SALA
DE
LECTURA
n La elegancia del erizo - Muriel Barbery
En el número 7 de la calle Grenelle, un inmueble burgués de París, nada es lo que parece. Dos de sus habitantes esconden un secreto. Renée, la portera, lleva mucho tiempo fingiendo ser una mujer común. Paloma tiene doce años y oculta una inteligencia extraordinaria. Ambas llevan una vida solitaria, mientras se esfuerzan por sobrevivir y vencer la desesperanza. La llegada de un hombre misterioso al edificio propiciará el encuentro de estas dos almas gemelas.
Juntas, Renée y Paloma descubrirán la belleza de las pequeñas cosas. Invocarán la magia de los placeres efímeros e inventarán un mundo mejor. La elegancia del erizo es un pequeño tesoro que nos revela cómo alcanzar la felicidad gracias a la amistad, el amor y el arte. Mientras pasamos las páginas con una sonrisa, las voces de Renée y Paloma tejen, con un lenguaje melodioso, un cautivador himno a la vida.
Muriel Barbery se ha convertido en la revelación literaria en Francia. Su ternura y originalidad le han valido el Premio de los Libreros, el reconocimiento de la crítica y el cariño del público, que la ha situado en las listas de los libros más vendidos durante un año. «Un cuento moderno, refrescante e inteligente», Le Figaro; «La nostalgia atemporal de Marcel Proust y el frescor de Philippe Delerm… Divertida, inteligente… aérea como un haiku», L’Express; «Decir que Muriel Barbery tiene talento es quedarse corto… Tiene un humor devastador», Le Nouvel Observateur.
La elegancia del erizo no es una novela fácil. Al igual que sus protagonistas, cuesta quererla en un primer momento, pero cuando uno se va adentrando en sus páginas, cuando descubre su profundidad, su riqueza, la cosa cambia. Es entonces cuando te das cuenta de que lo que acabas de leer te ha llegado al corazón. Pero para llegar a apreciarla primero has de resistir, y eso no es sencillo. Si un libro nos aburre no continuamos con el, lo dejamos a un lado y cogemos otro que nos llene más. La elegancia del erizo no es una novela fácil, aunque ya lo haya dicho antes es la verdad. Hay que resistir sus interminables tratados filosóficos; hay que vencer la reticencia que causan sus protagonistas, en especial la que suscita Paloma, esa pequeña superdotada, pedante e insoportable a la que dan ganas de abofetear sin compasión. Hay que digerir cientos, miles de palabras que en ocasiones abruman, empachan, asfixian. La elegancia del erizo no es una novela de acción. La elegancia del erizo es una novela de reflexión. Sus personajes se mueven invariablemente en un mismo escenario, tampoco interactúan demasiado entre ellos. Observan, comentan, filosofan y se esconden; del mundo y de ellos mismos, de todo y todos. La poca acción que hay es un soplo de aire fresco que desintoxica de tantas palabras, de tantas vueltas de tuerca, de tantos rodeos que sólo sirven para llegar al punto de partida. Porque por mucho que las protagonistas se empeñen en ocultarse es fácil calarlas, y saber de que pie cojea cada una. La soledad en la que viven, aunque proclamen lo contrario, es amarga.
Juntas, Renée y Paloma descubrirán la belleza de las pequeñas cosas. Invocarán la magia de los placeres efímeros e inventarán un mundo mejor. La elegancia del erizo es un pequeño tesoro que nos revela cómo alcanzar la felicidad gracias a la amistad, el amor y el arte. Mientras pasamos las páginas con una sonrisa, las voces de Renée y Paloma tejen, con un lenguaje melodioso, un cautivador himno a la vida.
Muriel Barbery se ha convertido en la revelación literaria en Francia. Su ternura y originalidad le han valido el Premio de los Libreros, el reconocimiento de la crítica y el cariño del público, que la ha situado en las listas de los libros más vendidos durante un año. «Un cuento moderno, refrescante e inteligente», Le Figaro; «La nostalgia atemporal de Marcel Proust y el frescor de Philippe Delerm… Divertida, inteligente… aérea como un haiku», L’Express; «Decir que Muriel Barbery tiene talento es quedarse corto… Tiene un humor devastador», Le Nouvel Observateur.
La elegancia del erizo no es una novela fácil. Al igual que sus protagonistas, cuesta quererla en un primer momento, pero cuando uno se va adentrando en sus páginas, cuando descubre su profundidad, su riqueza, la cosa cambia. Es entonces cuando te das cuenta de que lo que acabas de leer te ha llegado al corazón. Pero para llegar a apreciarla primero has de resistir, y eso no es sencillo. Si un libro nos aburre no continuamos con el, lo dejamos a un lado y cogemos otro que nos llene más. La elegancia del erizo no es una novela fácil, aunque ya lo haya dicho antes es la verdad. Hay que resistir sus interminables tratados filosóficos; hay que vencer la reticencia que causan sus protagonistas, en especial la que suscita Paloma, esa pequeña superdotada, pedante e insoportable a la que dan ganas de abofetear sin compasión. Hay que digerir cientos, miles de palabras que en ocasiones abruman, empachan, asfixian. La elegancia del erizo no es una novela de acción. La elegancia del erizo es una novela de reflexión. Sus personajes se mueven invariablemente en un mismo escenario, tampoco interactúan demasiado entre ellos. Observan, comentan, filosofan y se esconden; del mundo y de ellos mismos, de todo y todos. La poca acción que hay es un soplo de aire fresco que desintoxica de tantas palabras, de tantas vueltas de tuerca, de tantos rodeos que sólo sirven para llegar al punto de partida. Porque por mucho que las protagonistas se empeñen en ocultarse es fácil calarlas, y saber de que pie cojea cada una. La soledad en la que viven, aunque proclamen lo contrario, es amarga.
La elegancia del erizo no es una novela convencional. Para empezar divaga demasiado, y su hilo argumental puede resumirse en tres acontecimientos más o menos relevantes. Está dividida en pequeños capítulos/reflexiones presentados por las dos protagonistas, Reneé y Paloma. Hay muchas referencias eruditas y pedantonas. Mucho Tolstói y mucho Marx, y mucho cine japonés, y hermosas camelias sobre el musgo, y lluvia de verano y haikus. Pero también hay amistad, elitismo, pesimismo, ideas profundas, ternura, risas y lágrimas. Y belleza, belleza en las pequeñas cosas, y el afán y la necesidad de encontrarla en aquello que nos rodea.
No, no es una novela fácil, pincha tanto como las púas de los erizos, es pretenciosa en ocasiones, y muy indigesta. No puedo recomendarla, pero tampoco puedo dejar de hacerlo. Tal vez te ha animado lo que he contado, o tal vez te haya echado para atrás. Es difícil expresar todo lo que es esta novela, es decir, todo lo que fue para mí, me quedo corta. Hay momentos mágicos, y muchas perlas, pero también algún que otro bostezo. Si no te gusta la filosofía esta no es tu novela, no podrás resistirla.
"La señora Michel tiene la elegancia del erizo: por fuera está cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes"
"Pero si se teme el mañana es porque no se sabe construir el presente, y cuando no se sabe construir el presente, uno se dice a sí mismo que podrá hacerlo mañana y entonces ya está perdido porque el mañana siempre termina por convertirse en hoy, ¿lo entendéis?".
“Ay, ay, ay, me he dicho, ¿quiere esto decir que así es como uno tiene que vivir su vida? ¿Siempre en equilibrio entre la belleza y la muerte, el movimiento y la desaparición?
Quizá estar vivo es esto: perseguir instantes que mueren".
Viñeta: AutoLiniers
Tengo que felicitarte Raque por esta entrada, me ha gustado mucho tu opinión personal respecto al libro. Me ha quedado claro que no es un libro fácil, quizás busque la belleza de las palabras y no la fluidez de la historia, pero creo que le daré una oportunidad... siempre apetce de vez en cuando tener un día filosofico.
ResponderEliminarBesos
:)
A mí se me atragantó a la mitad y no he logrado terminarlo. Pero espero retomarlo este verano sin falta. Abrazos
ResponderEliminarGracias Ana. Te animo a leerlo, aunque no es una lectura fácil, como ha quedado claro, tiene partes muy bonitas.
ResponderEliminarBesos.
Ligia también te animo a terminar de leerlo, aunque te comprendo porque yo estuve a punto de dejarlo. Aunque yo creo que merece otra oportunidad.
Un abrazo.
Yo tambien lo termine con pena, dejar a unos amigos intensos y bellos en una vida que solo se presiente fuera dl libro cerrrado...una delicia d enovvela y, sobre todo, personajes. Un fuerte abarzo.
ResponderEliminarMi querida Raquel: En algún sitio he oido hablar de este libro y además bien pero con este post tuyo me animo a leerlo. Estoy segura de que me gustará. Gracias.
ResponderEliminarMil besos y mil rosas.
Mira que le tengo ganas a este libro...y parece que nunca me decido a comprarlo...es que pienso en los que me esperan y ya creo que me estoy pasando jajaja. Pero más vale tarde que nunca, así que cuando me vea más liberada lo compraré o a ver si me lo deja alguien, porque tiene muy buena pinta y después de leer tu entrada pues más ganas de me dan. Además hace muy poco lo vi de nuevo en la Feria del libro en S/C.
ResponderEliminarUn beso grande Raquel!
Me gusta leer eso, Prometeo, porque este libro o gusta mucho o no gusta nada. A mi también me gustaron los personajes, los secundarios y los principales.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Seguro que sí, Malena, estoy convencida de que te gustará.
Un abrazo.
Virginia pues yo te recomiendo que antes de comprarlo, por aquello de que no es una novela fácil, veas si alguien puede prestártelo y veas si te convence tanto como para comprarlo.
Un beso grande :)