25 de septiembre de 2018



Antiguamente era habitual el uso en el arte de sangre y fluidos corporales para obtener determinados pigmentos. El mummy brown se hizo popular durante el Renacimiento, este “marrón de momia” (de color café oscuro y profundo) resultaba de la mezcla de harina de hueso y betún de embalsamar, que se obtenía de la pulverización de momias egipcias (tanto humanas como de gatos), que se traficaban de manera clandestina. Este color resultaba útil para efectos de esmalte, sombreados y tonos carne.


Durante este período el “polvo de momia” llegó a ser, junto a la triaca, la piedra bezoar y el cuerno del unicornio, uno de los cuatro medicamentos más valiosos y solicitados. Se usaban en  pomadas, jarabes, pociones, ungüentos e infusiones de efecto medicinal para curar enfermedades de todo tipo. La demanda llegó a ser tan grande que fueron escaseando las momias y empezaron a emplearse momias europeas. El producto se utilizó por varios siglos y fue uno de los favoritos de los pintores a finales del s. XIX.
Cuenta la leyenda que Martin Drölling para crear “Interior de una cocina”, usó corazones embalsamados de la realeza, concretamente de los corazones embalsamados de  Luis XII y Luis XI para mezclar la sustancia segregada con los óleos.

Durante la Revolución Francesa, la necrópolis real de Saint-Denis fue profanada y saqueada.  Se cuenta que en la iglesia de Saint-Louis-des-Jésuites las urnas que contenían los corazones de 45 príncipes y princesas de la Casa de Francia son profanadas y vendidas.   


Afortunadamente en 1964  el director de la compañía C. Robertson, Geoffrey Roberson-Park, dedicada a la producción de colores, anunció que dejarían de producir dicho color: “Tal vez por allí nos queden algunos miembros momificados, pero no son suficientes para hacer pintura. Vendimos la última momia completa hace algunos años por unas tres libres esterlinas. No creo que consigamos más”. Esta sorprendente declaración deja claro la devaluación en que habían caído las momias y, por otro lado, su escasez, derivada en gran medida de las decididas políticas del gobierno egipcio para la protección de su patrimonio arqueológico, que durante siglos había sido objeto de grandes saqueos.

Expolio de momias egipcias, lucrativo e inmoral negocio. 


Fuentes: Inpralatina.com

7 comentarios:

  1. Anónimo11:19 p. m.

    Es muy fuerte esta información y muy curiosa e interesante.
    De piedra me he quedado al leer tus letras.
    Sentarse contigo en tu desván mientras nos susurras secretos como este al oído no es un honor sino un lujo.
    Te quiero muchísimo Raque.

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    1. Muchas gracias amiga Carol, siempre me das muchos ánimos y eso me gusta mucho. Para mi es un honor sentarme a tu lado en este desván secreto y compartir contigo estas cosas curiosas. Yo tampoco sabía esto y mi reacción fue igual a la tuya...
      Te quiero igualmente.
      Muchos besos :)

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  2. Inmoral un rato largo el negocio, suena incluso surrealista pero como suele pasar la realidad supera a la ciencia ficción. Muy interesante Raque.
    Besos 😊✌️

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    1. La mayoría de las veces sí, la imaginación se queda corta frente a la realidad.
      Muchos besos :)

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  3. Uf Raquel, mira que se han hecho cosas increíbles ¿Como se les habrá ocurrido? Está en el Louvre, no cualquiera lo tendría como colección privada, creo... O sí, vete a saber.

    No sé si viste lo que te puse, pero estos días me he estado poniendo al día con todo lo que has escrito el tiempo que no estuve. Y ya sabes, para mí excelente.

    Abrazos

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    1. Creo que en el arte estas historias siempre dan otro estatus a la obra en cuestión, ya sólo por lo surrealista que parece hay a quien le encantaría colgar ese cuadro en su casa.
      Si Miguel, te leí en Dónde se posa el sol. No hay mucho que leer, este año he publicado poco, y el pasado menos aún. Los blogueros somos una raza que se extingue poco a poco.
      Me alegro mucho de tu regreso, se te echaba en falta.
      Abrazos

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  4. Como dice Ana, a veces la realidad supera a la ficción. Una información muy interesante que desconocía totalmente. Abrazos

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