Por un pequeño hueco de la ventana se coló dentro de
la casa, gélido y afilado. Al otro lado, el morador que dormitaba en el sofá sintió
un escalofrío y cogió una manta. En una casa del mismo barrio una chica lo notó
enredado en sus tobillos al salir de la ducha, mezclado de las gotas de agua
que resbalaban de su cabello mojado, y
tiritó. Una calle por detrás el adolescente que volvía de sus clases de
guitarra arrastrando con cansancio los pies lo notó pegado a su nariz y
estornudó. El conductor que pasaba en ese momento con cara de sueño después de
un día de trabajo lo descubrió sobre sus
hombros y se encogió, resoplando. El niño que ya se ponía el pijama para irse a
la cama lo apreció pegado a las sábanas… Frío.
Feliz solsticio de invierno.
El peor frío el de la madrugada cuando tienes que abandonar la cama a deshoras.
ResponderEliminarUn besito
:)
Hay que tener voluntad de hierro para dejar la cama calentita, eso es verdad.
EliminarBesos :)
Me ha gustado cómo has contado el inicio del invierno. Muy caleidoscópico.
ResponderEliminarGracias, Raque.
Besos.