Seguro que te has
dado cuenta, la lluvia es un elemento muy recurrente en el cine. Y es que todos
los géneros, desde el romántico pasando por el dramático, el cómico o el de
acción, la emplean a menudo, sobre todo para reforzar una emoción determinada,
como puede ser la tristeza, la depresión,
la intimidad, la soledad, el aislamiento, o el terror...
La lluvia nunca
es gratuita y si aparece es por un motivo concreto. En el cine de terror nos predispone
creando ese necesario efecto de suspense. Al mismo tiempo hace que los personajes
se perciban de una forma más vulnerable ya que los contornos y el paisaje se
desenfocan, lo que hace que sintamos más intranquilidad al desconocer dónde se
encuentra el peligro. La lluvia puede simbolizar la purificación, y así se nos
da a entender en la mítica escena final de Ben Hur en donde la madre y hermana
del protagonista son curadas de su mal cuando tras la crucifixión comienza a
llover torrencialmente. Al mismo tiempo, la lluvia refuerza la sensación de
dramatismo, por ello, normalmente tras una tragedia, es seguro que lloverá.
Caminar bajo la lluvia o correr acentúa tanto la sensación de libertad como la
de desesperación. Y un beso nunca será más romántico si se da bajo la lluvia.
Pero la lluvia
que vemos en el cine tiene truco, para poder ser captada por la cámara el agua
se mezcla con leche. Este ardid se ha usado en varias películas, la más famosa,
en la mítica escena de Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia.
A continuación
seis escenas bajo la lluvia de mis películas preferidas:
Basada en una
novela de Jane Austen, Ang Lee realizó
esta adaptación en 1995 para la pantalla grande. 135 minutos de sensibilidad y mucho
romanticismo, de ese del que los insensibles rehúyen hablar y ver, y al que
tachan, sin mucha idea, de superficial. 135 minutos que no son para todos los
públicos, pues como mucha de la filmografía de Ang Lee, la película se
desarrolla con una pausa, una lentitud que hay que saborear poco a poco. La
escena, que conjuga lo mejor de Austen con un poema de Shakespeare, sobrecoge,
en especial por el buen hacer de Kate Winslet, prometedora joven actriz en
aquella época.
En 1974 Mel
Brooks dirigió esta divertida parodia sobre el monstruo de Mary Shelley. Contó
con la ayuda de Gene Wilder sin el cual la película no sería lo mismo. Además
de ser el actor principal escribió junto a Mel el guión de la película. Una
película sin más pretensión que la de entretener y divertir, y vaya si lo
consigue. La escena es uno de los gags más divertidos, quizás por su simpleza,
y la frase en cuestión una de las más recordadas.
La vieja Rose
diría… Han pasado 20 años desde que James Cameron estrenara, allá por 1997, una
película sobre uno de los transatlánticos más grandes y más malditos de la
historia, el insumergible Titanic, el buque de los sueños que acabó en el fondo
del frío océano Atlántico en 1912. La película es de las pocas que posee 11
Oscar; hasta el momento, sólo dos películas más ostentan ese honor. Además fue la más mediática de su año de estreno,
rompiendo varios récords. De lágrimas sobre todo.
Aún recuerdo el
olor de aquel cine, y la sensación que flotaba en el ambiente, entre sollozos y
lloros ahogados. Fue una de las experiencias más estremecedoras que haya vivido
en una sala de cine. Unas emociones remarcadas por la banda sonora de James
Horner, en la que suenan gaitas, y ecos lastimeros, lejanos y fantasmales. Este
momento, esta escena de lluvia en la que
Rose llega por fin, pero no como esperaba, a New York, es muy simbólica, y remarca aún
más si cabe, la tragedia de los instantes previos.
Ridley Scott
dirigió en 1982 Blade Runner, obra cumbre de la ciencia ficción. Esta conocida
escena bajo la lluvia en la que el replicante Roy Batty habla con Deckard ha pasado a la historia del cine
gracias al soliloquio de Roy, que el actor que lo interpreta, Rutger Hauer, improvisó
en buena parte ya que como buen apasionado de la poesía le parecía que a la
escena le faltaba más intensidad y añadió la frase que más sentido daría a toda
la escena.
Roberto Benigni
escribió, dirigió y protagonizó en 1997 la película por la cual ganaría un
Oscar a mejor actor, además de llevarse dos más, la de mejor banda sonora y a
la mejor película extranjera. La escena es romántica y divertida al mismo
tiempo, remarcada por una banda sonora que encaja a la perfección, emotiva y
muy mágica.
6# Los puentes de
Madison
Nadie esperaba
que el duro de Clint Eastwood dirigiera en 1995 este drama romántico, que
además protagonizó junto a Meryl Streep. Los dos están esplendidos pero Meryl
es mucha Meryl como demuestra la emotiva y contenida escena final. Llueve, el semáforo
está en rojo, y todo es gris. Hay muchas
emociones a flor de piel. Incertidumbre, miedo, dudas, indecisión, aflicción y
aceptación. Porque lo humano es sentir miedo, y dudar, y sentirse solo, y anhelar,
y necesitar y aceptar que las cosas duran lo que duran y no hay más, pero que
vale la pena sentir hasta el final, que vale la pena darle una oportunidad a lo que nos remueve por dentro.
Los puentes de Madison y La vida es bella para mí son dos películas preciosas, que no me cansaría de ver. De la primera, concretamente la escena de la lluvia es inolvidable y me despierta muchos sentimientos. Has hecho buena selección. Abrazos
ResponderEliminarMe encantan las escenas con lluvia, incluso las que dan miedo, jaja, que he notado que no has puesto ninguna. Me gusta la selección que has hecho. La de Blade runner me parece genial, los gestos de los dos actores, la paloma blanca. Pro es que la de los puentes de madison es muy significativa, siempre me emociona esa película.
ResponderEliminarBesos Raque
:D
¡Qué buena selección! Excepto la primera esta misma selección es la que yo haría, porque son precisamente mis pelis favoritas, en la que pondría como número uno a Blade Runner que es una genialidad, esa escena final es sublime.
ResponderEliminarComo dices, la lluvia en el cine no es casualidad, tiene un marcado sentido en cada escena en donde aparece, lo que no sabía es que utilizaran leche para que sea visible ¡qué bueno!
Me ha encantado, Raquel.
Un beso grande.
Me encanta la lluvia, pero eso ya lo sabes.
ResponderEliminarEs verdad que es muy recurrente la lluvia en el cine, y me gusta la selección que has hecho, pero permíteme recordar Cantando bajo la lluvia, porque esa película da un significado tan alegre a este fenómeno que nunca puedo olvidar a Gene Kelly cuando llueve... A mí me entran ganas de bailar por la calle, de hecho...
Y, bueno, El diario de Noah es preciosa..., el beso bajo la lluvia es muy romántico.
Lo que más me gusta de Sentido y Sensibilidad es el diálogo que se repite en las escenas de lluvia. Es genial: comicidad y romanticismo...
Me ha gustado mucho este pist, Raquel. Me quedo pensando en escenas de lluvia en el cine. Gracias por este regalo.
Abrazos.
¡Qué bonito tu vídeo, Raque!!
ResponderEliminarUn homenaje genial...