Sinopsis:
El Imperio Galáctico ha terminado de construir el arma más poderosa de todas, la Estrella de la muerte, pero un grupo de rebeldes decide realizar una misión de muy alto riesgo: robar los planos de dicha estación antes de que entre en operaciones, mientras se enfrentan también al poderoso Lord Sith conocido como Darth Vader, discípulo del despiadado Emperador Palpatine. Film ambientado entre los episodios III y IV de Star Wars.
Hace unas cuantas
semanas me acerqué al cine para ver Rogue
One: Una historia de Star Wars. Tras este tiempo, y después de haber meditado y pensado sobre la película,
tengo que decir que me ha parecido
buena. Salí de la sala pensando que aunque
no aporta demasiado a la saga, pues lo que se narra no afecta sustancialmente a
las películas ya existentes ni a las futuras, sí que enriquece el universo
creado por George Lucas, sobre todo en el plano visual. En esta ocasión los efectos especiales están
al servicio de la película y no al revés, algo de agradecer.
Hablando de
efectos especiales es inevitable mencionar la recreación digital, el CGI, que
se ha hecho de dos actores míticos de la saga, Peter Cushing y Carrie Fisher. Ha
habido una polémica sobre el uso ético de esta tecnología, ya que Peter Cushing
murió hace 22 años siendo “resucitado”
para la ocasión lo que ha propiciado críticas entre algunos medios de prensa
estadounidenses. Lucasfilm e Industrial Light and Magic se han justificado
asegurando que contaban con la aprobación de los herederos del actor. También
ha sido muy comentado el realismo de estas recreaciones, y aunque es verdad que
se “nota” a mí personalmente me pareció que estaba muy logrado, en especial el
parecido con Cushing porque la recreación de Lady Organa, la joven princesa
Leia, canta un poco más.
Aunque no me
considero fan en el sentido estricto de
la palabra, he visto todas las películas que componen la saga Star Wars,
básicamente porque me gusta el género de aventuras/acción. Y si algo tiene
Rogue One es acción a raudales. Fui con mi hermana y a la salida coincidimos
en este punto: es una película más bélica
que las anteriores y sobre todo, cosa sorprendente tratándose de una producción
Disney, mucho más oscura.
El tema es que se
ve claramente que entre el director de la película y la productora ha existido un
conflicto que ha afectado al resultado final que hemos visto en pantalla. Disney
no estaba contenta con el primer montaje
y la película tuvo que reestructurarse y regrabarse para añadir nuevas escenas
y rebajar parte de la oscuridad que pretendía darle el director, Gareth Edwards;
quien declaró que su intención era hacer un drama bélico al estilo “Salvar al
soldado Ryan”.
Aunque Gareth
tuvo que dar su brazo a torcer y aceptar moderar sus pretensiones lo cierto es
que la historia sigue siendo violenta, mucho más de lo que quizás pretendía Disney;
y es que cada cinco minutos alguien dispara o es disparado.
Es chocante
pensar que hoy en día Disney siga viendo más censurable los besos que la
violencia.
La película se
distingue de las anteriores en el tono, pero en cuanto a la ambientación y
estética se asemeja mucho al episodio IV. La fotografía es otro de sus puntos
fuertes. Es el guión y el desarrollo de los personajes la parte más débil de la
película. Encontré incomprensibles y muy flojas algunas líneas del guión,
y no sentí mucha química entre los
personajes principales. Lo bueno es que no se nos muestran como dos héroes intachables;
son imperfectos, dudan, se equivocan, sufren, aceptan su papel aún sabiendo que
les viene grande, se sacrifican, pero creo que hacía falta un poco más para
conseguir hacerlos más carismáticos.
Entre los nuevos
personajes hay tres que me llamaron la atención; en primer lugar el robot,
sobre todo porque me pareció inquietante. En segundo lugar el chino ciego,
Chirrut Imwe, en sus apariciones no podía dejar de pensar en el maestro de
Carradine de la serie Kung Fu. Y en tercer lugar, Saw Gerrera, interpretado por
Forest Whitaker, un personaje totalmente desaprovechado y que te hace
preguntarte por qué un actor como
Whitaker aceptó interpretarlo si es el más prescindible de todo el casting.
Realmente solo hay
un personaje que hace palidecer a todos los demás, y ese es Darth Vader, cuyas
apariciones en la película son impresionantes.
Hay tres grandes temas
en el cine, el amor, la venganza y la supervivencia, y Rogue One habla de todas
ellas.
Personalmente no
considero que sea una película perfecta, ni la mejor sobre el universo Star
Wars, pero tiene algunas escenas que la convierten en la más épica, sobre todo por
un final que nos deja los pelos de
punta.
Es una pelí con sus mas y sus menos. Entre los menos algunos personajes, como bien dices algunos poco perfilados y desaprovechados. El personaje recreado por ordenador me descuadró un pelín pero mas la joven Leia. Lo mejor la música y los escenarios, la acción muy sobria, y el final muy espectacular.
ResponderEliminarUn abrazo
;)
La Leia recreada es muy artificial, hay algo en ella que canta. Coincidimos en que los personajes secundarios están muy mal perfilados. Pero bueno, ese final es realmente sobrecogedor.
ResponderEliminarUn abrazo Ana :)