Esta impresionante "fortaleza ceremonial" inca es conocida por el nombre de Sacsayhuamán y se ubicada a dos kilómetros al norte de la ciudad de Cuzco, cercada por las montañas Ausangate, Pachatusán y Cinca. En el mismo valle trascurre el curso del río Tullumayo por lo que es un paisaje de gran belleza, donde abunda la flora y fauna, entre la que destacan las llamas y los halcones. No en vano en lengua “quechua” Sacsayhuamán significa “donde se sacia el halcón”
Esta fortaleza se
comenzó a construir durante el gobierno de Pachacútec, en el siglo XV, sin embargo
fue Huayna Cápac quien la terminó en el siglo XVI.
Cuando la nobleza
inca fue aniquilada desaparecieron de la memoria colectiva las técnicas que permitieron
la construcción de este monumental santuario, que antaño causara la admiración de Pizarro y sus hombres.
La construcción
es típica de la arquitectura inca. Las rocas, algunas de hasta tres toneladas y
media y nueve metros de alto, se cortaban en la cantera de forma tosca, para
luego ser arrastradas con cuerdas por
cientos de hombres hasta el lugar de construcción, donde se le daba el tallado
definitivo.
Las cuerdas
usadas eran tan impresionantes que fueron mencionadas por el conquistador
español Diego de Trujillo en 1571 tras inspeccionar una habitación llena de
material de construcción.
La suavidad
aterciopelada de la piedra resalta en estas formaciones. Hay figuras diseñadas
en las piedras, entradas a túneles subterráneos, anfiteatros, construcciones de
carácter ritual, probablemente relacionadas con el culto al agua, pues se cree
que este sitio desempeñó un importante rol en las actividades rituales
incaicas.
En la actualidad
sólo se mantiene en pie el 20% de lo que en su día fue este conjunto arquitectónico,
ya que, en la Conquista, los españoles desarmaron sus muros y torreones para
neutralizar su uso en un eventual ataque como el ocurrido en el levantamiento
de Manco Inca en 1536. Muchas de esas piedras fueron aprovechadas para
construir casas e iglesias en Cuzco.
La
"fortaleza ceremonial" de Sacsayhuamán es, con sus muros megalíticos,
la mayor obra arquitectónica que realizaron los incas durante su apogeo.
Aunque solo quede un 20% en pie, debe ser un lugar asombroso por la historia que encierra. Abrazos
ResponderEliminarUn lugar realmente interesante y aunque sólo quede una parte de lo que fue espero que lo conserven.
ResponderEliminarUn besito.
Sin duda, es una pena que no esté en su estado original pero lo que queda es impresionante.
ResponderEliminarUn abrazo Ligia :)
Toda la historia de su construcción es fascinante, cómo pudieron mover esas piedras tan pesadas y como encajan tan perfectamente entre sí, realmente es un destino que me gustaría visitar.
Un beso Montse :)
¿Por qué nos lo cargamos todo con las conquistas y las guerras?
ResponderEliminarDebió ser precioso y sigue siéndolo, la verdad.
Me atraen mucho Cuzco y Nazca, por esas figuras en la tierra que se pueden ver desde gran altura.
Es alucinante pensar cómo hacían esas construcciones con recursos tan limitados.
Un gran post. Gracias, Raque.
Abrazos.
Tengo un recuerdo sobre alguna película en la que salía esta construcción, es impresionante como limaban las rocas para que encajaran las unas con las otras. Como suele pasar el expolió mermó el lugar, pero todavía conserva su grandeza.
ResponderEliminarBesos
:)
A mi Perú es un destino que me atrae, me gustaría visitar todas estas maravillas que posee, una gran cultura que fue capaz de construir fortalezas como éstas. Una pena que fuera destruido, nuestros antepasados fueron unos salvajes aunque ellos pensaban que los que era precisamente al revés.
ResponderEliminarGracias por pasarte Carol.
Un beso grande :)
Sí, es un lugar fascinante, a pesar de todo se ve lo inmenso que fue.
Besos Ana :)