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8 de septiembre de 2010

SALA
DE
LECTURA







n El viejo y el mar - Ernest Hemingway









En un pequeño pueblo costero, un viejo pescador hace ya mucho tiempo que intenta en vano capturar un enorme pez. Un día se hace a la mar y, tras mucho esfuerzo, consigue que éste pique su cebo. Pero cuando se dispone a arrastrarlo a puerto, se desata una colosal lucha contra los hambrientos tiburones que pretenden devorarlo. Durante la gran pugna, el anciano descubre la admiración que siente por ese pez que ha sido su mayor desafio. Una parte del alma del pescador desaparecerá con su presa bajo las dentelladas de los depredadores.


Hace años que tengo este libro en casa, pero hasta ahora no lo había leído. Nunca me había llamado la atención, quizás porque es muy finito y pasaba desapercibido en la estantería de mi habitación. Pero hace unas semanas buscando una lectura rápida y ligera para el verano me topé con este librito azul celeste que tantas veces había pasado por alto, y decidí que ya era hora de sumergirme en sus páginas. Nunca hasta ese momento había leído nada de Hemingway y tenía mucha curiosidad. Lo leí muy rápido, pues tiene unas 145 páginas que se leen muy fácilmente. La historia te arrastra casi tan literalmente como el viejo a su captura a través del mar; te arrastra y no te suelta. Aunque hay algunos momentos repetitivos, quizás aburridos para los impacientes, el libro me gustó mucho. Y más cuando pasando los días esta historia del viejo cubano sin suerte y su gran pez no se iba de mi cabeza. Es sorprendente, o al menos a mi me parece una cosa excepcional lo que me ha pasado con este librito. Porque la historia no es nada del otro mundo, no está contada con afectación, palabras altisonantes, descripciones excesivas, es una historia sencilla, de un hombre luchando a brazo partido contra un gran pez, y sin embargo cuantas cosas hay en él; cuantas lecturas se pueden sacar entre líneas. Es una historia que te hace pensar, que te llega al corazón, y por eso entiendo que consiguiera convertirse en un clásico imprescindible. Hemingway y su manera de narrar, tan contundente, me han conquistado.
Él mismo llegó a decir que el secreto de su éxito residía en no saber escribir. Quizás por eso se distanciaba tanto de sus coetáneos. Se inició en el oficio escribiendo crónicas para periódicos, y ese estilo aséptico y directo es el que siempre emplearía en sus textos. Hemingway admiraba a Sherwood Anderson, quien tendría gran influencia en su manera de narrar. Sherwood dominaba el arte del relato breve y Hemingway encauzó su carrera hacía ese estilo breve y sobrio, evitando caer en circunloquios; algo que le enervaba.
Fue en 1935, mientras pescaba en las aguas de Cuba, cuando conoció la anécdota que luego sería la base de “El viejo y el mar”, pero no fue hasta 1951 cuando la escribiría. La novela se publicó en 1952, primero en la revista Life, y más tarde en forma de libro, consiguiendo desde el principio buenas críticas y muchos lectores.
Yo me quedo con una frase que resume el mensaje del libro:

“El hombre no está hecho para la derrota; un hombre puede ser destruido, pero no derrotado”.


Imagen: Quint Buthholz
Viñeta: Quino

7 comentarios:

Prometeo dijo...

¡Que gran pequeño libro! lo recuerdo como ayer mismo cuando lo lei hace ya una friolera de años y me ha encantado leer como lo has leido y como te ha gustado. Hay tambien una pelicula con Spencer Tracy como el viejo pescador, dirigida por John Sturges...hacen un analisis muy lucido de la novela. Un fuerte abarzo.

Ligia dijo...

Yo también lo leí hace muchísimos años y tengo un buen recuerdo de él. Abrazos

Ángel dijo...

Un gran libro. Hace años que lo leí y con esta entrada me entran ganas de volver a leérmelo.
Un abrazo!!

Ana Bohemia dijo...

¡Que bueno Raque! Me encanta leerte, siempre consigues que se despierte en mi esas ganas por rescatar esos clasicos ya leídos hace tantos años. Yo opino como tú, que una historia tan simple encierra muchas otras cosas profundas, reflexiones de lucha y vida.
Besos
;)

Raquel dijo...

Casualmente al poco de leer el libro vi que pusieron la película en uno de los nuevos canales de la TDT. Llegue justo para ver el final, pero me encanta Spencer, fue un actor de los pies a la cabeza, y me gustó mucho su interpretación.
La verdad es que es un gustazo encontrar joyas como esta; un pequeño libro con muchos mundos en su interior.
Un fuerte abrazo, Prometeo.


Un abrazo Ligia :)


Pues si lo haces ya me diras que impresión te deja volver a leerlo. Los libros cambian mucho cuando los leemos dos veces, y más si es en distintas etapas de nuestra vida.
Un abrazo.


Sí, eso es reflexiones de lucha y vida. Me quedo con esta frase que resume muy bien el libro.
Muchos besos :)

Miguel Schweiz dijo...

Jo Raquel, yo lo leí cuando era adolescente y sabes, es esa época que todo es nuevo y por descubrir, de gran entusiasmo, pues la sorpresa es que no podía encontar nada en él.

Entonces claro volví a leerlo de joven porque quizás algo se me había escapado, no podía ser y llegué a lo mismo y con todas sus obras.

Definitivamente no puedo crear enlaces con este escritor; no entiendo, porque mi idea es que cualquier libro por más malo que te parezca siempre hay algo que logras rescatar, pues con él no he podido. Vete a saber la razón.

Lo he intentado varias veces y nada.

Abrazos

Raquel dijo...

Esta claro que todos tenemos nuestros gustos, y tienes razón en que cuesta un poco hacerse a la forma de escribir de Hemingway, es demasiado aséptico, hosco a lo mejor. A mi me gustó bastante auqnue reconozco que en algunos pasajes se repetía un poco.
Un abrazo Miguel.

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