En una ocasión
dos genios coincidieron en un mismo lugar y tuvieron una charla muy
interesante. Esos dos eran Albert Einstein y el actor Charles Chaplin. Congeniaron
al instante y entre bromas y halagos mutuos tuvo lugar esta conversación que ha
quedado para la historia:
—Lo que he
admirado siempre de usted es que su arte es universal, todo el mundo le
comprende y le admira —le dijo Einstein a Chaplin.
A lo que Chaplin
respondió:
—Lo suyo es mucho
más digno de respeto, todo el mundo le admira y prácticamente nadie le
comprende.
¡Qué bueno, Raque!!! Me he reído mucho. Es verdad que las personas suelen confundir lo ininteligible con lo mejor, cuando el encanto de lo sencillo es maravilloso. Claro que gracias a Albert llegamos muy lejos, pero gracias a Dios no hemos tenido que escoger entre los dos. Me encanta Chaplin.
ResponderEliminarBesos y gracias por esta reflexión tan hilarante.
Me gusta eso que has dicho, el encanto de lo sencillo, estoy de acuerdo.
ResponderEliminarBesos y gracias a ti por pasarte por aquí.
Jaja, no lo había oído nunca y la verdad es que es curioso a la vez que tiene razón.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Charles Chaplin tenía un ingenio fuera de serie :)
EliminarUn abrazo Natalia!
Charles Chaplin tenía un ingenio fuera de serie :)
EliminarUn abrazo Natalia!
Muy ingenioso, y además estaba en lo cierto, ja, ja... Abrazos
ResponderEliminarUnos genios, genios, genios... No tenían vivencias parecidas, pero ambos con un cerebro que iba siempre detrás del infinito.
ResponderEliminarChaplin no solo era ingenioso sino había pocas cosas que no supiera hacer. Y Los americanos, o mejor dicho esa "cumbre anónima", fueron muy injustos con él. No sólo lo echaron del país sino que el único Oscar que recibó este genio fue por la música Candilejas...
Fantástico Raquel, no conocía esta charla.
Abrazo