7 de enero de 2018



Algunas crónicas cuentan que Oscar Wilde estaba convencido de que, en un gran número de ocasiones, la gente no escuchaba cuando se les hablaba, por lo que para demostrarlo explicaba a sus conocidos la anécdota que le ocurrió el día que tuvo que asistir a una importante fiesta a la que llegó tarde.
Para justificar su tardanza ante la anfitriona, Wilde puso como excusa que se había demorado debido a que ‘había tenido que enterrar a una tía suya a la que acababa de matar’.
La dama sin inmutarse contestó al escritor irlandés:


«No se preocupe usted. Lo importante es que haya venido»

5 comentarios:

  1. Anónimo4:12 a. m.

    Impresionante Oscar Wilde y la anécdota. Muy divertida e ingeniosa, Raque, muy propia de él.
    Me ha gustado saberlo.
    Wilde es elegante escribiendo, pero su ingenio es lo mejor.
    Abrazos. 😉

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  2. Muy ingenioso, y en verdad soy de la misma opinión... en muchos casos. Abrazos y feliz año

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  3. No escuchamos y lo peor, no pensamos antes de hablar
    Muy buena la anécdota, la voy a usar como material para mis historias
    Ahhh...y Feliz año

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  4. Tenía que ser una persona muy interesante con la que seguramente sería imposible aburrirse, increíble ese ingenio que tenía.
    Un abrazo Carol :)

    Y yo, en muchos casos pienso lo mismo. Hay escasez de oídos prestos a escuchar al prójimo.
    Abrazos y feliz año también para ti Ligia, que te sea próspero y muy feliz.

    Desde luego es verdad, la impulsividad en algunos momentos nos lleva a eso, a hablar sin pensar.
    Feliz año Alí, que sea un año lleno de creatividad y felicidad :)

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  5. En muchas de estas circunstancias se junta el no escuchar con el no pensar lo que decimos, y si encima somos personas sin sentimientos ni sensibilidad ni te cuento. Es muy buena anécdota, desde luego.
    Un abrazo :)

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