William Travilla
nació en Los Ángeles, California, en 1920. Desde muy joven su talento para el
dibujo, la ilustración y el diseño de moda fue evidente. A los 16 ya diseñaba
para las artistas del burlesque que veía en su camino al colegio.
Se graduó en la
Escuela Chouinard de Arte en Los Angeles, y comenzó a trabajar en Hollywood en
la productora Columbia Pictures en películas de serie B. Pero fue gracias a Ann
Sheridan, quien fuera su mentora, que comenzó a destacar al fichar por la productora Warner Brothers.
Su diseño de
vestuario para “El burlador de Castilla” (Vincent Sherman, 1948) obtuvo un
premio Oscar al mejor diseño de vestuario en 1950.
Tras cinco años
en la Warner, en 1952 se fue a la 20th Century Fox, donde conoció a Marilyn Monroe. Así fue como relató
su primer encuentro con la actriz cuando ella se disponía a cambiarse un vestido:
«Iba con un
bañador negro. Abrió las puertas correderas de mi probador, los tirantes se
cayeron y su pecho quedó al descubierto… Por supuesto, lo hizo a propósito».
Paralelamente a
su actividad en Hollywood abrió su propia casa de modas (Travilla Inc.) en Los
Ángeles, donde creaba colecciones de lujo, para una clientela selecta formada
principalmente por las actrices destacadas de la época.
A partir de ahí
trabajaron juntos en ocho películas: ‘Me siento rejuvenecer’ (1952), ‘Niebla en
el alma’ (1952), ‘Los caballeros las prefieren rubias’ (1953), ‘Cómo casarse
con un millonario’ (1953), ‘Luces de candilejas’ (1954), ‘Río sin retorno’
(1954), ‘La tentación vive arriba’ (1955) y ‘Bus Stop’ (1956).
Obtuvo
reconocimientos de la crítica con cinco nominaciones y y dos premios de los
Emmy Awards y tres nominaciones y un premio de la Academia de Hollywood.
Tras la muerte de
Marilyn, y con la excepción de los que había vendido el estudio (el de ‘La
tentación vive arriba’ acabó en manos de Debbie Reynolds, que luego lo
subastó), Travilla guardó los modelos como un tesoro. Tras su fallecimiento, en
1990, han podido verse en distintas exposiciones.
Increíble el trabajo de este hombre, vestir a Marilyn debió de ser fácil por lo guapa y el cuerpazo que tenía que cualquier cosita le quedaba bien y difícil porque los diseños debían causar expectación y una pauta a seguir por las fans de la rubia más explosiva del cine.
ResponderEliminarUna historia apasionante nos has contado y los bocetos de los vestidos de las películas son una pasada.
Un beso, Raquel y feliz finde!
Creo que sí, realzar su belleza no le debió suponer ningún esfuerzo, y acentuar su cuerpo tampoco, la rubia tenía curvas. La relación que mantuvo con ella hasta su muerte fue muy estrecha, fueron grandes amigos, y se nota que la apreciaba porque para ella diseño vestidos increíbles, mis favoritos son los que luce en "Los caballeros las prefieren rubias", el vestido rosa es espectacular.
ResponderEliminarUn beso Montse, feliz finde para ti también, nos toca puente y todo!
:)
Un genio, que maravilla de creaciones, además con mucha fuerza y sensualidad, sin duda el vestido blanco quedará para la posteridad pero el rosa es fantástico.
ResponderEliminarBesos
:D
Cuando conoció a Norma y la transformó en Marilyn sin duda realizó un cambio espectacular. ¿Fue él quien se encargó de todo el look, incluso del peinado y de ese rubio platino que tan de moda se puso que todo el mundo emula hoy día, Raque?? Un post muy interesante.
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