En
el Atlántico norte, entre Escocia e Islandia, se ubican las islas Feroe. Estas
islas constituyen una región autónoma dentro del Reino de Dinamarca pero no
pertenecen a la Unión Europea.
Tienen una superficie de 1399 km² y poco menos
de 50 000 habitantes, de los cuales cerca de 20 000 viven en la capital
Tórshavn y su área conurbana.
El
archipiélago, con numerosas islas, es una zona rocosa y de pendientes abruptas,
que usualmente queda envuelta en espesas nieblas y jornadas ventosas. No es
nada difícil encontrar un ángulo en el que las islas parecen un paisaje de
cuentos.
Este
archipiélago está formado por 18 islas de origen volcánico, de las cuales 17
están habitadas. Las islas son el hábitat de decenas de miles de aves marinas. Su clima es frío, aunque moderado por la
corriente del Golfo.
Aunque posee recursos hídricos su suelo es pobre y los
recursos naturales escasos. La economía depende fundamentalmente de la pesca y
su industria derivada. No obstante, la sociedad feroesa cuenta con un estado de
bienestar y un índice de desarrollo bastante elevado.
El
archipiélago fue colonizado hacia el siglo X por emigrantes nórdicos, aunque se
tienen indicios de asentamientos previos de población de origen celta. Formó
parte de la corona noruega y desde el siglo XVI el territorio fue gobernado
desde Copenhague.
Desde
1948 las Islas Feroe tienen un primer
ministro y un parlamento propios y envían dos representantes al parlamento
danés. Actualmente están autogobernadas en casi todos los aspectos, a excepción
de defensa, relaciones exteriores y sistema legal.
Los
feroeses tienen un gran sentido de identidad nacional, con una cultura nórdica
propia, su lengua nacional e incluso su iglesia oficial.
Sin embargo, las
posturas sobre el estatus de su relación con Dinamarca se debaten entre la
plena independencia y el mantenimiento de la autonomía dentro del Estado danés.
En
este pequeño país lleno de contrastes es un paraíso natural.
Estos paisajes desprenden un aire a leyenda, tan verdes y grises, como a tierra antigua, ¿verdad? Son muy bonitos, especialmente ese pueblo con esas casas de latas de galletas.
ResponderEliminar;D
¡Oh!¡Raquel, gracias por enseñarme de dónde son estos paisajes con los que soñaba cuando los veía fotografiados!!!
ResponderEliminarOtro stio para visitar sin excusas para dejar de ir.
Genial tu post.
Abrazos:
Carol
Si estas islas pueden gozar de independencia, o casi, con escasos recursos y aún así tener un estado de bienestar elevado, no entiendo como no se da la oportunidad a los catalanes en decidir si quieren ser independientes o no haciendo dudar si saldrían adelante fuera de España ¡a los feroesos no les va tan mal!
ResponderEliminarMe encantan los reportajes y las cosas que nos cuentas :)
Besitos.
Precioso, es verdad que parecen de latas de galletas, todas pintorescas.
ResponderEliminarEl lugar increíble.
Saludos Anita :)
Pues sí, es un lugar que merece le pena ver en directo; tiene que impresionar.
Gracias Carol por pasarte por mi desván.
Un abrazo :)
Pues no, al parecer viven bien a pesar de lo limitado de sus recursos, únicamente la pesca. Aunque también tienen su debate con Dinamarca. Al final habrá que tomar ejemplo de estos feroeses :)
Gracias por pasarte por aquí y comentar, Montse.
Besos :)