La invención de las gominolas se la debemos a Hans Riegel, quien en 1920 tras dejar la compañía de dulces duros Kessenich Heinen creó por su cuenta la empresa HARIBO. El nombre HARIBO proviene de su fundador y de la ciudad donde estaba instalada la fábrica, Hans Riegel Bonn.
La primera sede de la compañía fue el patio de su casa, y el primer capital de esta fueron un saco de azúcar, una losa de mármol, una estufa y una olla de cobre. La primera empleada de la empresa fue la mujer de Riegel y el primer método de distribución fue su bicicleta. Riegel eligió la archifamosa forma de osito bailarín como homenaje al circo que visitaba todos los años su ciudad, al que era asiduo, y que contaba, como atracción estrella, con un ballet de osos bailarines.
La primera sede de la compañía fue el patio de su casa, y el primer capital de esta fueron un saco de azúcar, una losa de mármol, una estufa y una olla de cobre. La primera empleada de la empresa fue la mujer de Riegel y el primer método de distribución fue su bicicleta. Riegel eligió la archifamosa forma de osito bailarín como homenaje al circo que visitaba todos los años su ciudad, al que era asiduo, y que contaba, como atracción estrella, con un ballet de osos bailarines.
Fabricado con goma de fruta, rápidamente estos dulces adquirieron gran popularidad. La expansión de la empresa fue rápida. Sólo cinco años después ya contaba con 160 empleados y distribuía sus productos por toda Alemania desde una factoría a las afueras de Bonn.
El gran espaldarazo a nivel europeo que tuvieron los ositos de gominola, llegó tras la contratación en 1933 de un asesor publicitario, quién ideó la famoso eslogan "HARIBO hace felices a los niños" "HARIBO macht Kinder froh ".
En 1935 ya habían abierto su primera filial en Dinamarca. La expansión de los ositos de gominola parecía imparable, y en 1939 ya contaban en nómina con 400 empleados. Pero justo ese año estalló la 2ª Guerra Mundial y el aprovisionamiento de materias primas, dado el carácter no estratégico de la compañía, se hizo muy complicado. Al final de la guerra, en 1945 la empresa sólo contaba con 20 empleados. Ese mismo año falleció Hans Riegel, pasando la dirección a manos de su mujer y sus hijos.
Actualmente el consumo de este tipo de golosinas ronda las 106.000 toneladas anuales.
El gran espaldarazo a nivel europeo que tuvieron los ositos de gominola, llegó tras la contratación en 1933 de un asesor publicitario, quién ideó la famoso eslogan "HARIBO hace felices a los niños" "HARIBO macht Kinder froh ".
En 1935 ya habían abierto su primera filial en Dinamarca. La expansión de los ositos de gominola parecía imparable, y en 1939 ya contaban en nómina con 400 empleados. Pero justo ese año estalló la 2ª Guerra Mundial y el aprovisionamiento de materias primas, dado el carácter no estratégico de la compañía, se hizo muy complicado. Al final de la guerra, en 1945 la empresa sólo contaba con 20 empleados. Ese mismo año falleció Hans Riegel, pasando la dirección a manos de su mujer y sus hijos.
Actualmente el consumo de este tipo de golosinas ronda las 106.000 toneladas anuales.
Fuente: En la trébede
Una delicia las gominolas... Nada más ver los colores y las formas tan dulces se pone uno feliz. Abrazos
ResponderEliminarHola Raquel :)
ResponderEliminarQué curiosa entrada. No tenía ni idea de dónde provenía la palabra HARIBO, ni me hubiera imaginado nunca esta historia. Es bonita, humana, real... a diferencia de otros alimentos a los que estaríamos acostumbrados, que tendrían un origen puramente industrial con laboratorios y todo lo demás. Son épocas muy distintas.
Un beso ^^
Que vicio me daría yo ahora mismo si una de esas bolsitas de ositos de gominola cayese en mis manos...
ResponderEliminarMe acabo de acordar de Homer Simpson, cuando llevaba a Marge vestida con un largo abrigo a una convencción de golosinas y empezaba a llenarle los bolsillos de cosas, jaja, ¡quien pudiera!, ¿no? Lo malo es que se nos pican los dientes...
Un beso
:D
Que curioso, ni idea del tema y miro por donde y donde yo he comido miles de esos ositos...un abrazo.
ResponderEliminarEs verdad, los colores de las gominolas a mi me hacen sonreír, me ponen alegre, pero es que soy muy golosa.
ResponderEliminarUn abrazo, Ligia.
Hola Natalia.
Pues sí, son épocas muy distintas, antes se hacía todo artesanalmente, con mimo y dedicación, pero ahora todo es un proceso industrial muy mecánico. No sé si será por eso, oero las golosinas de mi infancia tenían un gusto mejor.
Gracias por la visita.
Un beso.
jajaja, qué capitulo más chulo ese de Homer y las golosinas. La verdad es que yo soy igual de golosona y me llenaría los bolsillos hasta arriba.
Un beso grande.
Yo tampoco sabía que era una empresa alemana, y que la forma de los ositos se debía al circo que visitaba su ciudad.Y qué buenas esas gominolas.
Un abrazo, Prometeo.
Jo cuanto tiempo hace que no me como uno de esos ositos!!! pues muy curiosa la historia, me encantan estas entradas.
ResponderEliminarGracias Angel.
ResponderEliminarUn saludo :)