Algunas crónicas
cuentan que Oscar Wilde estaba convencido de que, en un gran número de
ocasiones, la gente no escuchaba cuando se les hablaba, por lo que para
demostrarlo explicaba a sus conocidos la anécdota que le ocurrió el día que
tuvo que asistir a una importante fiesta a la que llegó tarde.
Para justificar
su tardanza ante la anfitriona, Wilde puso como excusa que se había demorado
debido a que ‘había tenido que enterrar a una tía suya a la que acababa de
matar’.
La dama sin
inmutarse contestó al escritor irlandés:
«No se preocupe
usted. Lo importante es que haya venido»
Lo quiero poner en duda... pero seguro que la anécdota es real.
ResponderEliminar:D
Estoy totalmente de acuerdo con el gran Oscar Wilde, la gente no escucha con atención, sólo escucha superficialmente, la anécdota que explica es un ejemple excelente ¡y tiene mucha gracia que no dieran cuenta de que acababa de matar a su tía, jeje!
ResponderEliminarUn buen rato me has hecho pasar con ese humor irónico :)
Besitos.
¡De gran inteligencia e ingenio, Oscar Wilde!! Lo admiro mucho, y desde luego con esta divertidísima anécdota no nos queda duda de que miramos mucho más nuestro propio ombligo...
ResponderEliminarEs una pena, porque escuchando se aprende mucho...
Un post muy bueno para hacernos tomar consciencia.
Muchas gracias, Raque. Eres muy divertida y nos «sacudes» la mente.
Abrazos:
Carol