Seguro
que has escuchado la expresión "pelillos a la mar" más de una vez.
Una frase que se suele usar en esos contextos en que se ha decidido enterrar el
hacha de guerra y reconciliarnos con alguna persona después de una disputa o
riña.
Pero,
¿sabes cómo surgió?... Para conocer el origen de esta expresión hay que remontarse
al siglo XVI, a la bella ciudad andaluza de Málaga, lugar donde el protagonista
de esta historia frecuentaba la barbería y al barbero de siempre. Durante años no
hubo otro lugar en Málaga para cortarse el pelo, pero esta fiel relación
cliente/barbero se fue al traste cuando el segundo decidió dar el salto y
emigrar a América en busca de nuevos horizontes.
El
hombre, al ver que ya no podría volver a cortarse el pelo en su sitio de
confianza, llevó su enfado al extremo hasta
el punto que le retiró el saludo al que había sido su barbero durante gran
parte de su vida y al que consideraba más que a un amigo. Al peluquero no le
gustó aquello, y trató de arreglar en lo posible la situación enviando a su
cliente a un nuevo peluquero. Pero aquello no sirvió. El despechado cliente
jamás dejó que su nuevo peluquero le
entrara por el ojo y dejó de frecuentarlo.
El
problema surgió entonces para el nuevo peluquero. El encontronazo que habían
tenido resultó fatal para su economía pues empezó a perder incluso a sus
clientes más antiguos. El "agraviado cliente" comenzó a hacerle
publicidad en contra diciendo que se guardaba el pelo cortado para realizar brujería
a todos los que no pagaban a tiempo.
El
peluquero acabó cerrando el negocio. Pero
no dejó pasar la oportunidad de retar a muerte al hombre que le había buscado
la ruina. Para el duelo eligió como arma el florete.
En
el duelo el cliente, que casi murió, se dio cuenta del mal que había hecho y
pidió perdón al barbero. Aquello les unió tanto que tomaron la decisión de ir a
las Américas llevándose todo el pelo almacenado para poder tirarlo en la
travesía como símbolo del comienzo de una nueva vida.
Desde
entonces esta frase expresa reconciliación.
También
se dice que esta expresión viene de una ceremonia que se celebraba en la
antigua Grecia y que consistía en arrojar algunos pelillos al mar para que la
corriente se llevara simbólicamente las disputas de quienes estaban
reñidos. En el “Canto III” de la Ilíada
Homero describe este rito en el pasaje en que griegos y troyanos deciden
reunirse con el objeto de hacer las paces. Para ellos, cortan unas guedejas de lana a los corderos que serán ofrecidos en
sacrificio a los dioses y reparten pelillos entre los próceres de ambas partes
en señal de amistad y olvido de viejas rencillas. Y los echan a volar.
20 de agosto de 2015
Se
llama Nördlingen, y se encuentra en Baviera, Alemania. Además de su aspecto
arquitectónico, que lo convierten en un lugar de cuento, el pueblo está
emplazado en medio de un enorme cráter de meteorito de 25 kilómetros caído hace
millones de años.
La
ciudad se construyó en la edad media y está cercada por una gran muralla. Otras
dos ciudades alemanas cuentan también con una muralla que rodea la ciudad,
Rothenburg ob der Tauber y Dinkelsbühl; sin embargo, sólo la de Nördlingen se
puede recorrer en toda su extensión, característica que la hace única en
Alemania.
Cuenta
con cinco puertas de entrada, once torres defensivas bien conservadas y un Alte
Bastei (Vieja Bastilla). Aunque las puertas de la ciudad son puntos de
atracción para los visitantes de todo el mundo, su mayor atractivo son las
casas de la ciudad, conservadas desde los siglos XIV al XVI; así como las
magníficas fachadas de los edificios públicos y las casas de la clase social
privilegiada hechas la mitad de madera de estilo renacentista y barroco.
Desde
lo alto de la torre de la Iglesia San Jorge, de estilo Gótico, pueden admirarse
las mejores vistas de la ciudad.
La
ciudad cuenta con varios museos, entre ellos el museo bávaro de ferrocarriles
con su centenar de vehículos, el museo histórico (Stadtmuseum), el museo de la
muralla (Stadtmauermuseum), el museo del cráter (Rieskratermuseum) y el Museum
Augenblick ("museo del momento") que alberga una colección de medios
de comunicación del siglo XIX.
Son
numerosas las fiestas que se celebran en el casco antiguo de Nördlingen, entre
ellas la "Fiesta de la muralla" (Stadtmauerfest) que consiste en un
espectáculo y mercado medieval. Cada año en mayo tiene lugar el
"Stabenfest", una gran fiesta de escolares que tiene sus orígenes en
el año 1406, siendo la fiesta infantil con más tradición de Alemania. La
"Feria de Pentecostés" (Pfingstmesse) fue en la Era Medieval una de
las ferias comerciales más importantes de Europa. Hoy en día es una fiesta
popular. El Scharlachrennen de Nördlingen es una famosa carrera de caballos.
Como
dato anecdótico, la ciudad medieval de Nördlingen aparece en el anime Princess
Tutu y Shingeki no Kyojin, así como en la película Willy Wonka y la fábrica de
chocolates.
18 de agosto de 2015
Bueno, antes de nada tenemos que
saber que la cantidad de calorías que necesita una persona está determinada por
su sexo, su edad, su altura, su complexión y la cantidad de ejercicio que hace.
Otro dato que se ha de tener en cuenta es que la cantidad de calorías que
necesitamos es muy similar en verano y en invierno, por tanto, pensar que
necesitamos comer más en invierno y menos en verano es una idea equivocada.
Lo que ocurre es que en la estación
veraniega la temperatura ambiental es mayor por lo que nuestro cuerpo no ha de realizar
tanto esfuerzo adicional para mantener la correcta temperatura corporal como si
ocurre en invierno. Pero no hay que
olvidar que nuestro organismo trabaja tanto en invierno como en verano para
mantener la temperatura estable a pesar de los cambios externos.
Estos cambios en las calorías
requeridas se dan sobre todo cuando nos ejercitamos. De la misma forma consumimos
energía para digerir lo que comemos, pero también ante enfermedades infecciosas
(fiebre), estados de excitación nerviosa (stress), desequilibrios hormonales
(hipertiroidismo), etc.
La creencia de que podemos comer más
en invierno seguramente tiene raíz en
épocas de mayor trabajo físico y exposición a la intemperie, en que las
bajas temperaturas permitían tolerar mayor intensidad de trabajo (más
requerimiento de energía, más ingesta) mientras que ante el calor extremo la
intensidad de rendimiento se ve reducida y se intensifica más la hidratación
que la ingesta de alimentos.
Lo que debemos saber es que las
calorías que necesita el cuerpo son relativamente constantes si no modificamos
la actividad física y la ingesta notablemente, por lo que, si en verano comemos
menos podemos perder algunos kilos y en invierno, por el contrario, creer que
necesitamos más calorías puede ser la causa de aumentar de peso.
1#
Tu mente es capaz de sentir cuando alguien te está mirando, incluso si estás
dormido. A esta habilidad se la llama “scopaesthesia”.
2#
En los hospitales japoneses no existen las plantas 4 y 9. Esto se da porque en
la cultura japonesa el 4 y 9 se consideran números de mala suerte. El número 4
se pronuncia de forma parecida a la palabra “muerte”, y el número 9 como
“dolor”.
3#
En Los Ángeles, en 1900, existía una autopista para bicicletas.
4#
El delineador se hizo popular en los años 20 después del descubrimiento de la
tumba del rey Tutankamón.
5#
Dar un abrazo libera oxitocina, una hormona que reduce el estrés y la ansiedad,
nos relaja, genera seguridad y confianza y calma nuestros temores.
6#
Los zurdos son más creativos pues pueden acceder más fácilmente a los dos lados del cerebro.
7#
Antiguamente los pintores obtenían el pigmento dorado de las nueces.
8#
¿Sabías que el el cerebro ignora las cosas inútiles, aquellas que no necesita?
Como por ejemplo el primer “el” de esta frase.
9#
La Mona Lisa tiene una hermana gemela en España. Fue realizada por un discípulo
de Da Vinci.
10#
Ver películas de terror adelgaza. Según un estudio realizado por científicos de
la universidad de Westminster ver una película de miedo de 90 minutos supone
quemar 113 calorías, las mismas que consumimos en un paseo de media hora.
13 de agosto de 2015
Han
pasado más de tres décadas desde que esta serie fue estrenada en España, allá
en 1981, y aún así, año tras año, Verano Azul sigue regresando a las pantallas
de televisión.
Su
cabecera, con sus característicos silbidos,
daba el pistoletazo de salida a las vacaciones estivales, las mejores de
todo el año. Allí, junto al televisor, a pesar del calor
asfixiante, disfrutaba de las aventuras de Chanquete, Julia, Bea, Desi, Tito,
Javi, Quique, Pancho y Piraña.
Descubrí
esta maravillosa serie hace mucho tiempo, a principios de los noventa, pero
sigo disfrutando de ella como la primera vez,
o quizás más porque a medida que me hago mayor voy descubriendo nuevos matices y perspectivas que cuando eres niño sueles pasar por alto o
simplemente no ves.
Para mí Verano Azul fue y es una de las mejores series
juveniles que se han realizado en nuestro país. No creo que se haya emitido
nunca una serie con tantos sentimientos, con tantos mensajes válidos para los
jóvenes y adultos. Verano Azul es una serie rebosante de ternura y humor. La
clave de su éxito fue que supo plasmar la esencia de la niñez y adolescencia de
toda una generación y lo hizo tocándonos la fibra sensible, enseñándonos y haciéndonos
reír.
Esta
producción es obra de Televisión Española producida en 1981 y dirigida por Antonio
Mercero con música de Carmelo Bernaola. Se rodó durante 16 meses, entre finales
de agosto de 1979 y diciembre de 1980, en la localidad malagueña de Nerja. La
emisión original tuvo lugar en la primera cadena de RTVE entre el 11 de octubre
de 1981 y el 14 de febrero de 1982. Se emitía la tarde del domingo a partir de
las 16.05h. Constaba de 19 episodios de aproximadamente una hora de duración
cada uno. Fue una serie costosa en tiempo y dinero. Entre escritura del guión,
localizaciones, rodaje y montaje tardó aproximadamente tres años en estar lista
para ser mostrada al público.
La
serie se centraba en las peripecias de una pandilla de jóvenes durante sus
vacaciones de verano. El grupo lo formaban cuatro adolescentes y dos niños, a
los que se les unirían dos adultos, Chanquete y Julia.
En
papeles secundarios aparecieron actores como Concha Cuetos, Carlos Larrañaga,
Manuel Tejada, Elisa Montes, Manuel Gallardo y Helga Liné, que interpretaban a
algunos de los progenitores de los protagonistas.
La
serie terminó en 1982, y se convirtió en un fenómeno sociológico a principios
de los 80, hasta tal punto que el episodio sobre la muerte de Chanquete ocupó
portadas en los periódicos y revistas, llegando incluso a ser noticia de
Telediario. A lo largo de los años 80 y 90 la serie fue repuesta varias veces.
La
serie fue emitida también en toda Latinoamérica, Portugal, Angola, y en algunos
países no latinos como Argelia, Croacia, Checoslovaquia, Polonia, Bulgaria y
Francia. Para los búlgaros la serie fue un éxito, ya que tocaba temas
revolucionarios para la época como el divorcio, el derecho de protesta, la
especulación inmobiliaria, el medio ambiente o los conflictos generacionales,
entre otras. En España la serie rompió con los esquemas heredados de la
televisión franquista al tratar abiertamente cuestiones entonces delicadas o
novedosas como las descritas anteriormente.
Chanquete:
El viejo y el mar.
Chanquete
era un pescador muy bohemio. Vivía en un barco varado en tierra, La Dorada,
desde el que podía contemplar el océano en lo alto de una cima, entre un mar de
judías verdes y tomates. Él mismo era un barco varado en tierra que añoraba el
mar. Chanquete tocaba el acordeón, cantaba canciones y recitaba poemas. Tenía
buenos amigos pero era un ser solitario con un pasado trágico. A sus muchos
años estaba ya de vuelta de todo pero contemplaba la vida con esa serenidad que
da la edad. Era mayor pero no viejo porque viejo se nace no se hace uno. Era un
filósofo que comprendía la naturaleza de los niños, a los que escuchaba y
aconsejaba siempre sabiamente. A pesar de tener un gran corazón éste ya no le
funcionaba muy bien.
Antonio
Ferrandis fue actor de teatro y cine, participó en películas emblemáticas como
Marcelino pan y vino (1955), El verdugo (1963), La escopeta nacional (1978),
Tristana (1970) y Mi querida señorita (1972). A las órdenes de José Luis Garci
tuvo un papel protagonista en Volver a empezar, Óscar a la mejor película de
habla no inglesa en 1983. Cinco años después actuó en Jarrapellejos, por el que
se hizo merecedor del Premio Goya al mejor actor protagonista. Verano Azul le
catapultó al estrellato, tras el éxito de la serie grabó un LP titulado Qué
bonito es navegar... con Chanquete. Aunque estaba agradecido con todo lo que su
personaje le dio se quejaba de su encasillamiento; para siempre fue Chanquete,
el viejo marino del acordeón. Murió el 16 de octubre de 2000 en Valencia.
Julia:
La pintora.
Lo
que tenía en común Julia con Chanquete era un pasado trágico. Huyendo de sus
tristes recuerdos, que siempre afloraban en los días de lluvia, fue en busca de
un verano azul a la costa más soleada de España. Allí conoció a una pandilla de
chicos con los que enseguida congenió, y
también conoció a Chanquete con el que estableció una relación de amistad muy
especial. Los dos se comprendían aunque eran muy diferentes, los dos estaban
conectados por un hilo invisible, esa rara magia que pocas veces sucede entre
dos personas y que las convierte enseguida en almas gemelas. Julia era una
consejera para los chicos, y casi una hermana mayor.
Aunque
María Garralón ya había hecho algunos trabajos en el cine y la televisión fue
el papel de Julia el que le reportó popularidad. Tras la serie enfocó su carrera hacia el teatro. En la
década de los noventa participó en varias series de éxito, “Farmacia de
guardia”, “Menudo es mi padre” y “Compañeros”.
Actualmente
ha seguido ejerciendo su carrera en el teatro.
Javi,
Bea y Pancho: Un triangulo amoroso.
Javi
era el hijo único y mimado de una familia de clase media acomodada. Pancho no
tenía padres y trabajaba con sus tíos en el pequeño negocio familiar
repartiendo leche; era el único de la pandilla que vivía en el pueblo de manera
permanente. Bea, igual que Javi, había llegado a Nerja para pasar el verano.
Ella era la guapa del grupo y la que causaba mayor furor entre los chicos, que
estaban loquitos por sus huesos. Javi y Pancho se disputaban su amor pero era
Pancho quien estaba más cerca del corazón de Bea.
Pilar
Torres, José Luis Fernández y Juan José Artero tuvieron distinta suerte tras el
éxito de la serie. Pilar se vio superada por la popularidad que le reportó su personaje y acabó desencantada con ese
mundillo, del que se retiró totalmente. José Luis y Juan José formaron un grupo
musical que no tuvo especial relevancia. Más tarde Juan José trabajaría en
series de televisión, como “El comisario”, y más recientemente en “El barco” y “Amar
es para siempre”. Por su parte José Luis trabajó algún tiempo como doblador
pero sus problemas con las drogas le alejaron de la interpretación. Actualmente
ha vuelto a actuar en la webserie “Los hijos de Mambrú”
Desi
y Quique: Los amigos de.
Desi
y Quique eran los personajes más secundarios de la serie, en especial Quique
cuyo rol se limitaba a ser el mejor amigo de Javi, el líder del grupo. Aunque
Desi tenía un papel más activo en la serie su personaje siempre estaba a la
sombra del de Bea, de la que era su mejor amiga. Aunque tanto Desi como Quique
tuvieron también sus momentos destacados dentro de la serie. El capitulo “El visitante” gira en torno a Desi
por el divorcio de sus padres y el capitulo “El guateque de papá” tiene como
protagonista a Quique y a su padre.
Tras
la serie ni Cristina Torres ni Gerardo Garrido continuaron su carrera como
actores. Cristina rodó “A tope” en 1984, pero finalmente se retiró para
trabajar, igual que su hermana mayor, Pilar Torres, como auxiliar de
enfermería.
Gerardo
Garrido protagonizó en 1982 la obra teatral “Las bicicletas son para el verano”
con Fernando Fernán Gómez, sería su última incursión como actor. Gerardo estudió
Biología y Filosofía en la Complutense de Madrid, pero su pasión siempre ha
sido la Fotografía con la que ha obtenido varios galardones.
Tito
y Piraña: Los peques.
Tito
y Piraña eran los más pequeños de la pandilla, el uno espabilado y un poco
chivato, el otro muy listo y glotón, y los dos amigos inseparables, camaradas
en las trastadas y en los juegos. Chanquete era su confesor y consejero, a él
acudían cuando necesitaban aclarar sus dudas respecto a cualquier tema por muy
delicado que fuera.
Miguel
Joven y Miguel Ángel Valero aprovecharon el tirón de popularidad que les supuso
la serie durante algunos años. Juntos formaron un grupo musical, Los Pirañas, y
sacaron un disco, “Comer, Comer”; y grabaron dos películas, “Padre no hay más
que dos” (1982) y “Chispita y sus gorilas” (1982).
Miguel
Joven fue el último en unirse a Verano Azul. El rodaje de la serie ya se había iniciado,
pero el niño que iba a hacer de Tito no convenció a Mercero. Cuando estaban a
la espera de que enviaran un nuevo niño actor desde Madrid, Francisco Olaya
Ayo, que regentaba el chiringuito donde comía el equipo de rodaje, convenció a
los responsables del proyecto para que le hicieran una prueba a Miguel, que era
hijo de Alberto Joven, que trabajaba como camarero en su chiringuito. De ese
modo, Miguel Joven se convirtió en Tito.
Se
retiró de la interpretación a mediados de los 80 para terminar sus estudios. En
2012 intervino en algunos capítulos de la web serie “Los hijos de Mambrú”. Actualmente
es guía turística en Nerja.
El
personaje de “Piraña”, Miguel Ángel Valero, fue uno de los más populares de la
serie. Con Mercero volvió a trabajar en la película “Buenas noches señor
monstruo”, y entre 1984 y 1985 participó
en el programa La bola de cristal,
interpretando al "detective" Mantequilla. Ese mismo año rodó “El
rollo de septiembre”, con Mariano Ozores.
Tras
esto se centró en sus estudios de Ingeniería de Telecomunicación. En la
actualidad es director del Departamento de Ingeniería y Arquitecturas
Telemáticas (DIATEL), en la ETSIS de
Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid.
En
noviembre de 2014 fue nombrado director del Centro de Referencia Estatal de
Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CEAPAT) del Ministerio de Sanidad de
España.
Desde
que filmó su primer corto en 1960, “La oveja negra”, la carrera de Antonio
Mercero acumuló éxito tras éxito. Esta década le reportaría varios galardones,
como una Concha de Oro. Su carrera en el cine seguiría en los 70 con películas
como Las delicias de los verdes años (1976) y La guerra de papá (1977). Pero
serían sus proyectos para la televisión los que le reportarían gran popularidad
entre el público. En especial “Verano Azul” con la que consiguió un TP de Oro. En
televisión rodaría éxitos como “Farmacia de guardia”.
Uno
de sus trabajos más destacables sería la película para televisión “La Cabina” (1972). Obtendría un Emmy. Además
la crítica la valoraría muy favorablemente, en especial el trabajo de su actor
protagonista, José Luís López Vázquez.
En
2009 le fue detectado la enfermedad de alzheimer y desde entonces está retirado
de la vida pública.
Capítulo
20, el que nunca se rodó.
Hubiera
sido el último episodio de la serie, según figura en el Parque Verano Azul de
Nerja. Se grabaron varias secuencias, pero por circunstancias técnicas –entre
ellas, las malas condiciones meteorológicas del momento– se produjeron
bastantes retrasos en el rodaje y TVE decidió cancelarlo. El actor Jorge Sanz, entre
otros, participó en este proyecto inacabado.
Frases
de Chanquete, el marinero filósofo:
Una
plaga ese invento de las vacaciones, lo invaden todo.
Sólo
hay dos clases de gentes, los que son de aquí y los forasteros.
Lo
servil es condición de la persona nunca de un trabajo determinado. Vivimos en
sociedad y todos los trabajos que están al servicio de los demás y se hacen
bien son igualmente dignos. Suele medirse la dignidad y el trabajo según la
remuneración en pesetas y ahí vienen muchas confusiones. Generalmente no se
busca el trabajo que mejor podemos hacer sino aquel trabajo en el que podamos
ganar más, y así marcha el mundo, porque así somos, gente descontrolada y fuera
de sitio.
Las
desgracias son como las cerezas, salen a pares.
A
veces uno se pregunta por qué la vida será tan complicada, alegría por lo que
se siente, y añoranza por lo que no se tiene. Es una alegría que también duele.
Una
de las cosas más difíciles para un padre o una madre es darse cuenta de que los
hijos crecen un poco cada día.
Entre
amigos no hace falta darse explicaciones, eso es lo mejor de la amistad.
El
mundo está cargado de odio, lo respiramos, lo llevamos dentro, y luego le
echamos la culpa a un demonio ajeno.
El
tiempo también es una distancia y nos permite cierta perspectiva entre nosotros
y los hechos de nuestra vida.
Unos
que todavía van y alguien que está ya de vuelta, por fuerza han de encontrarse
en un punto del camino.
El
error de los padres, de los adultos en general, es tratar a los chicos como si
fueran algo incompleto aún, como lo que van a ser, no como lo que ya son.
Qué
breve es la vida cuando se mira hacia atrás.
Si
Dios existe, si el tiempo no cuenta para él, Dios es eternamente niño.
Y llegamos al final, espero que te haya
entretenido leer esta entrada.
Sólo puedo decir para terminar lo que esta
serie ha significado para mí, porque sin duda fue y es una de las series que
más me han emocionado.
Esta es una historia humana, con buenos
guiones y mejores personajes, y actuaciones que traspasan la pantalla, como la
de Antonio Ferrandis. Todo un actor de la cabeza a los pies que hizo de
Chanquete un personaje campechano, sabio y profundamente carismático; alguien siempre
rebosante de fuerza y empatía. Por eso su muerte en esta ficción te cala tanto.
Es como si perdieras de verdad a alguien cercano, a un amigo, a más que un
amigo. Antes, cuando era una niña, no veía todo lo que es esta serie. Me identificaba
con los niños, con su mundo de juegos, risas, amistad, diversión, aprendizaje y
rebeldía. No me llegaban tanto las historias de aquellos adultos que rodeaban a
los niños, pero ahora que ya dejé esa edad atrás son esos adultos los que me
hacen comprender toda la dimensión que alcanza esta serie. No puedo evitar
llorar, emocionarme, sentir esa nostalgia del final del verano como una metáfora
de la propia vida. El verano es la niñez, una niñez teñida de cielos azules, juegos,
aguas turquesas y días soleados. Y la vejez es como el último día de las
vacaciones. Los días se van acortando. Aparecen las nubes en el horizonte y el
sol ya no calienta tanto. Nos sentimos más nostálgicos, y al mirar atrás
descubrimos que la vida es breve cuando se la mira así, y que a pesar de ello es más larga que el camino que ya nos queda por recorrer. Hay muchas emociones
y sentimientos en esta serie y es ahí donde está su grandeza, en hacer de esta
historia nuestra historia.
El
bullying no es algo nuevo aunque hoy lo escribamos en inglés. Lo que es nuevo
es el medio en el que se ejerce el acoso. Lo que se sube a la Red nunca
desaparece. Un rumor que se esparce en Internet se escapa de todo control. Por
lo tanto el daño que se hace es infinitamente mayor que cuando no existía Internet
y quien se metía contigo ejercía su poder sólo en el recreo o a la salida del colegio.
Hoy,
vayas a donde vayas, cargas contigo un teléfono móvil, un tablet, o un portátil.
Y el acoso al que te someten llega hasta tu casa, hasta tu propia habitación;
te sigue y se convierte en una losa que
termina por hundirte en un pozo de depresión, ansiedad, angustia e inseguridad.
Cuando
conocí el caso de Amanda Todd me pregunté que por qué no desenchufaba la wifi,
por qué no desterraba el móvil al fondo de un cajón cerrado con llave, por qué
no se alejaba un tiempo de su ciudad, por qué no pidió ayuda a sus padres, por
qué no habló con ellos antes de tomar la decisión de quitarse de en medio, y darles con ello el gusto a los que la habían
tomado con ella. Pero Amanda si lo hizo y aún así jamás consiguió deshacerse de
la losa que la aplastaba. Quien la acosaba siguió difundiendo sus fotos allá a
donde fuera, malmetiendo entre ella y sus amigos, hasta que consiguió su propósito,
destrozar la vida de una chica que sólo cometió el error de confiar en quien no
debía.
Como
el caso de Amanda hay muchos, algunos que nos han tocado de cerca como los casos
de Arancha, Carla y Jokin Ceberio; todos ellos se suicidaron victimas del acoso
que sufrían en sus institutos.
El brutal acoso que sufrió Amanda Todd la hundió en una depresión que la empujó al suicidio.
La
película que nos ocupa hoy, “Unfriended”, “Eliminado” en su título en español,
tiene mucho que ver con el caso de Amanda Todd, del que claramente se inspira. Aunque
todos los parecidos se acaban aquí.
Como
decía al principio, el bullying siempre ha existido pero se ha ido adaptando a
las nuevas tecnologías. Y son precisamente las nuevas tecnologías las
herramientas que usa la película para narrarnos lo que sucede. A través de una
pantalla fija van surgiendo mensajes de texto o sesiones de Skipe que nos
introducen en la trama.
Antes
de seguir, advertir que la película es del género de terror, más bien un subgénero
en pleno auge llamado “terror tecnológico”.
Su
sinopsis ya nos adelanta bastante lo que
veremos:
En
el aniversario del suicidio de Laura Barns, una joven que fue humillada en
redes sociales con un vídeo viral, seis amigos reciben por Skype un mensaje de
alguien que parece haber hackeado la cuenta de Facebook de Laura. Al principio
los amigos piensan que es una broma, pero cuando el misterioso séptimo invitado
comienza a revelar secretos íntimos de los demás miembros del chat, comienzan a
darse cuenta de que el tema va en serio y de que no están a salvo.
Lo
que más impacta de la película es la repercusión que está teniendo en EEUU,
sobre todo en las redes sociales donde está arrasando. Se ve que su maniobra de
marketing, el venderse como una propuesta diferente dentro del género de
terror, ha dado sus frutos. Además de todo esto, ha cosechado buenas críticas entre
los medios especializados quizás por ser un film novedoso en su desarrollo. Si
eres usuario de Facebook, Skipe, Google, Youtube, Instragram, además de otras
redes sociales, la película te parecerá más llevadera. No así si eres fan del
género de terror más clásico porque directamente te parecerá, y con razón, una
elaborada tomadura de pelo.
A
mí la verdad es que si me suscitó algo fue aburrimiento y ganas de que se
cargaran a todo su reparto de chicos y chicas monos/tontos de una vez. Para
empezar por su ritmo. Una película a tiempo real con numerosos tiempos muertos.
No es emocionante que digamos ver a alguien teclear en una pantalla. Tampoco el
hecho de que la protagonista se pase toda la película gritando cual histérica mostrando
que su dentista es un hacha con los empastes. Ni que decir que todas las sorpresas
y sobresaltos de la película se ven venir como si llevaran chaleco reflectante.
Que todos y cada uno de los componentes del casting son irritantes y que sus
personajes son de lo más topicazo que hay. Con un poco de atención se puede
adivinar el orden en el que morirán, igual que hacía Uribarri con los votos que
los países de Europa se repartían en Eurovisión.
Si
algo bueno tiene es que nos hace reflexionar sobre el lado perverso de las
redes sociales, y sobre la inercia y pasotismo que existe hoy en día con el
ciberbullying. Difundir un video, darle a like a una foto, escribir un mensaje en
Twitter nos parecen hoy actos de lo más cotidianos, sin sospechar que muchas veces
pueden convertirse en un arma muy peligrosa.
Toda
una virtud haber convencido al público al darle un envoltorio original y
atractivo al mismo y manido chicle de siempre.