Socotra o Socotora es un pequeño archipiélago formado por cuatro islas en el océano Índico, frente a las costas del Cuerno de África, a 250 km al este del cabo Guardafui y a unos 350 km al sureste de las costas de Yemen, país al que pertenece pese a su proximidad a Somalia, que hasta la creación de la República Popular de Yemen del Sur en 1969 administró Socotra en nombre del Sultanato de Mahra y Socotra o el Sultanato de Qishn. Actualmente Socotra pertenece a la provincia yemení del Hadramawt.
Socotra es una de las islas más exóticas del planeta. Desde que, diez millones de años atrás, se desgajara del cuerno de África, es como si el tiempo no contara, manteniendo un eterno aislamiento con sus vecinos continentales.
La evolución de las plantas y animales ha tenido un desarrollo particular; sus extraños árboles recuerdan a la flora descrita por Julio Verne en Viaje al centro de la tierra.
La isla Socotra tiene 130 kilómetros de extensión a lo largo y 35 kilómetros a lo ancho, con clima tropical.
La formación vegetal más sorprendente de la isla se encuentra en los acantilados, al pie de las montañas. La vegetación allí está dominada visualmente por el árbol de pepino, Dendrosicyos socotrana, una subclase particular de la rosa del desierto, Adenium obesum subsp. socotranum y Euphorbia arbuscula.
Más arriba, en las montañas, domina la dragonera de Socotra o árbol de la sangre del dragón (Dracaena cinnabari), con una copa en forma de paraguas. Su resina, la sangre del Dragón, se utiliza como tinte desde la antigüedad. También se encuentra en el archipiélago la Dorstenia gigas, una Moraceae pachycaule.
Cuando Alejandro Magno dio orden de conquistarlas ya eran un fósil viviente. Hoy, este lugar irreal, el de mayor endemismo biológico de Oriente Medio, fascina a zoólogos y botánicos.
En las islas de Socotra también pueden apreciarse otro tipo de entornos naturales, y un buen ejemplo de ello son las dunas de Bedhula.
La isla fue proclamada patrimonio natural de la humanidad por la UNESCO en julio de 2008, y desde entonces se han sumado esfuerzos de la Unión Europea y la Organización Internacional de Protección del Medio Ambiente para conservar la riqueza particular de Socotra.
Que lugar mas raro, parece justamente como sacado de un libro de Julio Verne, esos árboles se parecen un poco a nuestro drago de Icod, ¿verdad? Y los otros a los baoba. Que bonitas fotos, la de la playa es muy inspiradora.
ResponderEliminarUn beso
:)
Raquelita es como un trozo de otras eras, pensar que se quedó bastante aislada y menos mal porque toda su flora es muy delicada y apenas hay fauna. La naturaleza las ha protegido con el monzón, que si no, ya verías todo lleno de turistas.
ResponderEliminarEstupendo...
Besitos.
Ala, qué verdadera preciosidad. Las imágenes son impresionantes y el lugar totalmente desconocido para mí... ya me sonaban extraños loos nombres de Socotra o Guardafui, aunque el Cuerno de África, casi hacía gracia.
ResponderEliminarSi es que en la primera imagen ya parece un desierto con mar jaja. Y luego, como pequeños dragos. Me recuerdan a vuestro enorme y viejo drago milenario. Sus árboles ya sean con flores rosas o no, son bien extraños como dices. Y con acantilados y todo. Qué maravilla.
Muy interesante el árbol de la sangre del dragón, con su uso y todo.
Jaja, ¡cómo para no fascinar a biólogos y zoólogos! Lugares mágicos y únicos. Pero me extraña que les haya costado tanto proclamarla como patrimonio natural de la humanidad, porque lugares como estos, están clarísimos... o eso parece :)
Gracias por compartirlo jeje. ¡Cuánto se aprende contigo! Viajar sin moverse de la tecla jajaja. Un beso ^^
Un lugar increible de verdad, sobre todo porque ha quedado aislado del hombre, por eso parece tan extraño, tan primitivo y misterioso.
ResponderEliminarLos árboles se parecen bastante a nuestros dragos.
Me alegra que Socotra os haya gustado tanto como a mi.
Un beso a los tres, y mil gracias por visitar mi blog. :)