Situado en el altiplano de Bolivia, el Salar de Uyuni es el mayor desierto de sal del mundo. Constituye además un gigantesco espejo natural.
Durante la estación húmeda las lluvias dejan una finísima capa agua sobre la llanura, lo que provoca uno de los espectáculos naturales más hermosos de la tierra.
La superficie de este desierto se extiende a lo largo de 12000 kilómetros cuadrados, un área que equivale a la provincia de Guadalajara, y que alberga alrededor de 64000 millones de toneladas de sal.
La incidencia de la luz sobre la superficie mojada provoca la sensación de estar caminando sobre el cielo. Con el tiempo, este lugar se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos del mundo. La mayoría de gente que ha estado allí coincide en señalar que en ocasiones resulta imposible distinguir dónde acaba la tierra y donde empieza el horizonte.
La capacidad de este desierto para reflejar la luz es tal que los satélites lo utilizan para calibrar sus instrumentos de medición.
La sal refleja la luz hacía el espacio y las condiciones de la atmósfera ofrecen la posibilidad de obtener mediciones cinco veces más precisas que las que se realizan sobre el océano.
La inmensa llanura es el resultado de la retirada del gran mar que llenaba todo el altiplano hace millones de años. El mar se retiró y dejó al descubierto lo que hoy son el Lago Titicaca, el Lago Poopó, y los Salares de Coipasa y de Uyuni.
Cada año, los trabajadores de las salinas extraen unas 25000 toneladas de sal del Salar de Uyuni. Apenas un arañazo en la superficie. Los expertos estiman que la capa de sal tiene unos 120 metros de grosor.
Además este desierto constituye una de las mayores reservas de litio y cuenta con importantes cantidades de potasio, boro y magnesio.
Raquel, corazón, no tenía ni idea de la existencia de este increible lugar pero me confirma mi idea de que vivimos a pesar de todos los destrozos que hacemos, en un maravilloso mundo.
ResponderEliminarGracias por dármelo a conocer.
Mil besos y mil rosas.
Increíble, Raquel, ver e imaginar estas maravillas que afortunadamente quedan por el mundo y todavía no están destrozadas por el hombre.Besos
ResponderEliminarRealmente es un lugar fantástico y lleno de magia.
ResponderEliminarUn beso a ambas.
¡ Qué preciosidad ! Parece un mar de cristal, casi irreal, sacado del mundo de la fantasía. No lo conocía, Raquel, por eso me gusta visitarte, porque siempre me sorprendes.
ResponderEliminarUn abrazo.
El salar de Uyuni, un paraíso del mundo del que no tenía ni idea, gracias por ayudarme a descubrirlo. Me han encantado las fotos de este lugar, al ser un gran espejo habrá que tener cuidado con la exposición al sol, ¿no? No es que me quede cerca ni que tenga pensado visitarlo, pero nunca se sabe.
ResponderEliminarBesos :)
Ágape cuando lo vi por primera vez pensé lo mismo, parece un lugar sacado de un cuento de hadas. Gracias. Un beso
ResponderEliminarAna, pues yo supongo que habrá que ir con gafas y bastante protección, no deja de ser un desierto.
Nunca se sabe, ojalá podamos verlo en directo.
Un beso.