El rey Luis XIV comía como una lima, basta leer uno de sus menús "habituales" descrito por su esposa Madame Manteinon:
Cuatro platos de sopa, un faisán, una perdiz, un gran plato de ensalada, cordero en su salsa, dos lonchas de jamón, una bandeja de pasteles, frutas y huevos duros.
Al morir, en 1715, la autopsia reveló que tenía un estómago el doble de lo normal.
Casi nada el menú... Pásalo bien y hasta la vuelta. Abrazos
ResponderEliminarNunca mejor dicho lo del menu a cuerpo de rey....vaya...un abarzo.
ResponderEliminarTremendo empacho, puff, un saco sin fondo era el rey...
ResponderEliminar:D
Hombre... tenía un estómago el doble de lo normal por lo menos, porque madre mía como comía. Yo con la bandeja de pasteles y poco más ya habría comido jajaja.
ResponderEliminarMuy curioso, Raquel.
Un abrazo :)