentaba notablemente su periodo de conservación, otorgándole un sabor especial al espárrago. Cuando las latas empezaron a barnizarse por dentro surgió el problema de la oxidación del espárrago. A partir de ese momento se incluyeron sales de estaño en la composición del líquido de gobierno del envasado de espárragos.


En el siglo XIX Napoleón Bonaparte se encontraba en la campaña de Rusia cuando una hambruna diezmó las tropas de Napoleón debido a la dificultad de hacer llegar víveres a zonas tan lejanas, esto hizo que Napoleón ofreciese una recompensa de 12.000 francos a aquel que hallase “un método para mantener los alimentos largo tiempo y en buen estado”. Nicolás Appert un investigador francés al que se le otorgó el título de “Benefactor de la Humanidad” halló en 1803 un método para conservar alimentos por calor en recipientes herméticamente cerrados, consiguiendo con esto la recompensa de los 12.000 francos.


En un principio las latas se sellaban con soldadura de plomo, material de alta toxicidad. Famoso fue el caso de la expedición ártica de John Franklin en la que la tripulación fue víctima de envenenamiento, después de consumir alimentos enlatados durante tres años.


En 1900 se produjeron tan sólo en Estados Unidos más de 700 millones de latas. George Orwell definió la lata de conserva como un arma más mortífera que una ametralladora. Según este escritor inglés, sin esta invención no se habría podido llevar a cabo la Primera Guerra Mundial.

Andy Warhol convirtió la lata de conserva en un objeto de arte. En los años 60, este artista de arte pop pintó todas las 32 clases de latas de sopa marca Campbell´s. Sobre todo en Estados Unidos la lata se volvió la esencia del consumo americano. Era más confiable la verdura en tarro que la fresca del jardín.



5 comentarios:

Ligia dijo...

Me encantan las curiosidades que nos pones en el blog. Son cosas que nunca que había pensado... Realmente curioso. Abrazos

Ana Bohemia dijo...

Estoy con Ligia, me parecen muy entretenidas estas entradas sobre curiosidades culinarias, cosas comunes y cotidianas en nuestras vida de las que desconocemos su historia. Lo que mas me ha impresionado ha sido eso de que antes abrian las latas a balazos, porque el abrelatas se inventó 44 años después, ¡si que tardaron!, ¿no?
Besos
;)

இலை Bohemia இலை dijo...

Siempre aprendemos pasando por tu blog, por ello gracias!!!

Besos enlatados

Chica de ayer dijo...

Me repito, pero también me choca que inventaran los abrelatas cuarenta y pico años después de las latas. ¿¡En qué estaban pensando?¡ Jajaja. Es como un candado sin llave para abrir.

Y sobre lo del escorbuto, mira que es una enfermedad de hace unos cuantos siglos atrás, pues mi madre nos contó hace tiempo que un chico que conocía lo tuvo por no comer alimentos frescos...en pleno siglo XX es de espanto xd.

Un beso grande!!

Raquel dijo...

Gracias Ligia.
Un abrazo.


Demasiado, la verdad. 44 años esperando un abrelatas, pues ya lo podían haber inventado antes; no sé dice que la necesidad agudiza el ingenio...
Gracias Ana, un beso.


Gracias a ti por pasarte por aqui.
Besos ;)



Es verdad, muy acertado el ejemplo. Inventar la lata y no el abrelatas al mismo tiempo es como invetar un candado y no la llave; qué cosas.
Pues me parece mentira que sigan ocurriendo esas cosas. Comer frutas, verduras, leche fresca, y eas cosas es tan necesario que no me imagino que alguien prescinda de estos aliemntos.
Un beso grande :)

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