En su día esta cárcel fue el edificio más
caro de Estados Unidos, donde los criminales más peligrosos recibían un
draconiano castigo, cumpliendo largas penas en total aislamiento, que condujo a
muchos a la locura. Los que han visitado este lugar aseguran que se escuchan
llantos, risas y susurros procedentes de las celdas.
Eastern State Penitentiary fue una prisión
estadounidense ubicada en Filadelfia, Pennsylvania. Estuvo en funcionamiento
desde 1829 hasta 1971. Cuando el edificio se construyó fue la estructura pública más grande y más
cara jamás construida, convirtiéndose rápidamente en un modelo para
más de 300 cárceles de todo el mundo. Se le consideró la primera penitenciaría
real. Su nombre deriva de la palabra
‘penal’, lo que significa que más que un cumplimiento de condena normal y
corriente, la estancia en esta cárcel era más bien una penitencia.
Funcionó
desde 1829 hasta 1913 con el Sistema de Pennsylvania, un sistema que prometía
rehabilitar a los presos de una forma muy distinta a la que se utilizaba en
otros lugares. Este sistema se llamó confinamiento
solitario.
Los
presos tenían una celda para cada uno, con una serie de comodidades inusuales para las cárceles de
la época; tenían un pequeño patio privado para poder ver la luz del
sol y hacer ejercicios que se sincronizaban de manera que el preso de la celda
contigua no coincidiera en sus ejercicios
al mismo tiempo.
También
tenían agua
corriente, inodoro, y un sistema de tubos de agua caliente que servía de
calefacción durante los meses de invierno. En contrapartida por
todos estos privilegios no se les permitía
articular palabra. No había comedor común, el carcelero se encargaba
de llevar la comida silenciosamente al preso; si tenían que ser trasladados lo
hacían con una capucha en la cabeza que les impedía ver absolutamente nada, lo que
evitaba que pudieran comunicarse con los demás.
Si los condenados
intentaban comunicarse entre si recibían castigos inhumanos;
eran atados a una silla sujetando todo
el cuerpo, y así pasaban días enteros.
Otro castigo no menos cruel se basaba en duchar a los presos con agua fría y dejarlos a la intemperie durante
la noche, castigo que resultaba fatal para muchos de los presos.
También se les encadenaba la lengua a las muñecas de
manera que si intentaban luchar contra las cadenas la lengua se podía rasgar de
forma fatal. A los peores presos se les metía en un pozo llamado “El agujero” durante dos semanas, un
pabellón subterráneo excavado bajo tierra, donde no tenían luz alguna, ningún
tipo de contacto humano, y escaso alimento.
Pero a pesar de todas estas
horribles penas, tal vez el mayor castigo de todos era la propia soledad que debieron sentir
durante años en total aislamiento.
Las
celdas fueron diseñadas para dar la sensación de estar en una iglesia. Sus puertas eran de hierro y estaban
cubiertas por otra puerta de madera que las insonorizaba. Además estas puertas eran
pequeñas para evitar que el preso escapara con facilidad en caso de
que el carcelero tuviera que entrar, aunque otros han explicado que el tamaño de las puertas obligaba a los
prisioneros a inclinarse para entrar. Este diseño estaría relacionado con la penitencia y sus vínculos con la
inspiración religiosa de la prisión.
Las
celdas tenían una claraboya que
representaba el "Ojo
de Dios", advirtiendo a los presos que Dios siempre estaba
mirando. La Penitenciaría no pretendía castigar simplemente, quería acercar al
criminal hacia la reflexión espiritual y al cambio.
La
prisión se convirtió en una atracción en el siglo XIX. Charles Dickens fue uno de sus
visitantes más notables, además fue uno de los que denunció el terrible trato a
los que eran sometidos los presos. El sistema de confinamiento solitario,
finalmente se suspendió debido a los problemas de hacinamiento. En 1913,
Pennsylvania abandonó oficialmente el sistema de aislamiento y funcionó como
una prisión normal hasta que se
cerró en 1971.
También
hubo presos famosos como Al capone, pero cuando este ingresó en Eastern
State el modelo de confinamiento solitario ya se había abolido.
Celda de Al Capone |
Cuando
la prisión se cerró en 1971 la ciudad de
Filadelfia
compró la propiedad con la intención de volver a rehabilitarla o reconvertirla;
se quería hacer un centro comercial y un bloque de apartamentos. Pero durante los años que estuvo abandonada,
hasta finales de los 80, un bosque creció dentro y fuera de sus paredes.
Desde
1994 la Penitenciaría del este del estado funciona como museo y sitio turístico.
Debido a su aspecto siniestro, la atmósfera
sombría y su larga y macabra historia, Eastern State es considerado uno de los
lugares más encantados de EE.UU
Fuentes:
Wymering.blogspot.com.es / Sobreeeuu.com/ Wikipedia.
Imágenes:
Google.
¡Que lugar! Sin duda las fotografías desprenden una aura extraña, no sólo por el abandono, es como si estuvieran impregnadas de una historia truculenta, algo adherido a las paredes, las sombras, los escombros. Me he imaginado el sonido de risas, de llantos, de susurros, y se me han puesto los pelos de punta
ResponderEliminarEso del aislamiento solitario suena como a novela de Dumas. Que horror lo de atarles la lengua.
Parece que Al Capone tenía sus privilegios, su celda tiene de todo.
Algo de iglesia si que tiene, ese halo de austeridad, lo de reclinarse antes de entrar a la celda, ese ojo arriba que todo lo ve...
Un sitio inquietante.
Como dice Ana: "Inquietante"...
ResponderEliminarA mí me da escalofríos leyendo tus palabras y si miro las imágenes, me quedo helada... Horrible lo que tuvieron que pasar ahí. Ni para museo lo dejaría yo, pero bueno, esas cosas también pasaron y hay que saberlo. Abrazos
Yo reconozco que también. Ver esas fotos, ese lugar extraño es como asomarse al pasado , como ver, pero no con los ojos, lo que allí se vivió, se sintió. Es verdad que los lugares pueden quedarse impregnados con todo eso, y rezumarlo. La verdad es que me pone los pelos de punta.
ResponderEliminarUn beso Anita :)
Estos lugares desprenden una energía extraña, doliente. Yo tampoco lo visitaría, ni como museo. Creo que lo pasaría muy mal paseando por semejante lugar.
Un abrazo Ligia.