29 de septiembre de 2018

52 hercios

Cuando en 1989 la U.S. Navy situó sus hidrófonos en medio del océano pacifico no podía imaginar el increíble y extraordinario hallazgo que iba a realizar.  En plena guerra fría aquellos instrumentos tenían una finalidad, la de percibir señales de submarinos  soviéticos para así controlarlos en caso de ataque. Pero lo que captó el equipo de biólogos de la Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI) fue un sonido inusual en el Pacífico Norte; una alta frecuencia de 52 Hz, demasiado alta para ser de una ballena pues estos animales suelen emitir sonidos a 15-25 Hz, y aún así demasiado bajo para el oído humano. Intrigados, hicieron un seguimiento de aquel sonido volviendo  a detectarlo en sucesivos años, y llegaron a la conclusión de que, no existía otra explicación, sólo podía tratarse de una ballena; una rara, insólita y única ballena y aquel debía ser su canto a 52 Hz. Esta rareza de su canto, que seguramente se debía a una malformación, le imposibilitaba comunicarse con otros cetáceos. Por ese motivo empezó a ser conocida como “la ballena más solitaria del mundo”. Durante 12 años, desde 1996 hasta 2004, el oceanógrafo William Alfred Watkins le hizo un seguimiento. Los cantos  siguieron detectándose  muchos años más, hasta que en 2013  se apagaron sin llegar a ser  comprendidos, escuchados y contestados por otras ballenas. 



25 de septiembre de 2018



Antiguamente era habitual el uso en el arte de sangre y fluidos corporales para obtener determinados pigmentos. El mummy brown se hizo popular durante el Renacimiento, este “marrón de momia” (de color café oscuro y profundo) resultaba de la mezcla de harina de hueso y betún de embalsamar, que se obtenía de la pulverización de momias egipcias (tanto humanas como de gatos), que se traficaban de manera clandestina. Este color resultaba útil para efectos de esmalte, sombreados y tonos carne.


Durante este período el “polvo de momia” llegó a ser, junto a la triaca, la piedra bezoar y el cuerno del unicornio, uno de los cuatro medicamentos más valiosos y solicitados. Se usaban en  pomadas, jarabes, pociones, ungüentos e infusiones de efecto medicinal para curar enfermedades de todo tipo. La demanda llegó a ser tan grande que fueron escaseando las momias y empezaron a emplearse momias europeas. El producto se utilizó por varios siglos y fue uno de los favoritos de los pintores a finales del s. XIX.
Cuenta la leyenda que Martin Drölling para crear “Interior de una cocina”, usó corazones embalsamados de la realeza, concretamente de los corazones embalsamados de  Luis XII y Luis XI para mezclar la sustancia segregada con los óleos.

Durante la Revolución Francesa, la necrópolis real de Saint-Denis fue profanada y saqueada.  Se cuenta que en la iglesia de Saint-Louis-des-Jésuites las urnas que contenían los corazones de 45 príncipes y princesas de la Casa de Francia son profanadas y vendidas.   


Afortunadamente en 1964  el director de la compañía C. Robertson, Geoffrey Roberson-Park, dedicada a la producción de colores, anunció que dejarían de producir dicho color: “Tal vez por allí nos queden algunos miembros momificados, pero no son suficientes para hacer pintura. Vendimos la última momia completa hace algunos años por unas tres libres esterlinas. No creo que consigamos más”. Esta sorprendente declaración deja claro la devaluación en que habían caído las momias y, por otro lado, su escasez, derivada en gran medida de las decididas políticas del gobierno egipcio para la protección de su patrimonio arqueológico, que durante siglos había sido objeto de grandes saqueos.

Expolio de momias egipcias, lucrativo e inmoral negocio. 


Fuentes: Inpralatina.com

2 de septiembre de 2018

Lecciones


Aprender es un proceso que dura toda la vida. En los primeros años, los más importantes en dicho desarrollo, todo es nuevo y el mundo enorme. Los primeros pasos; las primeras palabras; millones de estímulos en un entorno que va ganando nitidez poco a poco. Ganamos capacidades a medida que los retos se vuelven más complicados. Así es la vida. Lo que aprendes haz de seguir aprendiéndolo o puedes correr el riesgo de olvidarlo.
A medida que te superas necesitarás de desafíos más exigentes.
Hemos recibido millones de lecciones, y si hemos sido de los suertudos es probable que nos hayamos topado con un profesor o profesora que nos motivara, que nos diera lecciones pero no sólo de las que consisten en  calcular bien la raíz cuadrada o la declinación de algún verbo. Sino esas otras lecciones que guardamos como un tesoro y que nos han ayudado a afrontar las dificultades. Porque si hay una lección obligatoria es esta, no importa lo que hagas, la vida te llevará inevitablemente a ese capítulo. Vendrán los problemas aunque no los busques; lo positivo es que si los afrontas con buena actitud te dejaran  importantes enseñanzas vitales. Como dice el refranero español, ningún mar en calma hizo experto a un marinero.
Y aunque no hay que desestimar la labor de los profes en esto de aprender vamos a ser claros, las mejores lecciones no nos las van a dar ellos… A veces  las encontraremos en las personas, en los momentos, y en las situaciones más inesperadas. Lecciones buenas, que nos harán plantearnos para mejor la manera de ver lo que nos rodea; lecciones malas, en las que descubriremos que el mundo tiene aristas afiladas y que no es un lugar tan idílico como pensábamos. Vivir es enfrentarse a las elecciones y sus consecuencias.  Deberemos tomar decisiones, arriesgar, caminar sobre la cuerda floja, quizás escuchar cosas que no nos gusten; probablemente tendremos que lidiar con la frustración cuando no veamos resultados tan pronto como pensamos.   Pero al final, cuando todo pase, valoraremos ese esfuerzo, esa piedra en el camino, esa charla,  la exigencia, los días de estudio.
Llega septiembre y para mí siempre ha sido un mes de inicios, adaptaciones y sobre todo de lecciones. Desde este Desván Secreto, pensando en todos esos alumnos que deben volver a las aulas y a la tortura de un sistema de enseñanza que no es precisamente motivador, he pensado en esos maestros, esos sabios del cine, el cine como no, porque el cine me ha dejado grandes enseñanzas que me han guiado en muchos momentos. Mi pequeño homenaje a ellos, a los maestros, al cine, y a los otros profes que pasaron por mi vida para darme los consejos que, sin yo saberlo en ese momento, me han ayudado a caminar por este sendero de la vida.