País: USA
Productora: Columbia Pictures
Director: Stanley Kramer
Guión: William Rose
Música:Frank DeVol
Reparto: Katharine Hepburn, Spencer Tracy, Sidney Poitier, Katharine Houghton, Cecil Kellaway, Beah Richards
Ayer, gracias al cine online, pude disfrutar de este clásico que tenía pendiente, y me encantó, me pareció un peliculón en mayúsculas.
Me fascina la pareja Hepburn-Tracy, y en esta película están muy bien los dos. Forman un tándem perfecto y su compenetración se palpa. Además esta película es especial porque es la última que rodaron juntos. Pocos días después de finalizar el rodaje Spencer Tracy moría en brazos de Katherine. La actriz nunca fue capaz de ver la película, le traía recuerdos muy tristes.
En verdad es una película especial, no tanto por la historia sino por el ambiente creado y por las actuaciones de sus protagonistas, destacando a Spencer, Katherine y un esplendido Poitier.
Decía que no tanto por la historia no porque sea mala, más bien porque se nota que han pasado 42 años, y eso es mucho tiempo. Afortunadamente el racismo es algo pasado en EEUU, o al menos eso es lo que nos quieren hacer creer aunque sólo haya que mirar un dato, el número de negros y el número de blancos que son condenados a la pena de muerte; la diferencia es notable. Pero bueno, afortunadamente ya no es delito casarse con alguien de otra raza. Pero en el año 1968 esto no estaba tan bien visto a pesar de lo que se decía de cara a la galería, de hecho los matrimonios mixtos estaban prohibidos en 14 estados. Por eso cuando la hija de los Drayton, interpretada por la sobrina de Hepburn, (Katherine Houghton), regresa de sus vacaciones en Hawai con un nuevo novio se encienden todas las alarmas. Los Drayton han educado a su hija en la idea de que ninguna raza es superior a otra, pero sus convicciones se tambalean cuando conocen al doctor John Prentice, el novio. John Prentice es lo que se llamaría un buen partido; culto, maduro y guapo pero hay un problema, es negro. El matrimonio Drayton va a descubrir de forma contundente que no son tan tolerantes como han querido creer y se sienten muy confusos.
La película tiene un desarrollo teatral, apenas hay acción y se ven muy pocos exteriores. La acción trascurre en la casa de los Drayton, y aunque se nota a leguas que es un escenario de cartón piedra es uno de los escenarios más bonitos que he visto, sobre todo la terraza desde donde se puede contemplar puestas de sol tan reales como las reales.
La película ganó dos Oscar, el de mejor guión original y el de mejor actriz principal, que sería el segundo Oscar en la carrera de Katherine Hepburn, y del que dijo que sentía como si se lo hubiera arrebatado a Spencer. Obtuvo además ocho nominaciones en las categorías de mejor película, mejor director, mejor actor principal (Spencer Tracy), mejor actor de reparto (Cecil Kellaway), mejor actriz de reparto (Beah Richards), mejor dirección artística, mejor música y mejor montaje.
Durante el rodaje el estado de salud de Spencer Tracy fue empeorando gradualmente. Tan débil estaba que se trabajaba simultáneamente con dos planes de producción, uno con Tracy y otro basado en el supuesto de que éste no estuviera. Por supuesto, Katherine estuvo en todo momento muy pendiente de Spencer, consciente del poco tiempo que les quedaba por vivir juntos. Sólo hay que ver la película para darse cuenta de esa química especial entre los dos. En especial la escena final en la que Spencer da un emotivo discurso que se convierte en toda una declaración de amor. Otra de las escenas que destaco es la comparten Sidney Poitier y su padre en la película, en la que, tras un intercambio muy interesante de ideas, Poitier, John Prentice, acaba diciéndole: “Tú te consideras un hombre de color. Y yo me considero un hombre”.
Aunque el tiempo no pasa en balde la película ha envejecido bien. La recomiendo.
Escena final:
Para mí una película inolvidable. En aquellos años nos parecía todo un atrevimiento que una chica blanca saliera con un negro. Me encantaba Sydney Poitier, y de la pareja de los padres, impecables. Hace tiempo que no la veo. Abrazos
ResponderEliminar¡Que gran pelicula! y que gran mensaje que aun no se ha comprendido o es que ya no interesa que se comprendan las cosas: haz lo que debes y apaña con sus consecuencias, no uses conformidades ajenas como excusa.
ResponderEliminarUn abarzo.
Tengo que verla, que delito el mío porque ademas me encanta esta pareja de Katherine y Spencer, los dos poseen mucha personalidad actuando.
ResponderEliminarUn beso.
;)
Mi querida Raquel: Creo que voy a tener que aficionarme a ver películas on line, lo malo es que no sé como hacerlo. Tendré que preguntar para que me enseñen.
ResponderEliminarMil besos y mil rosas.
Excelente película, el mensaje, la interpretación, el cine ha hecho mucho en un pasado y debe seguir abriendonos caminos y mentes a todos.
ResponderEliminarUn abrazo
Me sorprendió para bien, pensaba que el tiempo le habría hecho perder frescura pero no. La verdad es que la disfruté mucho.
ResponderEliminarUn abrazo Ligia.
Sí, la verdad es que la película está llena de grandes mensajes sociales; la relación padres/hijos, los prejuicios...
Un abrazo Prometeo.
Pues ya sabes, en una tarde aburrida buscala en Internet, seguro que te gusta.
Un beso Ana.
A veces es la alternativa que nos queda porque en la tele no dan nada decente. No es muy dificil, hay muchas páginas especializadas, por ejemplo "dos punto cero visión".
Besos, Malena.
Sí, me encanta el cine de antes, el cine clásico; al menos las historias eran originales, se cuidaban los dialogos, la ambientación,se podía pasar un rato entretenido.
Un saludo
Grande Spencer Tracy, grande Kate Hepburn.
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