Dos días han pasado ya desde que del calendario se descolgara el odioso 2012. Dos días para dar un poco de rodaje a este año impar, para ajustar los biorritmos y amoldarnos a una cifra tan fea, la verdad sea dicha.
Buenos propósitos, como siempre.
Solemos comenzar los años haciéndonos promesas. Cambiar, tirar, ser mejores, en todos los sentidos. Porque al llegar al final, y tener una nueva oportunidad para volver a empezar, tenemos la esperanza de aprender de los errores pasados para no cometerlos mas. La voluntad es buena pero… como en todo tiene que haber constancia para lograr algo. Ojalá, en vez de uvas, tomáramos capsulitas de tenacidad para que todos esos propósitos no se quedaran sólo en eso; es decir, en propósitos que vamos echando al saco de “mañana empiezo”.
No sé, querido y querida lectora, si lo habrás notado. Yo he intentado que no se apreciara mucho, pero el año que dejamos fue duro para mí. No fue un año demasiado alegre, no me reportó muchas cosas buenas, tan poco muy malas gracias a dios, pero si algunas muy molestas. He intentado que mi estado de ánimo no interfiriera con lo que he ido publicando en el blog, pero reconozco que muchas veces el desanimo me podía. He cumplido, pero no sé si lo he hecho bien. Quizás no he puesto cien por cien el corazón, quizás he descuidado este espacio y a los que alguna vez se asomaron a él. Este desván me ha dado mucho, pero el mantenimiento es costoso. Aunque sea secreto, y nadie pueda dar con él a simple vista, tenerlo limpito es un trabajo semanal que requiere tiempo y dedicación.
Por eso mi propósito con respecto al blog es seguir cuidándolo, mientras pueda.
Algún día perderé la llave o me mudaré a un ático bien ventilado con un millón de vecinos. O puede que sea yo misma quien ponga un candado. No puedo prometer que seguiré, que tendré ilusión siempre, que estaré de buen humor, pero sí que pondré mi corazón en lo que haga. Y que nunca volveré a sentir lo que el odioso 2012 me hizo sentir. Lo destierro de mi mente, de mi cuerpo y de mi alma, para siempre.
Adiós, no te echaré de menos, no pensaré en ti, y si lo hago no será en positivo. Tú te lo has buscado.
Hola 2013. Tráeme fuerza y constancia, y esfuérzate en gustarme mucho. Aunque seas feo e impar podemos llegar a querernos, dependerá de los dos.
Voy a cerrar los ojos y a soplar con todas mis fuerzas…
Feliz año nuevo, Raquel!!
ResponderEliminarun abrazo.
Yo sé lo que cuesta mantener un blog y te puedo decir que has sabido mantener el interés en lo que has escrito y eso es algo de elogiar.
ResponderEliminarEspero que este año que comienza nos sorprenda a todos con su buena sintonía y podamos seguir disfrutando con lo que escribimos y leemos. Feliz año y abrazos
Sea como sea por fin ha terminado este año de 2012. Confía en que el malestar se lo lleve un aire huracanado, para que jamás vuelva, volando hacia la estratosfera. No obstante eso lo digo por ti. Pero no por lo que escribes. Si bien en el fondo llevo poquito visitando el desván, uno se siente cómodo aquí. Todas las entradas ponen de relieve una buena labor, como la de la hormiguita trabajadora. Como la de la abuela que hace punto. El resultado está ahí, es palpable. Está ahí para unos pocos que se atreven a descubrir este desván. Pero un día te irás al ático. Amanecerá un nuevo día. Nacerá otro momento. Y nos daremos cuenta del secreto de lo endeble: que esto no durará eternamente. El cómo se desarrolle depende de ti y tus deseos.
ResponderEliminarEste 2012 ha significado cambio. Al menos para mí. A saber que nos deparará el futuro. Espero que tú estés mejor. Y que la llave no se haga la remolona y esté presta para permitir la entrada a quien quiera durante este largo y espero que apasionante año.
PD: un saludo de Minnesotas.
ResponderEliminarYo seguiré aquí contigo, pase lo que pase, le puedas dedicar el tiempo que le puedas dedicar, mucho o poco, no te preocupes, pero por favor no le pongas el cándado a este desván... es donde mas feliz me siento.
ResponderEliminarUn abrazo y que bonita entrada.
:D
Gracias María :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Esperemos que así sea, nos lo merecemos despues de unos años tan grises.
Gracias Ligia. Feliz año nuevo.
Un abrazo fuerte.
Gracias Minnesotas. Es verdad, esto no durará siempre, ahi vienen pisando fuerte otros medios para comunicarse, twiter, facebook, pero la comunicación que se establece en un blog me parece más cálida, hoy por hoy. Supongo que algún día tendré que mudarme.
Mejor, si, poco a poco. Para mi el 2012 también ha supuesto cambio. He aprendido que para mejorar hay que hacerlo
La llave siempre estará siempre disponible para todos.
Saludos :)
Ya sé que cuento contigo y que pase lo que pase estarás ahí. Por el momento candado no; cuando estoy tentada de cerrarlo siempre se me ocurren nuevas entradas, así que mientras me ilusione aquí seguiré.
Gracias Ana. Un beso y un abrazo fuerte. :)