10 de agosto de 2012






En la colina de Guangming, a las afueras de Guilin en el noreste de China, existen infinidad de cuevas cársticas; formaciones geológicas naturales cuyos intrincados y pintorescos relieves son el producto de la meteorización de las rocas de piedra caliza y dolomía  a lo largo de cientos de miles de años.



Básicamente, los carbonatos presentes en este tipo de rocas se diluyen dejando como resultado impresionantes relieves, estructuras y columnas.



De todas éstas es la cueva denominada como la Cueva flauta la más espectacular, al punto que hoy se la apoda como el Palacio de arte de la naturaleza.



La cueva, de 240 metros de profundidad, tiene unos de 500 metros de recorrido.



Estas cuevas se encuentran en la región autónoma de Guangxi Zhuang en el sudeste de China. Una de las joyas de su resplandeciente corona es la Cueva de la flauta de caña (Reed Flute Cave), llamada así porque las cañas que crecen en su entrada solían ser utilizadas para hacer flautas.



La cueva, un hermoso mundo subterráneo de estalactitas, estalagmitas y formaciones rocosas,  está iluminada por luces de brillantes colores para crear un aura de magia.



La iluminación multicolor acentúa los contrastes, los relieves y dimensiona el lugar.



La caverna fue abierta al público a inicios de la década del 60, y esto por desgracia ha resultado en extremo contraproducente ya que muchos turistas suelen llevarse de recuerdo rocas de la caverna o arrojar basura en la misma.



De todas maneras el turismo hacia esta maravilla natural no es algo nuevo, en las paredes de sus grutas pueden llegar a encontrarse inscripciones que se remontan a la Dinastía Tang.



Una de sus grutas, conocida como el Palacio de cristal del Rey Dragón, llegó a ser incluso un improvisado refugio antibombas durante la Segunda Guerra mundial en el cual se guarecieron los pobladores de Guilin de los varios bombardeos japoneses.



Entre los diez lagos subterráneos más famosos del mundo The Reed Flute Cave ocupa el primer lugar.




3 comentarios:

  1. Anónimo11:55 a. m.

    Magnífico lugar para visitar, Raquel. Lo tendré muy en cuenta, porque aunque por ahora no pueda nunca se sabe en un futuro....
    =)

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  2. De peque me gustaban las cuevas, tenía algo de peligroso, aventurero y explorador internarse en una y ver hasta donde llegabas... no solíamos pasar mas allá de cien metros (¿recuerdas aquel tubo volcánico angustioso?) creo que con esta me atrevería a pasar mas allá de quinientos metros. Es muy alegre y colorida, algunas demasiado, ¿no?, un poco pesadilla psicodelica si que es, ¡venga, reconocelo!
    Un lugar genial!!
    :D

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  3. Prometeo9:00 p. m.

    Impresionante,. me ha encnatado, tendre que ver como ir aunque sea en auto stop....me he ido viendo todas las cuevas de esta España nuestra, la visitables, claro...un fuerte abarzo.

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