30 de septiembre de 2011

Celos






Allí estaban los dos. Juntos; sonriendo; divirtiéndose; en su mundo hecho a medida. Un mundo del que yo sólo era un espectador en la sombra.

Él rodeándole la cintura. Ella sujetando la escopeta de balines, mimosa, ronroneando encantada por toda aquella atención. Juntos. Jugando a disparar cabezas de cerillas, riendo escandalosamente cuando acertaban. Ajenos a todo. Ajenos a mí.  

Sus risas taladraban mi piel y desgarraban mis venas. Y yo me desangraba mientras ellos se enamoraban. Y yo, en la sombra fría, me hundía en arenas movedizas.

La luz era brillante aquella mañana de verano, pero mi vista se nublaba. El sol me hacía daño. El sol deslumbrante que pintaba un escenario perfecto para aquellos dos  a mi me producía alergia. ¿Por qué no llovía? Tenía que llover, caer chuzos de punta. Llover e inundar aquel planeta frío y desierto donde yo  me arrastraba como un moribundo.

Entonces ella se lastimó el dedo con el gatillo, y él se le acercó fingiendo preocupación cuando en verdad sólo quería arrimarse a ella y sujetarla, y sentirla cada vez más cerca, y beberse su piel, ávido, como un lobo hambriento. Sujetó su dedo mirándola a los ojos. Ella le miraba con atención, con una sonrisa tibia. Ya sólo tenía que abrir la boca para tragársela entera. Sopló sobre la magulladura y a ella se le erizaron los pelos de la nuca.  Le miraba hipnotizada, con fascinación. Y yo, desde la sombra liquida y densa, me hundía, cada vez más profundo en aquel mar de impotencia.

Y sus labios se acercaron, lentamente, tanteando el terreno. Ella no retrocedió; le miró como se mira a una estrella fugaz. Él le besó el dedo con ternura. Y yo sentí que el aire cambiaba. Subía la marea y yo me arrastraba pero no tan rápido como para escapar de ella. El aire cambiaba. Sus respiraciones se mezclaban, se convertían en una sola. Ella rió y él, valiente  como un kamikaze, se estrelló en sus labios. Labios. Piel. Manos. Mientras las olas me zarandeaban como a un muñeco de trapo perdido en la corriente. Perdido, desangrado, ciego. Con la piel ardiendo. Con el corazón helado.

Labios. Piel. Deseo. Sus bocas; explorándose; saboreándose; abriéndose. Yo hundiéndome en la oscuridad infinita del océano. Pulmones llenos de agua. Venas abiertas. Oscuridad insoldable.

Celos.

Y yo, hundiéndome en la oscuridad infinita.



29 de septiembre de 2011



Durante la ocupación alemana de París, Pablo Picasso se encontraba viviendo en la capital parisina. Unos oficiales alemanes se acercaron a ver su famoso “Guernica” y mientras observaban el cuadro, le comentaron:

- ¿Usted ha hecho “esto”?

Y el genial pintor les contestó:

- En realidad lo hicieron ustedes.

27 de septiembre de 2011

Extra cine XIII




La boda de mi mejor amiga.

La vida de Annie está hecha un asco. Cuando se entera de que su mejor amiga Lillian va a casarse, se empeña en ser su primera dama de honor. A pesar de amar y no ser correspondida, y de no tener un centavo a su nombre, Annie se echa un farol e intenta salir airosa del extraño y caro ritual, al tiempo que va conociendo a las otras damas del séquito de la novia, especialmente a su rival más directa (Helen), perfectamente capaz de hacer sin esfuerzo lo que a Annie le cuesta un mundo. Mientras guía a las damas de honor por una creciente serie de desastres, Annie se da cuenta de que la persona que mejor la conoce le ha presentado a cuatro extrañas que van a dar un vuelco a su vida.

No estaba en mis planes ver esta película, principalmente porque nada en ella me llamaba la atención. Y después de haberla visto tengo que admitir que mi corazonada era acertada.
Siempre me pregunto lo mismo viendo películas como éstas que pretenden vender humor y entretenimiento pero tiran por el camino de lo zafio y vulgar como recurso fácil. ¿Quién habrá sido el valiente que invirtió en ella y quién el más valiente todavía que firmó su guión con toda la desfachatez?, porque habría que multarles. Horrible. Mala a rabiar. Desagradable. Una película idiota. Sin más.
He visto películas malas, pero tengo que hacer un esfuerzo para recordar alguna peor que esta. Una película cargada de situaciones desagradables, muy desagradables. Eso por no hablar de los personajes, estereotipados, patéticos y cargantes; empezando por la protagonista, y terminando por todos los demás personajes, porque no se salva ni uno, tal vez la novia pero por los pelos.
Los grandes de la comedia estarán de luto. Lo peor es que leo con gran congoja en Internet que se la empieza a considerar la mejor comedia del año. Realmente increíble. No tengo palabras. Supongo que esta es la constatación definitiva de que el cine está en crisis. 1



Cowboys & Aliens

En 1873, en el viejo Oeste, los colonos y los indios se enfrentan en una batalla salvaje por el control de las tierras. Pero cuando la Tierra se ve amenazada por seres de otro planeta, ambos bandos deberán colaborar para salvar a la humanidad.

Así de primeras no puede negarse que es una mezcla muy rara. ¿Cowboys y aliens? ¿Y además juntos? Pues por extraño que parezca esta combinación no rechina tanto como podría esperarse. También es verdad que la película tira más hacía lo seguro, el género del western, y los elementos innovadores se limitan a  incluir como enemigo a batir a unos alienígenas con muy malas pulgas. Unos alienígenas, por cierto, aquejados de la fiebre del oro. Más representativo del salvaje oeste imposible.
Con un guión rarito pero bastante convencional en cuanto a desarrollo, la película se basa en el libro de Scott Mitchell Rosenberg del mismo nombre. Y aunque no es para tirar cohetes tiene momentos muy entretenidos, aunque otros flojean bastante, sobre todo los relacionados con los alienígenas y la ciencia ficción. No sé, a mi personalmente me dieron un poquito de penuca esos extraterrestres a los que les salían unas manitas raras y babosas de no sé donde, y además siendo tan  rápidos no demuestran estar mucho más avanzados que nosotros, lo cual no es nada bueno. En el terreno actoral, me gustó Daniel Craig porque el papel está hecho a su medida; luce sus habilidades físicas y además es rudo, fuerte y decidido. Harrison Ford está correcto pero su personaje está poco desarrollado. El resto de actores no destaca en absoluto.
Una película con buen ritmo, que no decae a pesar de su duración y que sin ser una maravilla cumple con su cometido. 5



Noche de miedo

En esta nueva versión de “Noche de miedo (Fright night)” conoceremos a Charlie Brewster, que en su último año de la escuela secundaria parece haber alcanzado finalmente todos sus objetivos: es uno de los estudiantes más populares y sale con la chica más codiciada de todo el colegio. De hecho, se siente tan reconocido que ha comenzado a dejar de lado a su mejor amigo. Pero las cosas se complican cuando Jerry se muda al lado de su casa. Al principio, su nuevo vecino parece genial, pero según pasan los días, algo en su comportamiento resulta raro. Desafortunadamente, nadie percibe nada, ni siquiera la madre de Charlie. Después de observar que en la casa de al lado pasan cosas extrañas, Charlie llega a una ineludible conclusión: Jerry es un vampiro que se sirve del vecindario para cazar sus presas. Ante la incredulidad de los demás, Charlie deberá ingeniárselas para deshacerse del monstruo por sí solo.

Cuando me enteré de que iban a estrenar esta película leí que  era el remake de una  cinta anterior de los años ochenta. Así que  me descargué las dos versiones  para poder compararlas. Una vez vistas las dos películas tengo claro que me quedo con la de 1985, y eso a pesar de que no es buena, ni mucho menos. Los efectos especiales son de traca (y fascinantes también) si los comparamos con los actuales, pero lo bueno es que es una parodia de las cintas de serie B de vampiros y en ningún momento se toma en serio a sí misma, lo que le da cierto encanto. El malo, interpretado por Chris Sarandon, hace un papel muy bueno y medianamente perverso pero su imagen no encaja con lo que debe ser un vampiro. En esta nueva versión Colin Farell interpreta  al chupasangre, y hace un trabajo más oscuro, rudo e inquietante que Chris Sarandon, aparte de que su físico está más acorde con la imagen que tenemos de los vampiros. Pero de resto la película, a pesar de haberse modernizado y oscurecido para las nuevas generaciones que ya no se impresionan tan fácilmente, no aporta nada nuevo, y mucho menos al género de vampiros tan explotado últimamente. De hecho los puntos cómicos de la película de 1985 se han eliminado; incluso el personaje más carismático, Peter Vincent, que era un personaje peculiar,  se ha cambiado por completo, y no para mejor precisamente. Los demás actores, los jovencitos Anton Yelchin, Imogen Poots y Christopher Mintz-Plasse hacen lo que pueden pero se quedan muy lejos de hacer algo interesante.
Noche de miedo no es una buena película, aunque tiene sus puntos no consigue enganchar en ningún momento. Una película que ves y olvidas fácilmente. 3.9





La deuda

La historia de “La deuda” empieza en 1997, cuando dos agentes del Mossad ya retirados, Rachel y Stephan, reciben una noticia sorprendente acerca de su antiguo compañero David. Se convirtieron en figuras muy respetadas en Israel después de una misión que realizaron entre 1965 y 1966 cuando los tres localizaron al criminal de guerra nazi Dieter Vogel, el temible “Cirujano de Birkenau”, en Berlín Este. Rachel tuvo que superar una atracción sentimental mientras servía de cebo para que sus compañeros cerraran la pinza alrededor de Vogel. El equipo arriesgó mucho y pagó un considerable precio para cumplir la misión, pero ¿de verdad la cumplieron? Con el tiempo, el suspense crece, pasando de un período a otro, y las revelaciones son cada vez más sorprendentes. Finalmente, Rachel no tendrá más remedio que ocuparse personalmente del asunto.

Cuando vi el tráiler de esta película la historia me enganchó. Como todas las películas cuyo  eje central es un secreto que involucra a varias personas me resultó muy interesante. También me atrajo la atmósfera sobria, en tonos grises, y ese aire sesentero de las películas de espías. Y aunque no ha llegado a conquistarme del todo tengo que reconocer que se trata de una buena película. Una película con argumento, eso que tanto hemos echado de menos  últimamente; un guión que en esta ocasión sobrepasa la puesta en escena. Lo mejor sin duda, los personajes; en especial el nazi, y la tensión que se respira en la parte central de la película donde todos los personajes se ven obligados a verses las caras en un duelo del que no todos saldrán bien parados.
Sin embargo el problema de estos personajes, de los tres principales a excepción del nazi, es la relación que se establece entre ellos. No tiene profundidad; y el triangulo amoroso no llega a cuajar del todo; no está bien desarrollado y no consigues conectar con sus emociones.
Los actores están correctos, pero no sobresalientes, quizás no sea culpa de ellos sino de la manera en que se desarrolla la trama.
En definitiva me pareció una película interesante, que te hará pensar. Entretenida. 5.5

25 de septiembre de 2011




Ayer, 24 de septiembre, Google diseñó un “doodle” animado un tanto peculiar como homenaje a un titiritero genial, Jim Henson.

No es la primera vez que en el desván hablamos de él. Hace un par de años cantábamos aquello de: ¡Vamos a bailar, tus problemas déjalos, para disfrutar ven a Fraggle Rock! (Si te lo perdiste pincha aquí ) Hoy Henson cumpliría 75 años si siguiera vivo, lamentablemente murió en 1990 a causa de una neumonía con tan sólo 53 años.


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Henson nos dejó un legado genial. A parte de los Fraggles, particularmente siempre me ha gustado El Cuentacuentos. Recuerdo que cuando lo emitían en la tele me quedaba hipnotizada, aunque en ese momento era demasiado pequeña para enterarme de nada. Ya de mayor me hice con todos los episodios para reavivar aquellos recuerdos dormidos, y a pesar del tiempo, la serie no ha perdido calidad. También es verdad que soy una apasionada de los cuentos, y nunca le pondría pegas a un programa que versiona las fábulas de los hermanos Grimm, Andersen, u otros cuentos y mitos del folclore popular. Además está el factor nostalgia, que hace que lo valore más si cabe, aún así hay que admitir que ya no se hacen programas como estos para los niños. Tuvimos suerte de tener a Jim Henson y de que nuestra infancia fuera mucho más bonita gracias a sus programas y películas. Hoy me siento más afortunada que nunca. La tele de mi niñez tenía calidad, se cuidaba a los niños y era entretenida.



El Cuentacuentos

La serie, británico-estadounidense, fue creada en 1987 por Jim Henson. En ella se nos narraba, a través de una combinación de actores reales y marionetas, algunos de los más legendarios cuentos del folclore europeo.
La serie constaba de dos temporadas; la primera se componía de nueve capítulos, que duraban alrededor de media hora cada uno. Algunos de los actores que formaron parte de la serie en esta primera temporada fueron Michael Gambon, Miranda Richardson o Sean Bean.
Las cuentos que se versionaron fueron:
Juan sin miedo
El gigante sin corazón
Cenicienta
Cuando me faltó un cuento
Hans, mi pequeño erizo
El niño afortunado
El soldado y la muerte
Los 3 cuervos
La verdadera novia

La segunda temporada, emitida en 1991, llamada El narrador de historias: Mitos griegos, fue presentada por otro actor, Michael Gambon, pero con el mismo perro. El narrador cuenta sus historias desde el Laberinto de Creta, al que es arrojado como castigo por ladrón. Sólo se realizaron cuatro episodios.


Una entradilla con gancho…


La cabecera de la serie es, casi, el recuerdo más nítido que tenía.

"Cuando la gente sabía de su pasado a través de los cuentos, explicaban su presente contándose cuentos y predecían su futuro con cuentos, el mejor lugar de la casa junto al fuego se le reservaba siempre al Cuentacuentos".


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El viejo narrador y su perro parlanchín

John Hurt, actor genial y maestro de la caracterización, dio vida al Cuentacuentos. Desde una confortable sala medieval junto a una gran chimenea, el cuentacuentos narraba sus cuentos acompañado de su perro parlanchín, cuya peculiar voz era aportada por Brian Henson.
Los guiones corrieron a cargo de Jim Henson y Anthony Minghella; que afilaron sus lápices para retratar toda  la crueldad y el horror característicos  de este tipo de narraciones, en donde siempre había una moraleja final. El ingenio también era un elemento imprescindible en estos cuentos, en los que sólo los más astutos salían indemnes de las mayores adversidades.  
Cabe destacar, como detalle curioso, el significado y simbolismo que el número tres tenía en cada capítulo.




Mis capítulos favoritos…

Recuerdo especialmente “El soldado y la muerte”, en este capitulo un soldado, por su buen corazón, es recompensado con un saco mágico; a la orden de ¡entra en el saco! podrá conseguir todo aquello que quiera. Un día por error atrapa a la muerte y de esta forma nadie puede morir. Pronto se da cuenta de lo que significa una vida sin muerte, sin descanso eterno, y decide liberarla, sin embargo por su terrible acción la parca decide darle la espalda y no llevárselo nunca. Terrible cuento, pero hermoso. Os lo recomiendo.
Otro capitulo que me gusta mucho es “Cuando me faltó un cuento”. El protagonista del mismo es el propio Cuentacuentos, y entre otras cosas, cuenta como gracias a su perspicacia prepara una alimenticia y nutritiva sopa de piedra.






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Gracias Jim Henson, donde quieras que estés, gracias por toda esta magia.

23 de septiembre de 2011

Volver

Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado, se los pierde.
Williams George Ward.





 
Todo lo que  había sepultado  en lo más profundo de mí ser salió a la superficie en cuanto mis pies tocaron aquel asfalto mal pavimentado de la estación de autobuses.
Había soñado cientos de veces  con aquello. Había planeado meticulosamente cuales serían mis pasos, sin dejar ningún cabo suelto. Pero allí, plantado en aquel lugar tan familiar, respirando aquel aire conocido todo  se fue al traste.
De repente me sentí asaltado por las dudas. Ya no me parecía tan buena idea propiciar un encuentro. 
Quería deslizarme de aquel lugar de la manera más discreta posible y arrastrarme hasta la maloliente habitación del hostal sin ser visto por nadie, pero aquellos minutos de indecisión fueron vitales, y pusieron en marcha los intrincados mecanismos del destino. Así lo quiso, siempre caprichoso el azar,  al reunirnos, de golpe y sin anestesia,  al bajar ella de otro autobús.
Nos vimos. Imposible huir. Su cara relajada de unos segundos atrás  pasó del blanco al rojo en una mueca grotesca que, por alguna razón, me divirtió. Era una situación incómoda, y su actitud, allí plantada, debatiéndose entre dar un paso o diez hacía la salida más cercana me resultó muy divertida. A ninguno de los dos se nos escapaba lo vitales que eran aquellos primeros minutos.
Había vuelto, ¿y ahora qué? ¿Hacía como si nada hubiera pasado o me lanzaba a sus pies suplicando  perdón?

—He regresado —atiné a decir, tan torpe como siempre. Y ella me miró ofendida, con los ojos chispeantes de rabia.
—¡Idiota! —exclamó, alejándose de mí con los dientes apretados.

Todo había pasado tan rápido que necesité de  unos minutos para procesar aquella información. ¿Qué había fallado?
Me fui hasta el hostal arrastrando el alma. Había  estado muchas veces en aquel lugar pero en aquella ocasión me pareció más repugnante que nunca. Un lugar miserable a la altura de  mis sentimientos. Revivía una y otra vez la escena de la estación, me torturaba deliberadamente. Me sentía lo que era; un pobre desgraciado que estropea la mejor de todas las oportunidades de volver con el amor de su vida. Me lo merecía. Había sido un imbécil.
Pensar que ella estaba en mi misma ciudad, a tres o cuatro calles de distancia, que quizás pensaba ahora mismo en mí, fue más de lo que pude soportar. Había fallado, no era la primera vez, pero no estaba dispuesto a revolcarme en mi fracaso.
Tenía que volver a verla, convencerla, hacerle ver lo mucho que la había echado de menos; lo mucho que la necesitaba. Tenía que verla aunque ella no quisiera.
Me eché a la calle y me dirigí con la urgencia que avivaba mi corazón hacia su casa. Me topé con Gardel, un viejo amigo de infancia, y a pesar de mis disculpas me vi arrastrado al bar de su padre sin poder hacer nada por evitarlo. Gardel sacó su artillería pesada y de nuevo me vi obligado, a regañadientes, a dar detalles de mi vuelta y de mi vida lejos de allí. Hablamos durante minutos, a pesar de que me sentía morir cada vez que la aguja del reloj completaba una vuelta en su alocada carrera. El tema se desvió hacia otros asuntos, más personales, y  comprendí que era allí donde Gardel quería ir a parar. Salió el tema de Vega, y de mi huída precipitada.

—La dejaste hecha polvo, con los papeles casi firmados, la hipoteca del piso, la lista de bodas… Yo no sé qué motivos tendrías pero eso no se hace; no a una buena chica como ella.
—Mis motivos tendría, pero como dices son míos.
—Ya, y por eso ni una llamada, a una chica con la que estuviste siete años.
Nos miramos. Había en sus ojos una rabia que me inquietó.
—¿Y a ti que te importan mis asuntos? ¿Quién eres tú para juzgarme?
—¿Qué quién soy? Fui tu amigo hace tiempo, hoy sólo soy alguien al que no le apetece morderse la lengua.
—Pues muy bien, pero yo me voy. No puedo perder el tiempo con juicios. Sí. Fui un gilipollas, me porté como un idiota, pero he regresado y…
—Y te crees que todo sigue igual, ¿no? Qué después de tanto tiempo y tantas humillaciones basta con decir “he regresado”. Por mi te puedes ir a la mierda.

Me puse en pie y después de mirarnos una última vez, una mirada que me heló la sangre, salí de allí tan confuso que durante unos minutos no supe a dónde dirigirme.
Caminé por aquella ciudad que en otro tiempo había sido mía; pasé por los lugares que solía frecuentar, incluso por el piso que un día compramos Vega y yo. Todo había cambiado en aquellos cinco años. Coincidí con algunos de mis viejos vecinos, que desviaron la vista rápidamente en cuanto me vieron.
Durante unas horas la esperé en el parque, y el peso de todas aquellas miradas, de las duras palabras de Gardel, me hicieron flaquear. ¿Qué derecho tenía yo, después de tanto tiempo, a volver e  intentar reclamar su amor?
Y entonces ella apreció. La había esperado y ella llegaba por sorpresa justo en aquel momento en que mi razón y mi corazón se enfrentaban sin tregua.
Se sentó a mi lado, y me miró muy tranquila, esperando que yo diera el primer paso.

—¿Cómo estás? —dije, roto por dentro.
—Muy sorprendida. Me pregunto qué es lo que quieres después de tanto tiempo.
—No lo sé, tal vez que me digas a la cara todo lo que me merezco.
—Ya lo hice esta mañana —dijo, y sonrió.
—Lo siento, me entró miedo.
Ella bajó la vista. Yo continúe hablando.
—Nunca he dejado de pensar en ti, ni un segundo.
—Bien… —se mordió un labio—, ¿y qué esperas que te diga yo?
—Algo, lo que sea.
—¿Para qué?
—Porque lo necesito.

El silencio nos envolvió. Sus ojos brillaban. Sollozó y rió al mismo tiempo.

—Te quise, y durante mucho tiempo después de irte te seguí queriendo, haciéndome ilusiones de que me llamarías, de que mostrarías interés por mí. Estaba dispuesta a perdonarte. Éramos muy jóvenes. Pero el tiempo pasó, y  fue como si me diera una bofetada de realidad. Nunca me llamaste, nunca supe nada de ti.
—Intenté llamarte muchas veces, pero ¿qué podía decirte?
—Algo; algo hubiera estado bien.
Nos miramos a los ojos y ella frunció el ceño.
—Ya no estoy enfadada contigo, sólo espero que algún día tú puedas dejar de estarlo contigo mismo.

Se alejó. Me dejó solo. Sus palabras cayeron en mí como una losa. La vi marcharse, y fue como si se materializasen todos mis miedos. Me atragantó el pánico; me paralizó la idea de seguir envejeciendo sin  tenerla  más junto a mí.  
Regresé al hostal y en la soledad de aquellas cuatro sucias paredes fui consciente de que jamás  me perdonaría el haber destruido mi felicidad cuando la tenía en la palma de la mano.
Al día siguiente,  en la misma la estación de autobuses,  el azar, siempre el caprichoso azar, volvió a reunirnos. Ella se limitó a mirarme con una sonrisa sincera, de agradecimiento, antes de subir a su autobús. Yo se la devolví al otro lado de la estación antes de subirme al mío. Fue la última vez que nos vimos. Nuestros rumbos nunca volvieron a cruzarse.

18 de septiembre de 2011



Hace muy poco os hablaba del origen de los caramelos... Hoy tengo que hablaros de cómo surgió mi golosina favorita, los M&M´s; yo no puedo resistirme  a ellos ¿y tú? ¿Te chifla el chocolate tanto como a mi? Sí la respuesta es sí  no te puedes perder esta entrada... :)

Si alguien nos dijese que el origen de los caramelos M&M’S se encuentra en España no lo creeríamos. Pero al parecer el origen está aquí. Durante la Guerra Civil  Española Forrest Mars Sr. viajó a España. En este viaje se encontró con que los soldados comían bolitas de chocolate recubiertas de azúcar para evitar que se derritiesen. A su vuelta el Mars y su socio Bruce Murrie crearon los famosos M&M’S; escogiendo para la marca las iníciales de sus apellidos.


Los primeros M&M’S se vendieron en 1940 y se popularizaron muy rápido entre los soldados estadounidenses que luchaban en la II Guerra Mundial. Se vendían en tubos de cartón y fueron utilizados por los soldados por su buena resistencia a cualquier clima. A finales de los años 40 ya se encontraban fácilmente en cualquier establecimiento y se habían popularizado entre la población. Es en esta época, 1948, cuando cambian el envase a la clásica bolsita marrón que ahora conocemos.
En los años 50, estos caramelos ya eran algo habitual en los hogares de los EEUU, y más aun con la incursión en la televisión en el año 1954, cuando nace el famoso slogan “el chocolate que se derrite en tu boca no en tú mano”. En 1960 se introducen 3 colores además del clásico marrón, son el amarillo, verde y rojo. En el 76 se añade el naranja y el rojo es eliminado por una polémica que se levanta en el país respecto a cierto colorante que era perjudicial y se encontraba en algunos productos.
En 1981 son elegidos por los astronautas del primer transbordador espacial para que estén entre sus alimentos para los viajes. Por esta razón se encuentran expuestos de forma permanente en el Museo Nacional del Aire y el Espacio en la capital de los EEUU.

En 1987 el color rojo vuelve a formar parte de los caramelos debido a la gran aclamación popular. Y durante esta década se extienden los M&M’S por otros países, especialmente de Europa.
Con los caramelos posicionados en gran parte del mundo, llegan novedades en los años 90 con la inclusión de nuevos sabores. Además en el año 95 la marca realiza una campaña a nivel de marketing de dimensiones impresionantes, al solicitar a los consumidores que realicen una votación para elegir un nuevo color que se añadirá a la gama de los ya existentes. Un año después las campañas de M&M’S llegan al número 1 de las diferentes campañas publicitarias consideradas por el USA Today. Según los rankings, los M&M’S ganan en popularidad a Micky Mouse o a Bart Simpson.

Con la llegada del nuevo milenio y aprovechando las iniciales de los caramelos y la representación del 2000 en el sistema de numeración romano se proclamaron a los M&M’S como los caramelos oficiales del nuevo milenio.
Más de medio siglo de vida para estos pequeños caramelos de chocolate que son conocidos en medio mundo e incluso han llegado hasta el espacio. Además son el más claro ejemplo de una de las técnicas publicitarias más conocidas, el denominado product placement, es decir, la colocación de un producto en una película, en el que se reconoce la marca, pero no se publicita en ningún momento. Esta anécdota sucede en la película de Steven Spielberg, ET, cuando el protagonista humano, Elliot, deja un rastro de estos caramelos para que el pequeño extraterrestre le siga. De esta forma, esta marca de caramelos se convirtió en una de las pioneras en utilizar este tipo de publicidad.


Más

Los M&M's están basados en los "Smarties" ingleses, al igual que nuestros Lacasitos.
En 1995, la marca inició una campaña para lanzar un nuevo color. Se les pidió a los consumidores que votaran por el azul, rosa, lila, o que, directamente, no hubiera cambios. Ganó el azul con el 54% de más de 10 millones de votos. En 1995, se lanzaron los multicolores M&M's minis.


El momento más importante durante el año 1997 fue el debut de Verde, el primer personaje M&M's femenino. Este nuevo personaje promocionó el eslogan "No me derrito por nadie" y rápidamente fue célebre entre sus colegas masculinos: los personajes Rojo, Amarillo y Azul.



En 1997 se inauguró en Las Vegas el primer M&M´s World. Actualmente hay varias tiendas repartidas en el mundo; tres de ellas en EEUU, en New York, Las Vegas y Florida, y un cuarto establecimiento en Londres, que se inauguró el pasado junio. Observad, como yo, con los ojos abiertos como platos esas paredes cubiertas de cilindros transparentes repletos hasta el techo de deliciosos M&M´s de todos los colores, un mundo de chocolate; el sueño de Homer Simpson y también el mío.

En 2009 la compañía sacó una edición especial de M&M´s con las caras de de los integrantes del grupo Kiss.

Fuente: Funversion.universia.es , Wikipedia.
Imágenes: Google.

14 de septiembre de 2011

Extra Cine XII



Destino final 5

Sam Lawton (Nicholas D'Agosto) tiene una premonición sobre la destrucción de un puente colgante que causaría su muerte y la de otras personas. La visión se hace realidad, pero Sam se las arregla para salvarse a sí mismo y a algunos otros de la catastrófica tragedia. Sin embargo, Sam y su novia Molly (Emma Bell) descubren que no están realmente a salvo: la muerte los persigue a ellos y a los que sobrevivieron al horrible accidente. Quinta entrega de la popular serie de terror "Destino final".

Nada nuevo bajo el sol. Después de cinco películas la formula  de “Destino final” está más que explotada. Un recurso, el de la muerte que persigue a los salvados de cualquier desgracia sangrienta gracias a una oportuna visión, que se ha repetido invariablemente en todas y cada una de las películas que componen esta saga. Destino final es como ese chiste que pierde la gracia cuanto más se cuenta. Al principio podía entretener, sobre todo a los seguidores del cine de terror/gore, pero a estas alturas sorprender con un guión que calca a los anteriores es imposible, por muy disparatadas e ingeniosas que sean las muertes. Los efectos especiales podrán ser de última generación y sin embargo no convencen. Hoy en día no hay cartón piedra, bolsas de sangre falsa, ni maquetas, pero esos efectos digitales cantan más que si lo fueran. Totalmente irreales y fantasiosos, regados eso sí por abundante sangre salpicada. Una película sin sorpresas, en que lo más destacado llega en su tramo final gracias a un acertado giro de guión, que al menos pone un broche digno y parece cerrar para siempre la saga. Destaco la escena del puente, por su espectacularidad y por ser la más aparente de la película. 4




Super 8

En el verano de 1979, un grupo de amigos de un pueblecito de Ohio se disponen a hacer una película de zombis. Mientras ruedan su film en formato Super 8, son testigos de un catastrófico accidente de tren y, tras librarse ellos mismos por poco, pronto descubren que no fue un accidente. Poco después, comienzan a sucederse en el pueblo una serie de extrañas desapariciones y de sucesos inexplicables, y el sheriff adjunto Jack Lamb intenta descubrir la verdad, algo más terrorífico de lo que ninguno de ellos podía imaginar.

Hubo un tiempo, allá en la década de los ochenta, donde el cine juvenil vivió una etapa dorada. Muchas de aquellas películas, entre las que recuerdo especialmente a E.T., Los Goonies, Cuenta conmigo o  El secreto de la pirámide siguen siendo mis favoritas. Por eso la nostalgia me invadió viendo Súper 8. Las referencias  a todas estas películas son inevitables, ya que la película es un homenaje a ese cine, con el que comparte muchas cosas. Por ejemplo, la capacidad de atraparte y dejarte pegado al asiento. Algo que ya de por si habla muy positivamente de la película; sobre todo si eres nostálgico.  
Esta es una historia típica de aventuras con niños; unos niños, por cierto, que lo bordan. Tanto Elle Fanning como Joel Courtney en los papeles protagonistas, y el resto de secundarios encabezados por Riley Griffiths, el amigo del prota y el director del corto de zombies, están estupendos. Un diez para estos jóvenes actores.
Puede que si buscas algo diferente, o simplemente original, te quedes con un palmo de narices, ya que originalidad lo que se dice originalidad no es lo que brilla en esta película, que como comente más arriba es un homenaje a un estilo de cine cuyo máximo exponente fue Steven Spielberg  y a toda una generación que creció viendo esas películas. Si vas con ese espíritu seguro que la película te gusta pero si pides algo más lo más probable es que la decepción te impida disfrutar de la película.
Yo la disfruté mucho, recuperé mi espíritu infantil y me sumergí de lleno en ella. La pega es  su duración, demasiada, y aunque la acción no decae si que se nota el cansancio acumulado tras casi dos horas. Pero de resto ninguna pega, salvo la escena final del niño y el “monstruo”, que sobraba un poco. Me encantó su banda sonora, muy nostálgica, y la lograda ambientación de 1979.
Por cierto genial los créditos finales donde se puede ver el corto sobre los zombies terminado, no te lo pierdas. 6.3


Conan el bárbaro (2011)

Las hazañas de Conan en la Era Hiboria cobran ahora vida en esta película de acción y aventuras en 3D. Una búsqueda que comienza como una vendetta personal para el feroz guerrero cimmerio no tardará en convertirse en una épica batalla que lo enfrentará a descomunales rivales y horrendos monstruos. Contra toda esperanza de victoria, Conan se dará cuenta de que es la única posibilidad de salvación de las grandes naciones de Hiboria frente a la invasión de un mal sobrenatural.

No es que Conan el bárbaro, la película protagonizada por Arnold Schwarzenegger en 1982, fuese una buena película; de hecho tengo la sensación de que era bastante mala, aunque cuenta con el factor nostalgia para engrandecerla. Por eso mejorar aquella historia no parecía cosa difícil. Sólo bastaba con pulir un poco el guión, contratar a algunos actores resultones que pudieran aprenderse unas diez líneas de guión, y meter buenos efectos especiales para hacerlo vistoso. Y de esta forma es probable que se obtenga una película comercial pero que al menos se deja ver. La realidad es que esta nueva película, ni de lejos, ha mejorado aquella historia. Viendo el pésimo resultado es inevitable preguntarse ¿había necesidad de hacer esta película? No, sin ninguna duda. No creo que los productores hayan recuperado la inversión que hicieron, y no me extraña, porque realmente es una película hueca, sin sustancia, infumable. Con un guión patético, unos efectos especiales ridículos, unos personajes sosos que no enganchan, empezando por el protagonista, que ni frio ni calor, y terminando por los actores secundarios que se limitan a hacer bulto y ya está. Una película con sus buenas dosis de violencia, por algo es Conan el bárbaro, sangre por aquí y por allá, espadazos a diestro y siniestro y  todo el mundo más perdido que otra cosa. Aburrida, larga e innecesaria. 3.4




Con derecho a roce

Narra cómo una relación entre dos jóvenes amigos, Dylan (Justin Timberlake) y Jamie (Mila Kunis), se complica cuando deciden involucrarse románticamente. Pensaban que seguir siendo amigos y tener sexo iba a ser fácil de llevar, pero pronto se darán cuenta de que no lo va a ser tanto.

En esto de las comedias románticas lo difícil es innovar, por eso cada vez es más complicado ver películas que nos queden enganchadas en la retina,  y que sean al mismo tiempo, buenas y entretenidas. En Con derecho a roce han pensado ¿y por qué no empezamos la casa por el tejado? Para atraer a un público que ya lo ha visto todo y vender la película como algo diferente ¿por qué no metemos escenas de sexo al principio y dejamos la historia de amor para después? De todas formas el orden de los factores no altera el producto.
Se nota el esfuerzo de imprimir frescura al género, pero también se nota mucho que este recurso facilón es una burda excusa para desnudar a sus guapos protagonistas  como principal reclamo taquillero. No es este un elemento nuevo; sólo este año se han estrenado varias películas con la misma temática de “sexo sin amor”; yo al menos recuerdo Sin compromiso, con Natalie Portman, y Amor y otras drogas con Jake Gyllenhaal y Anne Hathaway. La diferencia con estas, para mi, es que el tono es menos empalagoso, más ácido y “gamberro”. Personalmente me gustó la historia, aunque acabe cayendo en los mismos tópicos de siempre, pero al menos no se hace aburrida. Aunque el final, ese final, me chirrió cosa mala. Otra cosa buena de la película son sus exteriores de New York; impresionantes. 5.9