Es
difícil situar exactamente cómo empezó la tradición de los calcetines o medias de
Navidad. Esta es una de las versiones más populares:
El
origen de esta entrañable tradición proviene de una leyenda de la Edad Media.
En ella se relata que un hombre, tras la muerte de su esposa, quedó tan
enajenado que decidió regalar todo su dinero, hasta la última moneda. Tanto él
como sus tres hijas quedaron sumidos en la pobreza. Malvivieron como podían,
hasta que a las jóvenes les llegó el momento de casarse y encontraron tres
pretendientes; sin embargo, el padre no tenía nada que ofrecer como dote, tal
como era la costumbre en aquel tiempo, y por tanto la boda no podía celebrarse.
Esta
situación llegó a oídos de Santa Claus, quien comprobó la aflicción que yacía
en el corazón de las muchachas, que estaban sinceramente enamoradas. Así pues,
durante el día de Navidad acudió a su chimenea y arrojó por ella tres monedas
de oro. La suerte quiso que éstas rodaran hasta caer en los tres calcetines que
colgaban al final; las jóvenes los habían colocado allí tras lavarlos, para que
se secaran durante la noche. A la mañana siguiente despertaron y se encontraron
con el inesperado regalo. Las monedas fueron suficientes para la dote, y por
fin pudieron ser desposadas.
Al
propagarse la generosidad de San Nicolás, otros empezaron a colgar sus medias
en la chimenea, con la experanza de recibir un regalo similar
Fuentes:Navidad.es.
Hola Raquel :) Feliz navidad.
ResponderEliminarMe parece que has elegido un tema diferente e interesante. Siempre me lo había preguntado, pero sobre esto no se me había ocurrido buscar.
Comprendo que el hombre de la leyenda lo pasara muy mal, pero tanto como para quedarse en la pobreza, y no sólo él, si no lo que es peor... también sus hijas, cuando uno siempre tiene que luchar por ellas... es decir mucho.
Qué bonito lo de las monedas :) Jamás lo hubiera imaginado jaja, aunque tenía que haber caído en que tendría su final feliz.
Un abrazo muy fuerte y que paséis unas felices fiestas =) Lástima que no tenga tiempo para leer más porque echando un vistazo por encima he visto entradas bien suculentas jeje
No lo sabía, es curioso. No estaría mal que Santa llenase mis calcetines de monedas de oro, jaja.
ResponderEliminarUn beso
:D
Cuánta esperanza para estos tiempos.
ResponderEliminarGracias por este post tan maravilloso, Raquel.
Y también lo que me tiene intrigada es cómo te las arreglas para tener el blog tan bonito decorado, sobre todo en la cabecera. Yo nunca consigo separar el título de la foto.
Tu hermana y tú tenéis unos blogs para ganar concursos, vamos. Pero por todo.
Feliz Año Nuevo, amiga.
Que venga repletito de todo lo bueno y lo mejor para ti y toda tu familia.
Me alegro mucho de haberos conocido este año. Brindaré por vosotras. =)
Delicioso relato no por conocido deja de ser una delicia leerlo.Un abrazo y feliz ano nuevo, llenos de monedas de oro...
ResponderEliminarInteresante cuento que explica esa larga tradición. Cada año cuelgo un calcetin con la cara de papa noel en la chimenea y nada, que no hay manera de que deje nada... solo, cuando mi hija era pequeña aparecían moneditas doradas de chocolate, fíjate la casualidad...
ResponderEliminarFeliz año nuevo y montones de besos.
Raquel, por dónde estarás metida hoy... espero que festejando con risas, armonía, compartiendo con los queridos y que por fin este año te traiga un ordenata como es debido... :))
ResponderEliminarVerás que sí...
¡Feliz 2012 llenos de besos!
Gracias Natalia, Ana, Nicole, Prometeo, Durrell y Miguel por vuestras palabras.
ResponderEliminarMuy feliz año para todos, que podamos seguir en contacto y que se cumplan todos vuestros deseos; y besos a repartir.
PD: Nicole gracias, creo que para que el título quede centrado depende de la plantilla del blog :)