La historia del alfabeto comienza en el Antiguo Egipto, más de un milenio después de haber comenzado la historia de la escritura. El primer alfabeto formal surgió hacia el 2000 a. C. para representar el lenguaje de los trabajadores semitas en Egipto, y se gestó a partir de los principios alfabéticos contenidos en los jeroglíficos egipcios. La mayoría de los alfabetos actuales del mundo o bien descienden directamente de esta raíz, por ejemplo los alfabetos griego y el latino, o se inspiraron en su diseño.
Hacia el 2700 a. C. los antiguos egipcios ya habían desarrollado un conjunto de 22 jeroglíficos para representar las consonantes de su lenguaje, más un símbolo 23 que podría representar vocales al comienzo o al final de una palabra. Estos glifos eran utilizados a manera de guías de pronunciación en logogramas, para escribir inflexiones gramaticales, y posteriormente para transcribir palabras y nombres extranjeros. Sin embargo, si bien el sistema era de naturaleza alfabética, no fue empleado para una escritura puramente alfabética. Por ello, aunque el sistema permitía ser usado como un alfabeto, fue siempre utilizado con un fuerte componente logográfico, posiblemente debido al gran valor simbólico del complejo sistema de jeroglíficos egipcios.
El primer Estado canaanita que hizo un amplio uso del alfabeto fue Fenicia, y por ello las versiones posteriores de la escritura canaanita son llamadas fenicias. Fenicia era un Estado marítimo en el centro de una vasta red comercial, y pronto el alfabeto fenicio se difundió por todo el Mediterráneo. Dos variantes del alfabeto fenicio tendrán un gran impacto en la historia de la escritura: el alfabeto arameo y el alfabeto griego.
Por ello los griegos adaptaron aquellas consonantes fenicias que no podían pronunciar para representar vocales. Todos los nombres de las letras del alfabeto fenicio comenzaban con consonantes, y esas consonantes eran lo que las letras representaban, lo que se denomina principio acrofónico. Sin embargo, varias consonantes fenicias no existían en el griego, y por lo tanto varios nombres de letras se pronunciaron con vocales en su inicio. Dado que el comienzo del nombre de una letra se asignaba al sonido de dicha letra, en griego estas letras consonantes pasaron a ser las vocales. Por ejemplo, los griegos no tenían oclusiva glotal o h, por lo que las letras fenicias ’alep y he se convirtieron en las letras griegas alfa y e (posteriormente renombrada epsilon), y representaron a las vocales /a/ y /e/ en lugar de las consonantes /ʔ/ y /h/. Como este procedimiento fortuito solo permitió obtener cinco o seis (dependiendo del dialecto) de las doce vocales griegas, los griegos finalmente crearon dígrafos y otras modificaciones, tales como ei, ou y o (la que se convierte en omega), o en algunos casos lisa y llanamente ignoraron la deficiencia, como en las a, i, u extendidas.
Un
silabario japonés el llamado “kata-kana”. El japonés, semejante al chino, se
escribe en columnas verticales y de derecha a izquierda; la lengua oficial
cuenta con 2050 ideogramas.
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El alfabeto latino que actualmente es uno de los sistemas de escritura dominantes tiene un antiguo origen y que ha sufrido una larga evolución histórica desde su aparición en el siglo VII a. C.
Se cree generalizadamente que el origen del alfabeto latino está en la variante occidental del alfabeto griego usado en Cumas, una colonia griega del sur de Italia (Magna Grecia), los latinos adoptaron una variante de este alfabeto, a través de los etruscos, en el siglo VII a.C. para transcribir su idioma, al igual que hicieron otros pueblos itálicos de la época. Del Alfabeto de Cumas derivó el alfabeto etrusco y los latinos finalmente adoptaron 21 de las 26 letras etruscas.
Alfabeto de Cumas |
Alfabeto etrusco, se lee de derecha a izquierda. |
Una leyenda romana atribuye la introducción de la escritura a un tal Evandro, hijo de la Sibila, supuestamente 60 años antes de la guerra de Troya, pero no hay ninguna base histórica que sustente el cuento.
Originalmente el alfabeto latino constaba de las siguientes letras:
A B C D E F Z H I K L M N O P Q R S T V X
La letra C representaba el fonema /g/
La letra I servía tanto para /i/ como para /j/.
La letra V también servía para dos sonidos /u/ y /w/.
Caligrafía original del alfabeto latino arcaico y sus distintas variantes.
La letra K fue marginada en favor de la C, que entonces tomó los valores de /g/ y /k/. Probablemente durante el siglo III a. C. la letra Z dejó de usarse y se cayó del alfabeto, tomando su posición alfabética la letra G, una modificación de la letra C. Según Plutarco la idea de ponerle un palito a la C para poder diferenciar cuándo representaba al fonema /g/ fue de Spurius Carvilius Ruga. De forma que quedó la representación C = /k/, G = /g/. Así el alfabeto volvió a tener 21 letras.
Durante
mucho tiempo los monjes y sacerdotes fueron prácticamente los únicos que sabían
escribir. La escritura era un arte. Los manuscritos románicos y góticos de la
edad media están redactados con letras de oro y plata sobre pergaminos teñidos
de púrpura o de negro. La escasez de pergaminos obligó a los escribas del
siglo XIV a apretar los caracteres, lo cual hace difícil la lectura.
El
descubrimiento de la imprenta por Gutenberg favoreció considerablemente el
desarrollo de la escritura.
Letras
adornadas. Influidos por el arte oriental, los monjes copistas indicaban el
principio de una página o un capítulo con una letra grande (letra capitular)
bellamente adornada.
Los números
Desde la prehistoria, es decir, prácticamente desde siempre, el ser humano ha tenido la necesidad de contar, de ahí que surgiesen diferentes sistemas de numeración. De todos ellos, el que finalmente se ha estandarizado universalmente es el sistema indo-arábigo.
Entre las decenas y decenas de sistemas numéricos que se han usado históricamente, el sistema romano fue el más conocido en occidente hasta la entrada del indo-arábigo. Otros sistemas numéricos ya en desuso son el egipcio, el babilonio o el maya.
El sistema de numeración indo-arábigo procede de la India. De ahí llegó a Arabia y se expandió por el mundo islámico hasta llegar a Al-Andalus, desde donde se introdujo a Europa. También varios autores europeos del siglo XIII contribuyeron a su difusión, como Alexander de Villedeu o Leonardo de Pisa.
Responder a la pregunta de quién inventó los números o la numeración, centrándolo en una persona, se antoja imposible, pero lo que es innegable es que tenemos que agradecer a la cultura india la creación de un sistema de numeración sencillo y de fácil manejo, y a los árabes, su difusión por Occidente.
Cuántos alfabetos!! Siempre me gustó el griego y todavía me lo sé de memoria, ja, ja. Abrazos
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada.
ResponderEliminarNunca me había planteado cuántos alfabetos hay ni sus orígenes.
Besos, Raquel.
Muy interesante Raque, ¡que culta me has salido!, jeje. ¿Sabes?, la mejor letra del abecedario es la Ñ, ¡olé!
ResponderEliminarLos números no son lo mío.
Besos
;)
Hay muchisimos, el griego es un alfabeto precioso, yo lo sabía pero se me ha ido olvidando.
ResponderEliminarUn beso, Ligia.
Es un tema muy bonito, yo tampoco sabía que habían tantos antes de empezar a buscar información.
Gracias por comentar.
Besos.
:) Sin duda, mira que bonita nuestra ñ con su moñita.
Besos.
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