Han
pasado más de tres décadas desde que esta serie fue estrenada en España, allá
en 1981, y aún así, año tras año, Verano Azul sigue regresando a las pantallas
de televisión.
Su
cabecera, con sus característicos silbidos,
daba el pistoletazo de salida a las vacaciones estivales, las mejores de
todo el año. Allí, junto al televisor, a pesar del calor
asfixiante, disfrutaba de las aventuras de Chanquete, Julia, Bea, Desi, Tito,
Javi, Quique, Pancho y Piraña.
Descubrí
esta maravillosa serie hace mucho tiempo, a principios de los noventa, pero
sigo disfrutando de ella como la primera vez,
o quizás más porque a medida que me hago mayor voy descubriendo nuevos matices y perspectivas que cuando eres niño sueles pasar por alto o
simplemente no ves.
Para mí Verano Azul fue y es una de las mejores series
juveniles que se han realizado en nuestro país. No creo que se haya emitido
nunca una serie con tantos sentimientos, con tantos mensajes válidos para los
jóvenes y adultos. Verano Azul es una serie rebosante de ternura y humor. La
clave de su éxito fue que supo plasmar la esencia de la niñez y adolescencia de
toda una generación y lo hizo tocándonos la fibra sensible, enseñándonos y haciéndonos
reír.
Esta
producción es obra de Televisión Española producida en 1981 y dirigida por Antonio
Mercero con música de Carmelo Bernaola. Se rodó durante 16 meses, entre finales
de agosto de 1979 y diciembre de 1980, en la localidad malagueña de Nerja. La
emisión original tuvo lugar en la primera cadena de RTVE entre el 11 de octubre
de 1981 y el 14 de febrero de 1982. Se emitía la tarde del domingo a partir de
las 16.05h. Constaba de 19 episodios de aproximadamente una hora de duración
cada uno. Fue una serie costosa en tiempo y dinero. Entre escritura del guión,
localizaciones, rodaje y montaje tardó aproximadamente tres años en estar lista
para ser mostrada al público.
La
serie se centraba en las peripecias de una pandilla de jóvenes durante sus
vacaciones de verano. El grupo lo formaban cuatro adolescentes y dos niños, a
los que se les unirían dos adultos, Chanquete y Julia.
En
papeles secundarios aparecieron actores como Concha Cuetos, Carlos Larrañaga,
Manuel Tejada, Elisa Montes, Manuel Gallardo y Helga Liné, que interpretaban a
algunos de los progenitores de los protagonistas.
La
serie terminó en 1982, y se convirtió en un fenómeno sociológico a principios
de los 80, hasta tal punto que el episodio sobre la muerte de Chanquete ocupó
portadas en los periódicos y revistas, llegando incluso a ser noticia de
Telediario. A lo largo de los años 80 y 90 la serie fue repuesta varias veces.
La
serie fue emitida también en toda Latinoamérica, Portugal, Angola, y en algunos
países no latinos como Argelia, Croacia, Checoslovaquia, Polonia, Bulgaria y
Francia. Para los búlgaros la serie fue un éxito, ya que tocaba temas
revolucionarios para la época como el divorcio, el derecho de protesta, la
especulación inmobiliaria, el medio ambiente o los conflictos generacionales,
entre otras. En España la serie rompió con los esquemas heredados de la
televisión franquista al tratar abiertamente cuestiones entonces delicadas o
novedosas como las descritas anteriormente.
Chanquete:
El viejo y el mar.
Chanquete
era un pescador muy bohemio. Vivía en un barco varado en tierra, La Dorada,
desde el que podía contemplar el océano en lo alto de una cima, entre un mar de
judías verdes y tomates. Él mismo era un barco varado en tierra que añoraba el
mar. Chanquete tocaba el acordeón, cantaba canciones y recitaba poemas. Tenía
buenos amigos pero era un ser solitario con un pasado trágico. A sus muchos
años estaba ya de vuelta de todo pero contemplaba la vida con esa serenidad que
da la edad. Era mayor pero no viejo porque viejo se nace no se hace uno. Era un
filósofo que comprendía la naturaleza de los niños, a los que escuchaba y
aconsejaba siempre sabiamente. A pesar de tener un gran corazón éste ya no le
funcionaba muy bien.
Antonio
Ferrandis fue actor de teatro y cine, participó en películas emblemáticas como
Marcelino pan y vino (1955), El verdugo (1963), La escopeta nacional (1978),
Tristana (1970) y Mi querida señorita (1972). A las órdenes de José Luis Garci
tuvo un papel protagonista en Volver a empezar, Óscar a la mejor película de
habla no inglesa en 1983. Cinco años después actuó en Jarrapellejos, por el que
se hizo merecedor del Premio Goya al mejor actor protagonista. Verano Azul le
catapultó al estrellato, tras el éxito de la serie grabó un LP titulado Qué
bonito es navegar... con Chanquete. Aunque estaba agradecido con todo lo que su
personaje le dio se quejaba de su encasillamiento; para siempre fue Chanquete,
el viejo marino del acordeón. Murió el 16 de octubre de 2000 en Valencia.
Julia:
La pintora.
Lo
que tenía en común Julia con Chanquete era un pasado trágico. Huyendo de sus
tristes recuerdos, que siempre afloraban en los días de lluvia, fue en busca de
un verano azul a la costa más soleada de España. Allí conoció a una pandilla de
chicos con los que enseguida congenió, y
también conoció a Chanquete con el que estableció una relación de amistad muy
especial. Los dos se comprendían aunque eran muy diferentes, los dos estaban
conectados por un hilo invisible, esa rara magia que pocas veces sucede entre
dos personas y que las convierte enseguida en almas gemelas. Julia era una
consejera para los chicos, y casi una hermana mayor.
Aunque
María Garralón ya había hecho algunos trabajos en el cine y la televisión fue
el papel de Julia el que le reportó popularidad. Tras la serie enfocó su carrera hacia el teatro. En la
década de los noventa participó en varias series de éxito, “Farmacia de
guardia”, “Menudo es mi padre” y “Compañeros”.
Actualmente
ha seguido ejerciendo su carrera en el teatro.
Javi,
Bea y Pancho: Un triangulo amoroso.
Javi
era el hijo único y mimado de una familia de clase media acomodada. Pancho no
tenía padres y trabajaba con sus tíos en el pequeño negocio familiar
repartiendo leche; era el único de la pandilla que vivía en el pueblo de manera
permanente. Bea, igual que Javi, había llegado a Nerja para pasar el verano.
Ella era la guapa del grupo y la que causaba mayor furor entre los chicos, que
estaban loquitos por sus huesos. Javi y Pancho se disputaban su amor pero era
Pancho quien estaba más cerca del corazón de Bea.
Pilar
Torres, José Luis Fernández y Juan José Artero tuvieron distinta suerte tras el
éxito de la serie. Pilar se vio superada por la popularidad que le reportó su personaje y acabó desencantada con ese
mundillo, del que se retiró totalmente. José Luis y Juan José formaron un grupo
musical que no tuvo especial relevancia. Más tarde Juan José trabajaría en
series de televisión, como “El comisario”, y más recientemente en “El barco” y “Amar
es para siempre”. Por su parte José Luis trabajó algún tiempo como doblador
pero sus problemas con las drogas le alejaron de la interpretación. Actualmente
ha vuelto a actuar en la webserie “Los hijos de Mambrú”
Desi
y Quique: Los amigos de.
Desi
y Quique eran los personajes más secundarios de la serie, en especial Quique
cuyo rol se limitaba a ser el mejor amigo de Javi, el líder del grupo. Aunque
Desi tenía un papel más activo en la serie su personaje siempre estaba a la
sombra del de Bea, de la que era su mejor amiga. Aunque tanto Desi como Quique
tuvieron también sus momentos destacados dentro de la serie. El capitulo “El visitante” gira en torno a Desi
por el divorcio de sus padres y el capitulo “El guateque de papá” tiene como
protagonista a Quique y a su padre.
Tras
la serie ni Cristina Torres ni Gerardo Garrido continuaron su carrera como
actores. Cristina rodó “A tope” en 1984, pero finalmente se retiró para
trabajar, igual que su hermana mayor, Pilar Torres, como auxiliar de
enfermería.
Gerardo
Garrido protagonizó en 1982 la obra teatral “Las bicicletas son para el verano”
con Fernando Fernán Gómez, sería su última incursión como actor. Gerardo estudió
Biología y Filosofía en la Complutense de Madrid, pero su pasión siempre ha
sido la Fotografía con la que ha obtenido varios galardones.
Tito
y Piraña: Los peques.
Tito
y Piraña eran los más pequeños de la pandilla, el uno espabilado y un poco
chivato, el otro muy listo y glotón, y los dos amigos inseparables, camaradas
en las trastadas y en los juegos. Chanquete era su confesor y consejero, a él
acudían cuando necesitaban aclarar sus dudas respecto a cualquier tema por muy
delicado que fuera.
Miguel
Joven y Miguel Ángel Valero aprovecharon el tirón de popularidad que les supuso
la serie durante algunos años. Juntos formaron un grupo musical, Los Pirañas, y
sacaron un disco, “Comer, Comer”; y grabaron dos películas, “Padre no hay más
que dos” (1982) y “Chispita y sus gorilas” (1982).
Miguel
Joven fue el último en unirse a Verano Azul. El rodaje de la serie ya se había iniciado,
pero el niño que iba a hacer de Tito no convenció a Mercero. Cuando estaban a
la espera de que enviaran un nuevo niño actor desde Madrid, Francisco Olaya
Ayo, que regentaba el chiringuito donde comía el equipo de rodaje, convenció a
los responsables del proyecto para que le hicieran una prueba a Miguel, que era
hijo de Alberto Joven, que trabajaba como camarero en su chiringuito. De ese
modo, Miguel Joven se convirtió en Tito.
Se
retiró de la interpretación a mediados de los 80 para terminar sus estudios. En
2012 intervino en algunos capítulos de la web serie “Los hijos de Mambrú”. Actualmente
es guía turística en Nerja.
El
personaje de “Piraña”, Miguel Ángel Valero, fue uno de los más populares de la
serie. Con Mercero volvió a trabajar en la película “Buenas noches señor
monstruo”, y entre 1984 y 1985 participó
en el programa La bola de cristal,
interpretando al "detective" Mantequilla. Ese mismo año rodó “El
rollo de septiembre”, con Mariano Ozores.
Tras
esto se centró en sus estudios de Ingeniería de Telecomunicación. En la
actualidad es director del Departamento de Ingeniería y Arquitecturas
Telemáticas (DIATEL), en la ETSIS de
Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid.
En
noviembre de 2014 fue nombrado director del Centro de Referencia Estatal de
Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CEAPAT) del Ministerio de Sanidad de
España.
Desde
que filmó su primer corto en 1960, “La oveja negra”, la carrera de Antonio
Mercero acumuló éxito tras éxito. Esta década le reportaría varios galardones,
como una Concha de Oro. Su carrera en el cine seguiría en los 70 con películas
como Las delicias de los verdes años (1976) y La guerra de papá (1977). Pero
serían sus proyectos para la televisión los que le reportarían gran popularidad
entre el público. En especial “Verano Azul” con la que consiguió un TP de Oro. En
televisión rodaría éxitos como “Farmacia de guardia”.
Uno
de sus trabajos más destacables sería la película para televisión “La Cabina” (1972). Obtendría un Emmy. Además
la crítica la valoraría muy favorablemente, en especial el trabajo de su actor
protagonista, José Luís López Vázquez.
En
2009 le fue detectado la enfermedad de alzheimer y desde entonces está retirado
de la vida pública.
Capítulo
20, el que nunca se rodó.
Hubiera
sido el último episodio de la serie, según figura en el Parque Verano Azul de
Nerja. Se grabaron varias secuencias, pero por circunstancias técnicas –entre
ellas, las malas condiciones meteorológicas del momento– se produjeron
bastantes retrasos en el rodaje y TVE decidió cancelarlo. El actor Jorge Sanz, entre
otros, participó en este proyecto inacabado.
Frases
de Chanquete, el marinero filósofo:
Una
plaga ese invento de las vacaciones, lo invaden todo.
Sólo
hay dos clases de gentes, los que son de aquí y los forasteros.
Lo
servil es condición de la persona nunca de un trabajo determinado. Vivimos en
sociedad y todos los trabajos que están al servicio de los demás y se hacen
bien son igualmente dignos. Suele medirse la dignidad y el trabajo según la
remuneración en pesetas y ahí vienen muchas confusiones. Generalmente no se
busca el trabajo que mejor podemos hacer sino aquel trabajo en el que podamos
ganar más, y así marcha el mundo, porque así somos, gente descontrolada y fuera
de sitio.
Las
desgracias son como las cerezas, salen a pares.
A
veces uno se pregunta por qué la vida será tan complicada, alegría por lo que
se siente, y añoranza por lo que no se tiene. Es una alegría que también duele.
Una
de las cosas más difíciles para un padre o una madre es darse cuenta de que los
hijos crecen un poco cada día.
Entre
amigos no hace falta darse explicaciones, eso es lo mejor de la amistad.
El
mundo está cargado de odio, lo respiramos, lo llevamos dentro, y luego le
echamos la culpa a un demonio ajeno.
El
tiempo también es una distancia y nos permite cierta perspectiva entre nosotros
y los hechos de nuestra vida.
Unos
que todavía van y alguien que está ya de vuelta, por fuerza han de encontrarse
en un punto del camino.
El
error de los padres, de los adultos en general, es tratar a los chicos como si
fueran algo incompleto aún, como lo que van a ser, no como lo que ya son.
Qué
breve es la vida cuando se mira hacia atrás.
Si
Dios existe, si el tiempo no cuenta para él, Dios es eternamente niño.
Y llegamos al final, espero que te haya
entretenido leer esta entrada.
Sólo puedo decir para terminar lo que esta
serie ha significado para mí, porque sin duda fue y es una de las series que
más me han emocionado.
Esta es una historia humana, con buenos
guiones y mejores personajes, y actuaciones que traspasan la pantalla, como la
de Antonio Ferrandis. Todo un actor de la cabeza a los pies que hizo de
Chanquete un personaje campechano, sabio y profundamente carismático; alguien siempre
rebosante de fuerza y empatía. Por eso su muerte en esta ficción te cala tanto.
Es como si perdieras de verdad a alguien cercano, a un amigo, a más que un
amigo. Antes, cuando era una niña, no veía todo lo que es esta serie. Me identificaba
con los niños, con su mundo de juegos, risas, amistad, diversión, aprendizaje y
rebeldía. No me llegaban tanto las historias de aquellos adultos que rodeaban a
los niños, pero ahora que ya dejé esa edad atrás son esos adultos los que me
hacen comprender toda la dimensión que alcanza esta serie. No puedo evitar
llorar, emocionarme, sentir esa nostalgia del final del verano como una metáfora
de la propia vida. El verano es la niñez, una niñez teñida de cielos azules, juegos,
aguas turquesas y días soleados. Y la vejez es como el último día de las
vacaciones. Los días se van acortando. Aparecen las nubes en el horizonte y el
sol ya no calienta tanto. Nos sentimos más nostálgicos, y al mirar atrás
descubrimos que la vida es breve cuando se la mira así, y que a pesar de ello es más larga que el camino que ya nos queda por recorrer. Hay muchas emociones
y sentimientos en esta serie y es ahí donde está su grandeza, en hacer de esta
historia nuestra historia.
Una serie que me trae hermosos recuerdos, que me pone algo triste, que me inspira momentos, no sólo veraniegos, que pasaron de largo. Creo que como dice Chanquete, unos que van y otros que vienen de vuelta tienen que encontrarse en medio, así que ese es el éxito de esta serie, que está hecha para los que vienen, los que van, y los que siguen en el camino.
ResponderEliminarMi personaje favorito sin duda alguna es ese marinero en tierra, ese hombre sabio y profundo, todo lo que dice es un aprendizaje sencillo de la vida, de los que miran con otros ojos, ojos que ya han perdido la inocencia pero que un poquito siguen siendo niño.
Me gusta la relación de la pandilla con los adultos, como ellos les contagian su alegría y sus ganas de vivir, de descubrir cosas, de aprender. Pienso que esta serie abordó temas muy buenos que siguen de actualidad.
Me ha encantado este repaso a Verano azul, y sobre todo que despidieras la entrada con la música del acordeón, que creo que siempre nos inspirará días de sol, tormentas de verano, barcos que quieren zarpar, otros que zarparon hace rato, y otros que ya vararon en tierra.
Un beso
:D
Un recuerdo precioso el que nos traes. Pero fíjate que en mi memoria tenía muchísimos más de 19 episodios, será que también los he visto una y otra vez... El de la muerte de Chanquete me hizo llorar a mí también y cuando Bea se hizo mujer también tuvo mucho impacto. No conocía los datos de la actualidad de todos ellos, salvo el de Juanjo Artero, que lo he seguido en televisión. Pero me ha gustado saber que más o menos han sabido desenvolverse en otros aspectos de la vida. Abrazos
ResponderEliminarSiempre que vuelvo a verla, a revisarla, me sorprende lo bien hechos que están los guiones. No sé si los adolescentes de hoy les gustará, o si la verán un poco ñoña y un poco ingenua, pero es una serie preciosa, con valores y mensajes que no pasan de moda.
ResponderEliminarMi personaje también es Chanquete, creo que Antonio Ferrandis puso todo su corazón en este personaje y se nota, además de que se ven sus tablas, lo buen actor que fue.
Es bastante triste esta serie, a mi me lo parece, pero aún así sigue gustándome como cuando era niña y lo ponían en la TV.
Un abrazo Anita.
Sí, a mi también me lo parecía, pero creo que es porque en TV no los ponían enteros sino en dos días, media hora un día y media el siguiente y por eso tenemos esa sensación. El que más me impacta es el de la muerte de Chanquete y la escena cuando está enfermo en La Dorada y habla de su vida con Julia, que bonita es esa escena.
Todos tomaron otro rumbo distinto a la actuación salvo Juanjo Artero y María Garralón.
Un abrazo Ligia.
¡Oh, Raquel! Has tocado mi talón de Aquiles. Formalmente extiendo una invitación para ti y para Ana... ¡Que ya sabéis donde vivo y aquí todavía se conserva el barco y todo!!! Tenéis que verlo.... El Balcón de Europa, donde Julia pintaba y exponía, el pueblo tan maravilloso (Nerja es mi pueblo favorito), las Cuevas,..., no tiene desperdicio...
ResponderEliminarEstá lleno de recuerdos de la serie y de sus personajes y es un sitio muy especial con calas de mar turquesa.
Venid, por favor, que nos vamos las tres (yo vivo en la ciudad) y os la enseño enterita. Es preciosa.
Por cierto: mis personaje favorito era Desi. Tal vez por eso, porque no destacaba pero siempre estaba ahí. Bea me parecía una creída. Cosas de la infancia.
Besos y abrazos.
Lloré mucho con los capítulos finales.
Carol